Por qué educo a mis hijos como si fueran chicas
¿"De chicas" = algo malo o inferior? Es difícil ir en contra de lo que nos han enseñado. Es difícil saber si habríamos tomado otro camino si nos lo hubieran mostrado antes. Es difícil porque la educación de nuestros hijos tiene mucho que ver con nosotros mismos.
Gloria Steinem -periodista y escritora judía e icono del feminismo en Estados Unidos- publicó hace poco su lista de deseos de Año Nuevo. Es una lista fantástica, pero uno de los puntos me llamó especialmente la atención al ser madre de tres niños.
"Me alegro de que hayamos empezado a criar a nuestras hijas como a nuestros hijos, pero esto nunca funcionará hasta que no empecemos a criar a nuestros hijos como a nuestras hijas".
Las expectativas que tiene la sociedad en nuestras hijas son de todo menos perfectas. Se espera que las mujeres sean guapas, amables y nada mandonas. Sin embargo, hemos avanzado mucho desde los años 50, cuando los únicos objetivos para una mujer consistían en casarse y tener una familia.
Me criaron para que supiera que podía hacer todo lo que quisiera. Me felicitaban por tener grandes planes en los ámbitos del derecho y la política, tradicionalmente dominados por los hombres.
Pero no podemos decir lo mismo de nuestros hijos.
A los niños se les dice que hay ciertas cosas que están fuera de su alcance. Se les enseña de mil maneras distintas que pueden hacer lo que quieran, siempre que no sea algo para niñas.
A Amos le encanta pintarse las uñas, pero ha dejado de hacerlo porque la gente (tanto niños como adultos) le dice que eso es de chicas. A Griffin le gustaba My Little Pony hasta que se enteró de que eran unos dibujos para niñas. Constantemente veo cómo gente con una educación envidiable me dice que no dejaría que su hijo llevara una camiseta concreta o que hiciera algo que se pudiera considerar de chicas.
De chicas = algo malo, inapropiado, inferior.
Esta actitud es perjudicial, no sólo para esos niños a los que se les dice sutilmente cómo tienen que ser y qué les tiene que gustar, sino también para esas niñas a las que se les dice sutilmente que su identidad y las cosas que les gustan no son lo suficientemente buenas para un chico.
Hace poco, escuché en la radio a Anne-Marie Slaughter, una abogada estadounidense de renombre, y coincidí completamente con su opinión sobre este tema:
Cuando les decimos a los niños pequeños que las cosas "de chicas" no se pueden hacer, no sólo estamos limitando sus juguetes; también estamos limitando su camino hacia la autodeterminación y la felicidad.
Tenemos que educar a los niños para que sepan que educar y que ser el cuidador principal de la familia son cosas tan valiosas como la ambición y la obtención de dinero. Tenemos que enseñarles que la única elección válida es con la que se sientan realizados como personas.
Es difícil olvidarse de lo que hemos aprendido. Es difícil reflexionar sobre nuestras elecciones y preguntarnos si habríamos tomado otro camino si hubiera estado disponible. Es difícil porque la educación de nuestros hijos tiene mucho que ver con nosotros mismos.
Pero tenemos que intentarlo. Deja que tu hijo se pinte las uñas. Deja que tu hija se corte el pelo. Dile a tu hijo que será un padre fantástico. Dile a tu hija que será una jefa envidiable. Tenemos que permitirnos sentirnos incómodos cuando nuestros hijos vayan más allá de las expectativas sociales, aunque se burlen de ellos.
Me suelen decir que estoy criando a mis hijos para que se metan con ellos. Para empezar, no he conocido a nadie que no haya sufrido la crueldad de sus compañeros del colegio. Para seguir, no quiero enseñar a mis hijos que tienen que cambiar su comportamiento por la opinión de los demás.
En una entrevista reciente, Gloria Steinem afirmó: "Espero que algún día cambiemos la sociedad para que acepte a las personas tal y como son, y no para que las personas encajen en la sociedad. Todos formamos parte de ella e intentamos encontrar soluciones a nuestros problemas, y debemos ayudarnos para encontrarlas".
Eso es lo que quiero. Para mí, para todos y especialmente para mis hijos.
Quiero a mis hijos y me encantan todos esos aspectos que les hacen ser ellos mismos.
Pueden hacer lo que quieran, incluso cosas de chicas.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros