Objetivos energía UE 2030: 'Simulación de compromiso en diferido'

Objetivos energía UE 2030: 'Simulación de compromiso en diferido'

Ni salvaremos el clima, ni continuaremos disfrutando de los beneficios económicos, la seguridad y la independencia que proporcionan las renovables, ni nada de nada. La Comisión Europea sabe que las emisiones se reducirán hasta un 32% sin hacer nada, y propone esfuerzo insignificante.

Justo cuando empezó la crisis económica la Unión Europea (UE) se comprometió a que en 2020 emitiría un 20% menos de CO2 que en 1990, consumiría un 20% menos de energía y generaría el 20% de su energía primaria con fuentes renovables. Lo llamó 20-20-20, y seis años antes de que venza el plazo sabemos que lo cumplirá. Esto está bien aunque también sabemos que este compromiso era y es insuficiente para evitar un cambio climático peligroso.

Este miércoles los objetivos se renuevan para 2030 y, si las cosas no cambian, la propuesta de la Comisión Europea es una simulación de compromiso en diferido virtualmente ya conseguido. Lo que significa que ni salvaremos el clima, ni continuaremos disfrutando de los beneficios económicos, la seguridad y la independencia que proporcionan las renovables, ni nada de nada.

Sobre lo de emitir menos CO2, la Comisión Europea sabe según sus propios análisis -Impact assessment for a 2030 climate and energy policy framework- que las emisiones se reducirán hasta un 32% sin hacer nada nuevo, y propone una cifra de entre el 35% y 40%; un esfuerzo insignificante e insuficiente para que la UE cumpla con la justa parte de las reducciones de las emisiones mundiales que le tocan, cuando lo que está en juego es ni más ni menos que el futuro del planeta.

Sobre cómo se consigue emitir menos CO2, la Comisión también sabe que, en gran parte, se reducen con renovables y la prueba es que en la UE el 14,4% del consumo de energía procede de ellas, y que han conseguido la mitad de los ahorros de CO2 desde 2008 a 2012.

Sobre las renovables también sabemos que avanzarán ellas solitas, hasta una cuota del 24% en ausencia de cualquier política según la información que maneja la Comisión, y el objetivo más ambicioso de la Comisión oscila entre un 27% y un 30%. Este objetivo, aunque ya está casi virtualmente conseguido, si no es obligatorio de poco servirá. Un objetivo voluntario no es nada práctico porque genera inseguridad para las inversiones e impide que se reduzcan los costes de financiación.

Pero aún hay más. Algunos quieren que desaparezca, tal y como promueven las grandes eléctricas, porque a pesar de saber que las renovables deben reducir los precios de la energía (figura en la página 9 de su informe), argumentan lo contrario sabiendo, además, que la alternativa que ofrece el sistema actual alimentado por combustibles fósiles y energía nuclear no es ninguna ganga. Ambos sectores absorbieron un total de 60 mil millones de euros en subvenciones públicas, el doble que lo ofrecido a los productores de energía renovable.

Las propias cifras de la Comisión muestran que si los objetivos fueran vinculantes, en el caso de las renovables y la eficiencia energética podrían sumar medio millón más de puestos de trabajo en el año 2030. Todo esto además de los 1,2 millones de puestos de trabajo que la industria renovable ya ha creado en la UE en medio de la peor recesión en un siglo.

Del mismo modo, con objetivos renovables disminuye mucho más el uso de carbón, disminuye más la dependencia energética y aumentan los años de vida de los europeos, como se observa en la tabla. Sin objetivos renovables la energía nuclear aumentará en Europa hasta un 17% en 2050; si hay apoyo a las energías renovables en cuyo caso la nuclear disminuye hasta casi un 60%.

  5c8b7af8360000c81a6d3055

Ahora sí se entiende por qué Reino Unido, para la defensa de la nuclearización de su país, y Francia, para la defensa de estas inversiones, están presionando para evitar objetivos renovables; pero lo que no se entiende es que lo defiende el Gobierno de España. Y ahí tenemos a Miguel Arias Cañete defendiendo en Europa los intereses de las compañías eléctricas, mientras simula que defiende los del medio ambiente y la ciudadanía.