Viaje alucinante al nanomundo
Estamos en un punto en el cual la ciencia ficción comienza a confundirse con la realidad y nosotros también formamos parte de ese viaje alucinante, el viaje hacia el conocimiento. Existen cientos, si no miles, de compañías trabajando en el nanomundo, así como multitud de laboratorios en universidades e institutos de investigación.
¿Os acordáis de la película y libro Viaje Alucinante (1966) donde un equipo médico es miniaturizado e inyectado en el sistema circulatorio de un enfermo?. No sé si algún día podremos miniaturizar personas, trasplantar cerebros, transferir nuestra memoria a un disco duro o viajar a otra galaxia. Sin embargo, está claro que la curiosidad humana junto a la ciencia han producido muchos de los descubrimientos y avances de la raza humana.
Algo que podría ser parte del guión de la película y libro mencionados con anterioridad son la nanociencia y nanotecnología, ciencia básica y ciencia aplicada respectivamente. "Nano-" es un prefijo del Sistema Internacional que se refiere a objectos en la escala nanométrica. Es decir, que sus dimensiones son del orden de entre 1 y 100 mil millonésimas de metro. Un nanómetro es algo así como 30 mil veces más pequeño que el espesor de un cabello humano y el tamaño de un átomo es del orden de unas décimas de nanómetro. A escala nanométrica, uno debe ser muy cuidadoso ya que las propiedades físicas y químicas de los llamados nanomateriales cambian y pueden ser muy diferentes a los que observamos en nuestro mundo macroscópico. En este nanomundo, algo sólido se puede volver líquido, un material aislante se puede convertir en conductor, algo inerte en un catalizador, etc.
Las nanopartículas están ahí desde hace mucho tiempo (ej: partículas de humo, nanopartículas dentro de bacterias, colorantes inorgánicos en porcelanas "copa de Lycurgus"). Hoy en día la nanociencia y nanotecnología estudian cómo fabricar y controlar las estructuras de dichas nanopartículas. Esto nos permite crear materiales con las propiedades deseadas que son de utilidad en la electrónica, óptica, biomateriales, medicina, y hasta en la producción de energía. Se está trabajando en nanopartículas con aplicaciones en el mundo de la medicina y biotecnología molecular, materiales nanoporosos asociados a los campos de la información y tecnología de la comunicación, materiales nanoestructurados para la exploración espacial, nanofibras para nuevos productos textiles, etc. Es decir, una nanorevolución.
Ilustrémoslo con algunos ejemplos en el campo de la nanomedicina. Se usan nanopartículas en el campo de las imágenes por resonancia magnética, forman parte de cremas solares y cremas para tratar dolores musculares y de articulaciones, como adhesivo dental, tienen gran potencial como vehículos transportadores para fármacos y en la búsqueda de biomarcadores, etc. Se está avanzando en el uso de nanopartículas para el tratamiento de multitud de enfermedades (ej: cáncer, VIH, Alzheimer). Se está investigando intensamente en como usar la nanotecnología para la administración dirigida de fármacos, en medicina regenerativa, en la generación de variedad de nanosensores y nanoreactores, en la detección de drogas en los controles de tráfico, etc. En definitiva, un mundo nanoscópico, pero con un potencial gigantesco.
En los últimos años han surgido gran número de patentes y publicaciones científicas asociadas al mundo nanométrico. Existen cientos si no miles de compañías trabajando en este campo así como multitud de laboratorios en universidades e institutos de investigación. Estamos en un punto en el cual la ciencia ficción comienza a confundirse con la realidad y nosotros también formamos parte de ese viaje alucinante, el viaje hacia el conocimiento. Para terminar una frase de Isaac Asimov: "Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción". Quizás el mundo a escala nano sea uno de nuestros aliados para ganar dicha guerra.