10 insultos en catalán que en el resto de España no entienden

10 insultos en catalán que en el resto de España no entienden

Los hay más o menos despectivos.

Bandera de Cataluña.Getty Images

Con más o menos sutileza, a la cara o a las espaldas, en momentos de cabreo o ya como norma general, todos insultamos en mayor o menor medida. Aunque lo más correcto es dialogar en un tono respetuoso, sin entrar en confrontaciones personales ni emplear palabras de las que nos arrepentimos y herimos los sentimientos de otras personas, la realidad es que a veces se recurre al insulto fácil.

Titania
Titania
Santander

En el caso de que seas de Cataluña y hables habitualmente catalán, si estás en una acalorada discusión con una persona que no entiende esta lengua, siempre puedes recurrir a expresiones ofensivas en este idioma. Siguiendo a ElNational.cat, pasamos a realizar una recopilación de algunas que puedes emplear. Toma papel y boli, pero eso sí, no abuses de ellas:

  1. Pelacanyes: empleado para designar a una persona sin dinero, es una forma de decir que eres 'un don nadie'.
  2. Pixapins: el término usado para referirse despectivamente a las personas que viven en Barcelona.
  3. Napbuf: el equivalente de hobbit. Se usa para referirse de forma despectiva a una persona muy bajita y pequeña.
  4. Ganàpia: despectivamente, se usa para designar a la persona que hace cosas propias de niño pequeño y transmite inmadurez.
  5. Penques: para designar a la típica persona que le echa mucho morro, se aprovecha de los demás y no tiene nada de verguenza.
  6. Putxinel·li: el término despectivo para referirse a una persona manipulable, que no tiene ni voz ni voto.
  7. Pòtol: designado al típico vago, que no hace su trabajo. 
  8. Tros de quòniam: quiere decir tonto, necio o tarugo. 
  9. Nyicris: referido a una persona floja y débil.
  10. Tanoca: también empleado para designar a una persona tonta, corta de entendederas y fácilmente manipulable.
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Carlos Ramos (Zaragoza, 1992) es graduado en Periodismo por la Universidad de Zaragoza. Ha trabajado en El Periódico de Aragón antes de llegar a El HuffPost, donde ejerce de SEO.