'The Economist' deja un análisis digno de ver sobre la situación política en España
El medio británico ha publicado un artículo en el que ha hablado del cara a cara entre Pedro Sánchez y el líder del PP y ha hecho balance de la gestión del Gobierno de coalición.
El prestigioso semanario económico británico The Economist ha dedicado un extenso artículo en el que ha analizado la situación política de España y ha hecho balance de la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez.
En un artículo titulado ¿Por qué el razonablemente exitoso primer ministro de España podría perder su trabajo?, el medio anglosajón ha asegurado muy crítico con lo que pasó en el cara a cara del pasado lunes entre el presidente del Ejecutivo y Alberto Núñez Feijóo.
"En un debate entre los principales líderes de los partidos de España el 10 de julio, los moderadores tuvieron que pedir repetidamente a los dos hombres que dejaran de hablarse uno al otro, una instrucción que ignoraron. Era un momento apropiado para la política española, donde los practicantes son mejores para hablar que para escuchar", recoge.
The Economist recoge que Sánchez "lucha por mantener su puesto" y ha recordado lo que ha ocurrido con las tres preocupaciones que había cuando llegó al poder. "Cuando lo hizo, predominaban tres preocupaciones: la economía, la corrupción y Cataluña. Puede argumentar que ha mejorado los tres", señala.
Tras lo que pasó con la pandemia del covid, el medio británico asegura que "la recuperación actual de España llega en el momento oportuno". "El PIB creció un 5,5 % el año pasado, y las proyecciones también se han revisado al alza repetidamente para este año", expone.
En el artículo, también destacan que Sánchez ha logrado rebajar el debate sobre la independencia en Cataluña. "Ha enfriado el conflicto. Una 'mesa de diálogo' ha producido poca sustancia, pero ha dejado a las partes hablando", detalla.
Pero ha sido después de hablar de la gestión del líder socialista cuando ha hecho un pequeño análisis sobre Feijóo. "Su estilo es más irónico que ostentoso. No habla inglés y tiene poca experiencia en política exterior. Entre sus cualidades, justifica que la mayor es la de ser 'predecible'", explica.
"Promete restaurar el delito de sedición. No puede darse el lujo de parecer blando al lado de Vox, un partido nacionalista de extrema derecha que propone descentralizar España", asegura.