Stephen Hawking: máster del universo
Para mí, Hawking es uno de esos ejemplos de superación así como de una persona con una curiosidad ilimitada, en el fondo, su razón de vivir. Ha pasado confinado en una silla de ruedas la mayor parte de su vida, pero su mente prodigiosa nunca ha dejado de soñar, de pensar lo impensable.
¿Quién no conoce a Stephen Hawking (1942)? Como dice su entrada en Wikipedia en español, "es un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico". Casi nada, ¿verdad? ¿Y si os digo que siendo muy joven le diagnósticaron esclerósis lateral amiotrófica y desde entonces su vida camina sobre una silla de ruedas? Aun así, esto no lo detuvo de continuar haciendo ciencia durante los últimos 50 años. Se le considera una de las mentes más brillantes del mundo, y ha trabajado en la teoría general de la relatividad, la teoría cuántica, los agujeros negros, el Big Bang, etc. Uno de sus hallazgos fue predecir que los agujeros negros emiten radiación, la cual lleva su nombre. Su libro Breve historia del tiempo es uno de los bestsellers científicos por excelencia, altamente recomendable si uno quiere entender de manera sencilla la historia de nuestro universo, y con ello, de nosotros mismos.
Hawking, al cual vimos recientemente por la ciudad de Vigo, dijo una vez: "Dado que existe una ley como la de la gravedad, el universo pudo crearse a sí mismo de la nada, como así ocurrió. La creación espontánea es la razón de que exista algo, en vez de nada, de que el universo exista, de que nosotros existamos. No es necesario invocar a Dios para que encienda la mecha y ponga el universo en funcionamiento". En el pasado, habría sido acusado de herejía, como le paso a Galileo Galilei, que acuñó la famosa frase "y sin embargo se mueve". Por suerte no fue así.
La teoría del Big Bang o teoría de la Gran Explosión intenta explicar cómo surgió y evolucionó nuestro universo y cómo se creó el tiempo a partir de ese momento original, para muchos, la verdadera creación. Lo que no está tan claro es si el universo se expandirá indefinidamente (Big Freeze) o se irá frenando hasta que vuelva a contraerse en lo que se conoce como el Big Crunch (Gran Colapso o Gran Implosión). El acelerador del CERN - Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales, el mayor laboratorio del mundo, se construyó precisamente para entender esto y dar respuesta a las preguntas que nos hacemos todos: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos? Uno de los últimos hallazgos ha sido el famoso Bosón de Higgs o partícula de Dios, que funcionaría como el pegamento de la materia y nos permite explicar por qué tiene masa el universo. Su descubrimiento fue galardonado con el Premio Nobel de física 2013.
Aquellos que estudian el universo saben que uno debe tener cuidado con los agujeros negros. Son entes misteriosos y hasta el mismo Hawking duda de su existencia, al menos como los imaginamos. Surgen a partir de las estrellas llamadas enanas blancas, cuya masa es gigantesta y cuyo campo gravitatorio es descomunal: ni la luz se escapa de ese lugar donde la oscuridad es la reina. Otras mentes brillantes fueron A. Einstein (efecto fotoeléctrico y principio de conservación de la energía), E. Hubble (Ley de Hubble o la primera evidencia observacional sobre la expansión del Universo), G. Gamow (radiación de fondo de microondas o eco del Big Bang), Max Planck (fundador de la teoría cuántica) y tantos otros que lidiaron y lidian a diario con terminos tan complejos y de díficil comprensión para la mayoría de los mortales: materia negra, púlsares, nebulosas, curvatura espacio-tiempo, universos paralelos, agujeros de gusano, horizonte de sucesos, viajes en el tiempo, etc.
Para mí, Hawking es uno de esos ejemplos de superación, así como de una persona con una curiosidad ilimitada, en el fondo, su razón de vivir. Ha pasado confinado en una silla de ruedas la mayor parte de su vida, necesita apoyo informático para poder hablar, varias personas que lo cuiden y ayuden constantemente. Sin embargo, su mente prodigiosa nunca ha dejado de soñar, de pensar lo impensable, de volar a través del espacio sideral y, lo más importante, de hacerse preguntas. Es de las pocas personas que quizás entiendan el universo sin ni siquiera moverse de la Tierra, simplemente imaginándolo en su cabeza. Ese es el poder de nuestro cerebro, ese acelerador de partículas en miniatura donde lo más irreal se puede volver real y nuestros sueños se convierten en realidad.
Nosotros estamos formados de polvo de estrellas cuyo origen inicial fue esa gran explosión, el Big Bang. De la nada surgió el todo, algo de difícil compresión; por eso se le llama "singularidad"Como bien explicó Hawking, "preguntarse qué había antes del Big Bang es como preguntarse qué hay al norte del polo norte". Sea lo que sea, polvo de estrellas somos y en polvo de estrellas nos convertiremos. Al final, como nos dice Hawking, "sólo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio. Pero podemos entender el universo. Eso nos hace muy especiales". Stephen Hawking es quizás de los más especiales y a él le dedico este artículo y le doy las gracias por enseñarnos tanto con su ejemplo.