Las neuronas o mariposas del alma
Las computadoras procesan información más rápido que un cerebro humano, pero el nivel de complejidad de nuestro pensamiento, nuestra capacidad de abstracción y anticipación a la hora de tomar decisiones, por ejemplo, aún tardarán mucho tiempo en ser superados por una máquina.
Cuando hicisteis clic para entrar en este artículo, algo tan cotidiano hoy en día, tomasteis la decisión de querer leer y vuestro cerebro coordinó vuestra mano en el ratón con el movimiento de vuestros ojos, la atención, la concentración, etc. Parece natural ¿verdad? Sin embargo, detrás de casi todo lo que hace nuestro cuerpo, detrás de cada pensamiento, ahí están las incansables y mágicas neuronas. Ramón y Cajal formuló su "doctrina de la neurona" hace más de 100 años. Las neuronas, junto con las células de glia, son dos tipos de células presentes en el tejido nervioso. Tenemos aproximadamente 85.000 millones de neuronas en nuestro cerebro. Las neuronas se clasifican según su forma, tamaño, polaridad, según el neurotransmisor que utilicen o su función. Estos procesadores microscópicos o mariposas del alma, como las llamaba Cajal, no viven aisladas sino que forman parte de los circuitos cerebrales.
Las neuronas tienen un cuerpo neuronal o soma donde está el núcleo que contiene la información genética. Las dendritas reciben la información y se pueden considerar como las antenas neuronales. Los axones recubiertos de mielina, algo así como un aislante, transmiten la información. Cada sinapsis, o unión intercelular entre neuronas, es como un pequeño mundo donde cada impulso eléctrico, cada molécula de neurotransmisor (ej. GABA, glutamato), cada proteína, desempeña un papel importante. Una neurona puede llegar a formar miles de contactos sinápticos con otras muchísimas neuronas. Esto os da una idea de la complejidad de nuestro cerebro. Cortar la trasmisión de información en los axones se puede deber por ejemplo a una lesión de médula espinal o a que pierdan su cubierta de mielina (ej. esclerosis múltiple). Los axones son como autopistas de la información y al cortar ese flujo informativo se deja incomunicado nuestro cuerpo con el ordenador de a bordo, nuestro cerebro. De ahí la gran importancia de los trabajos relacionados con la regeneración axonal y neuronal.
Hace pocos años se pensaba, y así se estudiaba en los libros de texto, que uno nacía con cierto número de neuronas que no se regeneraban y se iban perdiendo a lo largo de la vida. En los 60 se vio que el cerebro adulto también podía producir nuevas neuronas, lo que hoy se conoce como neurogénesis adulta. Sin embargo, hasta la década de los 80s no empezó a aceptarse. Estas nuevas neuronas se diferencian y pueden seguir su destino hacia convertirse en una neurona o hacia una célula de glia. Muchas de ellas morirán durante este proceso ya que son muy sensibles a los factores exógenos (estrés, ejercicio, etc.) y endógenos (niveles hormonales, nutrientes, etc.) del individuo. La interacción del genoma neuronal con el ambiente al que está expuesta se llama epigenética. Las que sobrevivan entrarán a formar parte del entramado neuronal y sináptico de nuestro cerebro.
En los seres humanos es complicado estudiar este proceso in vivo. La mayoría de los resultados vienen de estudios hechos en modelos animales. Hoy en día se sabe que el cerebro humano genera nuevas neuronas a lo largo de toda su vida, principalmente en el hipocampo y en la zona subventricular. Sabemos también que el número de estas nuevas neuronas que nacen, diferencian, y se incorporan en los circuitos neuronales, disminuye con el envejecimiento.
Os estareis preguntando ¿qué hacen estas nuevas neuronas? En modelos animales se ha descubierto que la neurogénesis está relacionada con muchas de las funciones (ej. aprendizaje y memoria) y enfermedades del sistema nervioso (ej. depresión, Alzheimer). Sin embargo, su impacto real en el ser humano aún no está del todo claro. Todo apunta a que estas nuevas neuronas desempeñan varias funciones y que están envueltas en diversas patologías del Sistema Nervioso Central. Conocer los mecanismos que regulan la neurogénesis en humanos nos permitiría entender y así quizás controlar el funcionamiento de las neuronas al detalle. Esto nos ayudaría a entender los procesos de neurodegeneración y regeneración neuronal y así poder generar terapias para tratar enfermedades tales como el Alzheimer, la esclerosis múltiple, Parkinson, depresión, etc.
Algunas frases de Ramón y Cajal dedicadas a nuestras neuronas:
- "Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro".
- "[Las neuronas son] células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental".
- "Es preciso sacudir enérgicamente el bosque de las neuronas cerebrales adormecidas; es menester hacerlas vibrar con la emoción de lo nuevo e infundirles nobles y elevadas inquietudes".
- Por último, y como estamos en tiempos de crisis, "las perezosas células cerebrales solo encienden su luz -inspiración- bajo el látigo de las emociones penosas".
Las computadoras procesan información más rápido que un cerebro humano, pero el nivel de complejidad de nuestro pensamiento, nuestra capacidad de abstracción y anticipación a la hora de tomar decisiones, por ejemplo, aún tardarán mucho tiempo en ser superados por una máquina. Si esto se consiguiese in silico, el cerebro humano se quedaría anticuado. La complejidad de los circuitos cerebrales debido al gran número de neuronas y de sinapsis entre ellas es indudable. Lo increíble es que entre ellas se entienden aunque nosotros no lo hagamos tan bien. Sin las neuronas, ¿que seríamos? Yo no puedo ni imaginarlo. Allá os dejo con ese pensamiento.