¿El machismo oprime también al hombre?
'¿El machismo oprime también al hombre?'apareció originalmente en Quora, un lugar para adquirir y compartir conocimiento y entender mejor el mundo.
Respuesta de Gabriel Sanchez Cabral:
El machismo es un fenómeno que se puede observar claramente si analizamos al concepto de lo que Rita Segato define como "mandato de masculinidad".
Este mandato tiene dos perspectivas: por un lado, existe un estatus que coloca al hombre en una posición de prestigio frente a otras, y por el otro, funciona como una atadura que lo sujeta a reproducir los mecanismos de dominación para conservar dicha posición.
La lógica del pensamiento patriarcal se sostiene en este empoderamiento sujetado, donde en un orden de prelación jerárquica los hombres se aseguran una posición dominante siempre y cuando sigan reproduciendo determinadas conductas.
En otras palabras, el machismo le asegura al hombre a estar, al menos, por encima de toda mujer si responde a los mandatos de la corporación masculina (mientras sea "leal" a la misma).
Sin embargo, esto tiene una contra cara. En primer lugar, si rechaza los mandatos, pierde su lugar jerárquico o lo que en términos de Bourdieu se llamaría capital social (pertenencia a grupos, relaciones, redes de influencia y colaboración) y hasta incluso su capital simbólico (propiedades intangibles inherentes al sujeto que únicamente pueden existir en medida que sean reconocidas por los demás o simplemente su "prestigio").
En segundo lugar, si bien le garantiza estar "por encima" de toda mujer (y de cualquier sujeto que rechace de alguna forma los mandatos) lo somete a un orden jerárquico interno donde difícilmente pueda llegar a la cúspide.
Asimismo, se legitima el ejercicio de la violencia desde esta cúspide hacia los niveles inferiores formando una bola de nieve de violencia que termina descargándose en el género femenino (o cualquier otro, que para el machismo aparecen como anomalías inaceptables).
En definitiva, el machismo oprime al hombre imponiéndole conductas y normas inapelables que abarcan desde el estereotipo de macho hasta deberes cotidianos; y legitima la violencia del "macho alfa" para con sus 'inferiores' (ya sean hombres de menor jerarquía u otros géneros) con la amenaza de hacerlo perder su estatus si se opone al sistema.
Por eso, creo que la lucha del momento es redefinir la noción de hombre ya que los hombres se niegan a perder su capital social y simbólico dejando de lado su estatus, su posición hegemónica.
La única alternativa es reconstruir la forma de pertenecer, relacionarse y adquirir prestigio de una manera que no sea nociva contra el resto: donde no exista un sujeto central y otros con anomalías, sino que se acepte la diversidad.
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