Adiós a uno de los comandantes con más historia de Iberia
Después de 37 años surcando los cielos, el piloto Rafael Pérez Medina aterriza definitivamente para emprender una nueva etapa de su vida.
El comandante Rafael Pérez Medina ha dejado su huella en los cielos, y no nos referimos a los chaimtrails, sino que ahora la toca decir adiós a su carrera profesional. Después de más de 37 años pilotando aviones para Iberia, los controladores aéreos españoles se han querido despedir de uno de los pilotos más emblemáticos de la compañía, para la que, en su dilatada trayectoria, ha pisado las cabinas de prácticamente todos los aviones, desde el histórico DC9 hasta el moderno Airbus A350, pasando por el A320, A330 y A340.
Los controladores aéreos, que fueron testigos de su último aterrizaje, le despidieron con estas palabras en su cuenta de X: "Si como profesional es muy grande, no lo es menos como persona". Y es que, además de su brillante carrera profesional, Pérez Medina dedicó gran parte de su tiempo a la fundación Sepla Ayuda, la organización de los pilotos para apoyar causas benéficas.
"Ya nos han dicho que tiene a alguien que seguirá sus pasos, su hija Berta. Así que tiene que sentirse orgulloso. Y nada, deja aquí muchísimos amigos, tanto en este control como entre los pilotos", le dice una controladora al comandante en el vídeo que acompaña al mensaje de despedida que han publicado en las redes sociales.
"Pues muchas gracias a todos los que me habéis acompañado todos estos años, tanto volando como desde el control. La verdad es que ha sido un placer", contestaba el piloto.
Sin embargo, este último aterrizaje, el de su retiro, marca un punto de inflexión. Después de miles de horas en el aire, ahora podrá disfrutar de una merecida jubilación. "Ahora toca disfrutar de tus aficiones, Rafael. Todo lo mejor", escriben en su mensaje de despedida los controladores, dejando claro el respeto y cariño que se ha ganado todos estos años.
Perteneciente a la VI promoción de la Escuela Nacional de Aeronáutica, el comandante Pérez Medina ha visto cómo la aviación ha evolucionado a pasos agigantados en solo tres décadas y, según Preferente, siempre ha estado siempre a la altura. Sin embargo, más allá de sus habilidades técnicas, quienes trabajaron con él subrayan una cualidad que no siempre se incluye en los manuales de vuelo: su humanidad.
El comandante no solo voló alto en su carrera profesional, sino que también dejó una huella imborrable en su faceta más solidaria. Su compromiso con Sepla Ayuda, la fundación de los pilotos, demuestra que para él, volar no era solo llevar pasajeros de un lugar a otro, sino también ser un puente hacia la solidaridad. Desde su creación, Pérez Medina ha sido una pieza fundamental en el éxito de la fundación, demostrando que un piloto puede marcar la diferencia en tierra tanto como en el aire.