Vivienda y jóvenes, dos dramas sociales que Sánchez quiere priorizar esta legislatura
El presidente las viene señalando en sus últimos discursos y ha diseñado dos ministerios para afrontar dos asuntos entrelazados y con muchas dificultades.
"La vivienda es un auténtico problema, sobre todo para la gente joven". No pudo ser más claro el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando, desgranando la composición de su nuevo Ejecutivo, fijó dos de sus prioridades para esta legislatura: el acceso a la vivienda y las políticas para los jóvenes.
Sobre la vivienda, de hecho, dijo que quería consolidar este "derecho constitucional como el quinto pilar de nuestro Estado del Bienestar". Nada más y nada menos para un problema que, claramente, se ha agravado en los últimos años, sobre todo debido a la alta inflación y a la subida del euribor —el índice que marca el precio de las hipotecas—, que hace dos años era negativo y actualmente se sitúa por encima del 4%.
Además, vivienda y jóvenes son dos asuntos claramente interconectados, ya que es este sector de la población el que más dificultades encuentra en las últimas décadas para acceder a un techo, ya sea en alquiler o en compraventa. La edad media de emancipación de los jóvenes españoles supera ya los 30 años, según Eurostat. Es decir, los jóvenes se emancipan cuando ya han dejado de ser jóvenes. Esto hace que la tasa de emancipación se sitúe en el 15,9%, la mitad de la media de la UE, que está en el 31,9%.
Por supuesto, según datos del último Observatorio de la Emancipación que elabora el Consejo de la Juventud, la mayoría no puede emanciparse en solitario, sino que se ve obligado a compartir piso para poder tener salario de sobra que dedicar a alimentación, ropa u ocio.
No son conclusiones sacadas al azar: los datos muestran la terrible situación de los jóvenes para acceder a una vivienda y lo que supone para ellos a nivel salarial. El sueldo medio de una persona joven es de 1.089,93 euros. Esto implica que si una alguien menor de 30 años con trabajo quiere pagarse un alquiler en solitario, deberá destinar el 83,7% de su sueldo. Si le suma los suministros, según cálculos del Consejo de la Juventud, estaríamos hablando de un gasto mensual de 1.053 euros, el 96,6% de su salario. Apenas le quedarían 37 euros para el resto de gastos.
De comprar piso, casi no se puede ni hablar. Atendiendo al salario medio de una persona joven, tan sólo para pagar la entrada — que de media se sitúa en 49.850 euros—, debería dedicar 3,8 años de su sueldo. Para colmo, en caso de haber podido pagar esa entrada, el importe medio de una hipoteca supone en torno al 60% del sueldo medio de una persona joven.
Pero la vivienda no sólo afecta a los jóvenes. El Gobierno se encuentra con que este problema está asfixiando a numerosas familias en todo el país. El último estudio de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado español no podía ser más claro: más de 12 millones de personas en España se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social, y el gasto en vivienda es una de las causas que está agravando esta situación.
En el caso de las familias en situación de pobreza, se trata además de una pescadilla que se muerde la cola, porque dedican el 40% de los ingresos del hogar (tres veces más que las no pobres, que dedican el 12,5%). Esto hace que tengan menos posibilidad de acceder a una vivienda en propiedad y que se decanten por la única opción, el alquiler, que es más inseguro y más caro que la hipoteca. Un escenario que les impide desahogar el porcentaje de ingresos que dedican a la vivienda.
Este estudio, presentado a mediados de octubre de este año, señalaba que casi el 80% de las personas con un elevado gasto en vivienda son pobres. Además, destacaban que el perfil de pobres con empleo se acentuaba, ya que un tercio de la población pobre mayor de 15 años tenía un trabajo remunerado.
En el caso de los jóvenes, recuerda el Consejo de la Juventud, también se da la misma circunstancia: tener trabajo o estudios superiores no garantiza el acceso a una vivienda ni escapar de la precariedad. De hecho, a pesar de la subida del SMI, que hizo que el salario de los menores de 30 años ascendiera un 4,5% en 2022, la inflación provocó que su poder adquisitivo se redujera un 2%. Según el Consejo de la Juventud, el poder adquisitivo de los jóvenes se ha reducido un 20,8% en los últimos 15 años.
A todo esto se suma que la tasa de paro juvenil es altísima, del 27,8%, en comparación con la tasa de paro de la población general del país, que es del 12%. Aun así, ha bajado 2 puntos y medio en un año, pero sigue siendo la más alta de la zona euro. Hace justo diez años esta tasa tocó techo, con un paro juvenil absolutamente alarmante, del 55,9%, tras la crisis inmobiliaria del año 2008.
Para abordar estas dos "prioridades", Sánchez ha recuperado el Ministerio de Vivienda, que ocupa Isabel Rodríguez, y ha creado el Ministerio de Infancia y Juventud, que lidera Sira Rego, del ala de Sumar, el partido de Yolanda Díaz.
"Quiero hacerme cargo de esa sensación, de esas miles de familias españolas, de la frustración de mucha juventud que tiene serias dificultades para acceder a una vivienda", dijo Rodríguez en su discurso tras asumir la cartera, donde habló de "aportar soluciones" y de su empeño de que "ésta sea una política de país con un pacto entre todas las administraciones públicas y los actores y operadores del sector para aquilatar este derecho constitucional, con absoluto respeto y lealtad a la cooperación con el resto de administraciones públicas".
Eso sí, no empezó con el mejor pie para algunas asociaciones dedicadas a la vivienda, que le reprocharon sus palabras asegurando que iba a "proteger" a los "pequeños propietarios". "Tranquilidad, porque este Gobierno pisa la calle y somos conscientes de que en España, muchas personas, especialmente personas mayores, dedicaron todo su esfuerzo, todo su trabajo, todos sus ahorros, a la compra de una segunda vivienda que hoy complementa sus rentas. A ellos también les vamos a proteger".
Palabras que recibieron la dura crítica del Sindicato de Inquilinos, que a través de X (antes Twitter) hicieron un hilo criticándola y reclamando el cumplimiento de la propia ley de vivienda.
Las promesas de Sánchez
Aun así, el Ejecutivo espera poder aportar soluciones al problema de la vivienda y a la situación de los jóvenes.
Durante su discurso de investidura, Sánchez se comprometió a incrementar el Bono de Alquiler Joven (actualmente, de 250 euros para menores de 35 años y que desde el Consejo de la Juventud lamentan que sólo beneficie al 0,9% de la población joven); conceder una línea de avales que cubra el 20% de la hipoteca en la primera vivienda; y la habilitación de 183.000 viviendas públicas de alquiler asequible.
Sánchez anunció que el Gobierno ampliará el grupo de hipotecados que podrán acogerse a las medidas de alivio, entre las que se incluye la ampliación del plazo del crédito, al elevar el umbral para acogerse de 30.000 a 38.000 euros de renta media. "Esto consiste en la congelación de la cuota mensual durante un año y la ampliación del plazo de amortización hasta los siete años", dijo.
Para los jóvenes, prometió que, a partir del 1 de enero del 2024, el transporte público colectivo (desde trenes a autobuses) sería gratuito. Una medida que también beneficiará a menores y desempleados, aunque todavía no se ha concretado la letra pequeña de un asunto que debe coordinarse con las comunidades autónomas.
Medidas estas (y las que estén por llegar) que un amplio sector de la población española espera con ahínco. Las dos prioridades que señaló Sánchez son verdaderos ochomiles en una legislatura legislativamente muy complicada para su recién estrenado Gobierno. Sólo el tiempo y los resultados dirán si ha tenido éxito al abordarlas.