Alegría: por qué es la emoción más identificada con la felicidad

Alegría: por qué es la emoción más identificada con la felicidad 

Es la más apreciada, pero no hay que olvidar que se trata de una "herramienta de supervivencia" y que las demás emociones también son buenas.

Friends hanging out at big music festival.Getty Images

La alegría es una de las emociones innatas más apreciadas por los seres humanos por lo bien que nos hace sentir. Nos genera más energía, más ganas de sonreír, de bailar… En definitiva, hace que, mientras la experimentamos, veamos el mundo que nos rodea mucho más bonito.

Dada su importancia en nuestro bienestar, el colombiano Alfonso Becerra propuso dedicar un día a esta emoción durante un Congreso de Gestión Cultural celebrado en Chile en 2010. Desde ese año, el Día Mundial de la Alegría se celebra cada 1 de agosto, una fecha muy propicia para estar alegres, pues hace buen tiempo y son vacaciones para muchas personas, lo que permite disfrutar más. En un principio, solo 14 países se unieron a esta celebración, mientras que actualmente la jornada se conmemora a nivel global.

"La idea surgió y empecé a desarrollarla para ver qué pasa alrededor de otras fechas, y me encuentro con la sorpresa que, por lo general, celebramos eventos que han estado relacionados con la guerra, con la sangre y con la muerte, festividades religiosas, fiestas o fechas políticas como las Fiestas Patrias, y que todo aquello que nos produce alegría o gozo parece que no hace parte de los calendarios mundiales", dijo en su momento Becerra durante una entrevista con Caracol Radio.

Pero, aunque todos la disfrutamos y buscamos, pocas veces nos paramos a reflexionar sobre esta emoción, sus beneficios reales, sus posibles inconvenientes… Veamos todo esto con un poco más de detenimiento.

Una "herramienta de supervivencia"

Lo más importante para entender la alegría es comprender en qué consisten las emociones. La psicóloga Laura López, experta en emociones y empresas, explica en HuffPost que estas son "respuestas automáticas del cuerpo, sensaciones fisiológicas básicas para la supervivencia. Regulan procesos cognitivos y la interacción social".

La alegría se engloba dentro de las seis emociones básicas o primarias, que son innatas. Las otras cinco serían tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco. Por su parte, las emociones secundarias son aprendidas y varían en función del aprendizaje y la experiencia de cada persona. Algunas de estas serían vergüenza, envidia, culpa, frustración, ansiedad…

López destaca que ninguna de ellas es positiva o negativa, sino que "son señales de nuestro cuerpo, igual que las necesidades fisiológicas como el hambre, el sueño, etc". Sin embargo, la alegría suele tener más connotaciones positivas que el resto.

La psicóloga asegura que la alegría no es "tan buena" como pensamos, sino que simplemente es una "herramienta de supervivencia". "A veces tiene sentido que aparezca y es útil y otras veces no", argumenta. Por ejemplo, no tiene mucha lógica decirle a alguien que lo está pasando mal o que ha perdido a un ser querido recientemente que sonría, que piense en positivo, que piense en todas las cosas buenas que tiene y se olvide de lo malo.

Papel en la búsqueda de la felicidad

La alegría surge en momentos determinados considerados como positivo y generados por "una disminución del malestar, por alcanzar alguna meta o al experimentar algo que consideramos positivo". En este sentido, sí es verdad que tiene grandes beneficios que la experta divide en tres grupos:

  • Biológicos. La alegría puede ayudar a reducir nuestros niveles de estrés.
  • Psicológicos. López explica que "nuestros pensamientos van ligados a los que sentimos (tenemos más pensamientos negativos cuando nos sentimos tristes o tenemos miedo que cuando estamos contentos)". De este modo, "la alegría promueve procesos cognitivos más creativos y mejora la resolución de problemas".
  • Sociales: la alegría es una emoción "pro social", es decir, promueve los comportamientos de grupo. "Cuando nos sentimos alegres tendemos a querer compartirlo. Estar rodeados de gente es fundamental para nuestro bienestar porque somos seres sociales", reflexiona la psicóloga.

No obstante, Laura López advierte que, como cualquier cosa, la alegría en exceso puede ser mala, convirtiéndose en patológica "cuando pierde su carácter adaptativo y empieza a estar desajustada (estar alegre cuando no toca o estar demasiado alegre), por ejemplo en estados de manía (euforia descontrolada, irritabilidad y agitación, excesiva confianza en uno mismo)". "Quien la padece exagera sus capacidades y puede llevar a cometer conductas de riesgo", concluye.

Pero, en unos niveles normales, la alegría puede jugar un papel importantes a la hora de sentir felicidad si la interpretamos de esa forma: "Una alegría sostenida en el tiempo, una etapa en la que tienes muchas alegrías o tienes bajos niveles de estrés, bajos niveles de preocupación, que hace que sea más fácil que surja la alegría, se puede identificar como felicidad".

Eso sí, hay que saber diferenciar alegría y felicidad. Es fácil confundirlas, ya que ambas nos evocan optimismo y nos hacen sentir bien. Pero son muy diferentes. Mientras que la alegría es una emoción, la felicidad es un sentimiento, que es "lo que surge al interpretar una emoción, los pensamientos que generamos acerca de ella". Además, este sentimiento "es más largoplacista, dura más tiempo".

No es incompatible con la tristeza, más bien al contrario

Tendemos a pensar de forma equivocada que la tristeza es mala, que es todo lo contrario a la alegría. Sin embargo, López asevera que ambas emociones son necesarias y hasta se pueden complementar: "Que a veces nos sintamos tristes o tengamos épocas peores puede hacer que valoremos más la alegría cuando aparece".

De hecho, es bueno sentir las dos para que no se produzca una habituación: "Si siempre estamos alegres y nos pasan cosas buenas constantemente durante mucho tiempo, probablemente dejaríamos de valorarlas, perdería impacto porque sería nuestra rutina". Eso sí, no se necesitan la una a la otra para aparecer, sino que son independientes.

Esta relación queda evidenciada en las películas de animación de Inside Out (Del revés), especialmente en la primera. Al principio, Alegría trata de apartar a Tristeza para que no intervenga en el desarrollo de Riley, la protagonista, mientras que al final se da cuenta de que dejarla entrar es necesario y útil.

  Un fotograma de 'Del Revés'.

Además, resulta curioso que todas las emociones llevan el pelo del mismo color que el resto del cuerpo, solo que en un tono diferente, excepto Alegría, que es amarilla y su pelo es azul, color con el que se representa a Tristeza. Sobre esto, la psicóloga plantea que el fin es "que no se le olvide que la tristeza no es mala, que es una emoción exactamente igual que ella, ni mejor ni peor. Puede ser darle un mejor lugar a la tristeza, que está muy demonizada pero en realidad nos viene fenomenal", plantea la psicóloga.

El director de las películas, Pete Docter, descifra el misterio en D23, una plataforma dedicada a Disney: "El hecho de que su cabello sea azul, que es completamente lo opuesto al amarillo, le dio un toque más completo y la convirtió en un personaje visualmente más complejo. Nos gustó la idea de que, aunque no entienda la tristeza, tiene un elemento de ella desde el principio".

Cómo celebrar el Día Mundial de la Alegría

Dada su importancia en nuestra vida, los expertos invitan a celebrarla sea su día mundial o no. Para ello, aconsejan pasar tiempo con nuestros seres queridos o invertirlo en actividades individuales que nos hagan estar contentos, ya sea pasear por la naturaleza, hacer deporte, leer, ver una serie o una película o escuchar una canción motivadora.

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Y tampoco hay que olvidar hace esto en nuestro día a día siempre que sea posible, porque, como diría el escritor Victor Küppers, "hay que vivir con alegría" siempre que lo sintamos para que esta emoción, bien gestionada, nos lleve o acerque a la felicidad.