El aeropuerto fantasma español que costó 1.110 millones y otros cementerios de aviones
La mayoría de ellos se construyeron en lugares que no contaban con la proyección comercial que requiere una infraestructura de este tipo.
En muchas ocasiones, las administraciones públicas ven ciertas oportunidades que tras varios años, se demuestra que eran iniciativas que solo sonaban bien 'en su cabeza'. Y es que, hay determinadas decisiones que, bien por mala suerte, por factores externos o por que realmente eran un sinsentido en sí mismas, terminan siendo un rotundo fracaso.
En esta ocasión nos referimos a las millonarias inversiones que las administraciones -tanto locales y autonómicas, como nacionales-, han llegado a realizar en proyectos que ya nacieron muertos, como pueden ser los hasta once aeropuertos fantasma con los que cuenta a día de hoy España.
Es cierto que estos fracasos han venido motivados por diferentes causas: despoblación en vastas regiones del interior peninsular, permanentes crisis económicas que no han dado ni un respiro en los últimos 15 años, o directamente, malas decisiones a nivel empresarial.
Pese a ello, en los últimos años, muchos de estos fiascos, han logrado reinventarse -con mayor o menor éxito- en distintas tareas que nada tienen que ver con la idea inicial por la que fueron construidos: transportar personas y mercancías en aviones.
Esto se debe a que, donde hay una crisis, también hay una oportunidad, y algunos de estos aeropuertos vieron en ella, una gran opción para salir adelante. Además, los avances constantes en transportes, tecnología, servicios industriales, etc., también han supuesto un filón del que poder sacar partido a unas instalaciones tan sumamente grandes.
Por qué se construyeron estos aeropuertos
En un contexto de enorme inestabilidad social y económica, marcado por los 'pelotazos' económicos después de la gran crisis del 2008, muchas administraciones vieron como una gran oportunidad la creación de aeropuertos en numerosas ciudades de la geografía española, pero que realmente, iban a tener poca proyección de tráfico comercial, como así se demostró años después.
Los 11 aeropuertos fantasma de España se encuentran en Castellón, Ciudad Real, Lérida, la segunda pista del de Málaga, Albacete, Burgos, Córdoba, Huesca, León, Logroño y Salamanca. En algunos de ellos se invirtieron cientos de millones de euros, con algunos como el de Ciudad Real, que llegó a costar 1.100 millones de euros y tan solo operó cuatro años después de su inauguración en 2008.
Pese a eso, en el año 2019 se reabrió destinada al mantenimiento de aeronaves, transporte de mercancías y aviación ejecutiva, entre otras muchas. Y este, pese a ser gestión privada, contó con un gran montante aportado por el Gobierno regional y Caja Castilla La Mancha (CCM).
Por otro lado está el célebre aeropuerto de Castellón, inaugurado en 2011 por Francisco Camps y Carlos Fabra, durante la gobernanza del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, tras una inversión de 150 millones de euros públicos. El caso de este aeropuerto fue especialmente mediático al haberse inaugurado sin ningún avión.
De hecho, durante su inauguración, Fabra aseguró que pese a que había "quienes dicen que estamos locos al inaugurar un aeropuerto sin aviones, no han entendido nada. Durante el próximo mes y medio cualquier ciudadano que lo desee podrá visitar la terminal o caminar por las pistas de aterrizaje, algo que no podrían hacer si fueran a despegar o aterrizar aviones". Nada de eso ocurrió.