Sira Rego: "Izquierda Unida debe reforzar su autonomía política"
La ministra de Juventud e Infancia se postula esta semana a coordinadora federal de Izquierda Unida en sustitución del exministro de Consumo Alberto Garzón.
El pasado 13 de marzo, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, anunció su intención de convertirse en la primera coordinadora mujer en la historia de Izquierda Unida. De raíces palestinas por parte de padre, Rego llegó al Gobierno tras pasar por la política municipalista y el Parlamento europeo. Ahora, aspira a liderar la formación que ha hilado su pensamiento y militancia política. Cree que Izquierda Unida debe "recuperar el pulso de lo que ha sido históricamente", recuperando "autonomía política desde el arraigo territorial y con una mirada feminista".
Seis meses después de hacerse cargo del recién creado Ministerio de Juventud e Infancia, Rego reconoce que hacer políticas efectivas sin Presupuestos es complicado, aunque asegura avanzar en políticas para erradicar la pobreza infantil, dotar de entornos digitales seguros a los niños, niñas y adolescentes, y avanzar en la protección de la infancia y la juventud frente a la violencia. No comparte el incremento de las partidas de Defensa para no entrar "en dinámicas belicistas", ya que entiende que todos los recursos deben encaminarse a desarrollar "el enorme programa" acordado entre PSOE y Sumar.
Según Save The Children, basándose en datos del Instituto Nacional de Estadística, la pobreza infantil ha crecido de un 27,8% en 2022 a un 28,9% en 2023. ¿Qué están haciendo desde el Ministerio para atajar estas cifras?
Lo que vemos, en primer lugar, es que es una cifra estructural en nuestro país en términos históricos, lo que es una mala noticia. Lo que hemos impulsado, hace apenas unas semanas, es una iniciativa junto con las organizaciones del tercer sector para impulsar un Pacto de Estado para erradicar la pobreza infantil. Entendemos que hay medidas que tienen que ver con la iniciativa del Gobierno, hay otras medidas que tienen que ver con iniciativa de las Comunidades Autónomas, incluso municipios, y creemos que debe haber una coordinación a través de un Pacto de Estado. Además, estamos viendo, que uno de los elementos que más compromete la pobreza infantil es precisamente la cuestión de la vivienda. Ahí tenemos que ser más ambiciosos, poner en marcha medidas más efectivas, hacer que se cumplan los parámetros que vienen indicados en la ley de Vivienda que aliviarían de alguna manera el precio, y todo ello hacerlo complementario con medidas que tienen que ver con el estado social, con los recursos de apoyo a las familias más vulnerables, etc. Lo interesante es conseguir un trabajo conjunto a todos los niveles, y en eso estamos.
Las organizaciones que trabajan en defensa de la infancia y la juventud celebraron la creación de su Ministerio y pidieron que no se quedara en un mero símbolo. ¿Es posible tomar medidas efectivas sin unos Presupuestos?
Es más complicado. Al final los Presupuestos te permiten desarrollar programas políticos concretos y acciones de Gobierno, que se traducen, en nuestro caso, en derechos. Es más complicado hacerlo sin Presupuestos, lógicamente, pero eso no significa que estemos paradas, en absoluto. Estamos trabajando con los recursos que tenemos disponibles y, sobre todo, aprovechando para poner en común todo el saber que viene de distintos segmentos sociales para resolver y abordar problemas sociales que son de urgencia. Por ejemplo, la puesta en marcha del grupo de 50 expertos y expertas para que nos den esa hoja de ruta para afrontar los entornos digitales seguros. Lo hemos hecho sin carga presupuestaria puesto que lo que hacemos es poner en común todo el conocimiento que tienen estas personas para elaborar un diagnóstico que nos adelantará las medidas que tenemos que abordar como Gobierno para generar un entorno digital seguro para la infancia y la juventud.
Dijo en abril que el Gobierno tendría en unos días una primera radiografía de redes sociales y entorno digital. ¿Por dónde cree que debería encaminarse? ¿No supone poner puertas al campo?
No creo que sea poner puertas al campo. Contamos con un enorme y talentoso grupo de personas que llevan mucho tiempo trabajando y aportando conocimiento con mucho rigor. Poner todo esto en común nos está llevando un poquito más de tiempo. Es verdad que hay mucho material que ya se ha producido. Ahora estamos intentando editar un informe que ordene las medidas. Se trata de ver dónde podemos incidir a todos los niveles. Decimos siempre lo mismo: los entornos digitales han venido para quedarse, afectan a la vida en distintas facetas, social, familiar, en el marco educativo... Se trata de regular todos estos aspectos. Obviamente necesitamos un pacto con las familias, con el entorno social, pero también con el entorno educativo, y también es necesario que como Gobierno tomemos medidas más firmes que tiene que ver con la regulación, con una ley de entornos digitales para la infancia y la juventud. Queremos hacer un abordaje completo.
Retomando el asunto de los Presupuestos, estas últimas semanas ha habido discrepancias en el Gobierno ante el incremento de las partidas destinadas a Defensa. Como socias del PSOE, han dicho no compartir este aumento. ¿Qué plantean hacer?
Ya hemos manifestado que nosotras no estamos de acuerdo con el incremento del Presupuesto militar. Creemos que lo que tenemos que hacer es utilizar los recursos para otro tipo de políticas. En cualquier caso, lo que decimos claramente es que es necesario no entrar en dinámicas belicistas. Nos ceñimos al acuerdo de Gobierno. Tenemos un enorme programa por desarrollar en el marco del acuerdo: estado social, impulso de derechos, mejora de condiciones del empleo, mejora de la vida de las personas jóvenes... Ahí estamos concentradas, ahí es donde creemos que deben enfocarse todos los recursos disponibles.
Como ministra de Infancia y Juventud, ¿qué opina del plan de reparación que prepara el Gobierno para víctimas de abusos en la Iglesia? ¿Debe el Estado hacerse cargo de las indemnizaciones?
Hay que mirarlo con un enfoque global. Es importante que en términos públicos se dé un paso de este tipo, un reconocimiento y una reparación pública a las víctimas, por supuesto con las responsabilidades que tengan que asumir todos los segmentos. Es importante que abordemos la cuestión de la violencia contra la infancia en términos de debate público, porque es algo que nos interpela como sociedad. Desde el Ministerio trabajamos por la erradicación de la violencia contra la infancia como uno de los vectores fundamentales. Estamos haciendo un estudio que tendremos disponible a final de este año que nos dará una foto de la situación y nos dará orientación de cómo seguir implementando y desarrollando todos los mecanismos que vienen recogidos en la LOPIVI (ley orgánica de protección a la infancia y la adolescencia frente a la violencia).
Aspira a ser la primera mujer coordinadora de Izquierda Unida. ¿Por qué ha decidido dar este paso?
Creo que es un momento en el que es importante que las voces de las mujeres estén en política y en una organización de la izquierda transformadora de nuestro país. Yo tengo una visión de mi organización política, a la que quiero mucho, muy horizontal, y el feminismo precisamente lo que aporta es esto, la capacidad de integrar de una manera diversa y completa todas las miradas, con una manera de contar y mirar las cosas diferente. Es importante que Izquierda Unida trabaje también desde ese lugar, con una vocación de recuperar el pulso de lo que ha sido históricamente, desde la perspectiva del arraigo territorial. Esto me parece muy importante, la diversidad de los territorios, y por supuesto el municipalismo. Yo vengo del municipalismo y soy muy consciente de que el país también se construye desde los barrios, desde los municipios. Ahí hay una articulación política muy interesante, que cuenta otra manera de hacer las cosas, desde lo pequeñito, desde lo cotidiano. Esta mirada de arraigo y diversidad territorial, con las lógicas del feminismo, tiene mucho que aportar a la organización.
Dentro de su organización, hubo quien criticó cuándo y cómo anunció su candidatura. Decían que iba en contra de la unida. ¿Qué hay detrás de esas quejas?
Yo no creo que vaya en contra de la unidad. Yo presenté mi candidatura dentro del plazo y del reglamento que establecía mi organización. Al contrario, la diversidad y el hecho de que haya varias candidaturas nos permite que haya un debate público, político, en torno a las ideas. Eso sí, ese debate debe llevarnos a una síntesis que, después de que la militancia hable en un proceso democrático, nos puede reforzar. Lo que yo propongo es que a partir de la votación seamos capaces de ponernos de acuerdo en una dirección unitaria en la que las cuatro candidaturas deben tener presencia, independientemente del proceso. Podemos debatir, consensuar, dejar que la militancia hable, pero luego tenemos la obligación de ponernos de acuerdo para construir una dirección colectiva en la que estemos todas y todos.
Varias de las candidaturas hablan de unidad. ¿Hay un debate real sobre este aspecto?
Hay un debate real sobre unidad en la medida en la que hay cuatro candidaturas, pero creo que se resuelve precisamente a través del debate de las ideas, a través de la confrontación de ideas. En Izquierda Unida esto es habitual. No lo percibimos como un problema, sino como un proceso natural. Las asambleas sirven para esto, para en momentos determinados poner en común el contexto político del país, ponernos de acuerdo en las distintas visiones que tenemos, porque somos seres humanos diversos, en articular una estrategia política para actuar de una manera cohesionada en el próximo ciclo.
¿Pueden la candidatura de Antonio Maíllo y la suya acabar provocando una ruptura en IU?
Yo espero que no, en absoluto. Se trata de aprovechar este momento para debatir y que todas y todos estemos juntos en la próxima dirección política. No concibo ningún otro escenario.
Antonio Torrijos, número dos de su candidatura, ha afeado a Antonio Maíllo el haber generado una política de subalternidad a Podemos en Andalucía, provocando que IU “desapareciera del mapa”. ¿Usted comparte esa reflexión?
Más allá de la cuestión que tiene que ver con la mirada de lo sucedido hasta ahora, lo que nos toca es ver la propuesta que tenemos para mirar hacia adelante. Venimos con propuestas valiosas, venimos de compartir un análisis político bastante similar, incluso las cuatro candidaturas, aunque con matices. De lo que se trata ahora es de ver cómo llegamos a una síntesis en el modelo organizativo. Hay que mirar de qué manera nos ponemos de acuerdo precisamente para afrontar el ciclo que viene en las mejores condiciones, en un contexto además complicado, de democracia asediada, en el que las organizaciones de izquierda debemos tener un papel importante. IU tiene que tener un papel importante, por su arraigo territorial, su vocación municipalista, su visión federal del Estado y también por la línea ideológica que ha tenido a lo largo de historia. IU ha jugado un papel histórico en otros momentos y debemos seguir jugándolo. El debate ahora, más que mirar hacia atrás, se trata de ver cómo miramos juntas hacia adelante. Yo por lo menos estoy ahí.
¿Estas polémicas no pueden acabar haciendo herida en su organización?
Hay que afrontarlo de una manera profundamente constructiva. Yo envié una carta hace unos días para proponer que fuéramos a una lista unitaria y de manera constructiva. Se puede llegar a un punto de encuentro generando esa dirección unitaria. Yo estoy en eso. Estoy convencida, y esto tiene también mucho que ver con la mirada feminista, de que los seres humanos podemos debatir, llegar a acuerdos y a síntesis y construir procesos colectivos y unitarios.
Hay a quien puede parecerle extraño que siendo la persona escogida para representar a Izquierda Unida en el Gobierno, no lo sea para coordinar la organización. Es algo que ya hizo Alberto Garzón, que fue coordinador y ministro. ¿Es diferente ahora? ¿No se puede ser ministra y coordinadora?
Es un debate legítimo y creo que es positivo. Somos una organización que se cuestiona las cosas, piensa en la oportunidad en función del momento histórico... Puede haber un debate de fondo legítimo que plantee que quizá no sea oportuno. Yo creo que es perfectamente viable. Ha habido casos precedentes, normalmente de hombres, que han tenido cargos orgánicos e institucionales y los han hecho compatibles. En este caso, también, aunque me parece legítimo que se abra el debate. Yo pongo con mucha humildad el trabajo que he hecho hasta ahora, mi vocación de recorrer territorios, de hablar con la gente, soy una entusiasta de la construcción de los procesos políticos por abajo y de la politización de la vida cotidiana. La política no es solo eso que ocurre en el Gobierno y las instituciones, sino que es eso que ocurre en la vida corriente. Ahí tienen que estar también las organizaciones políticas. Es un debate legítimo, pero no estoy de acuerdo en que no se pueda ser coordinadora y ministra.
Alberto Garzón fue muy criticado cuando se anunció que trabajaría en la consultora de José Blanco, tanto que dio un paso atrás. ¿Entiende esas críticas o cree que no hubiera pasado nada si aceptara el puesto?
Es una cuestión personal que se resolvió con una salida personal por parte de Alberto Garzón. Lo que yo no comparto es el nivel de crispación con el que se ha tratado el tema, independientemente de las posiciones, también legítimas, de quienes han opinado una cosa y la contraria. Creo que debemos hacer un esfuerzo para que los debates políticos rebajen unos decibelios.
Si finalmente es coordinadora de IU, ¿cómo se articulará la relación con Sumar?
Yo defiendo que debemos tener un papel autónomo políticamente. Para mí es muy importante reforzar IU. Esto es uno de los elementos fundamentales de esta nueva etapa. Somos la organización política de la izquierda transformadora de este país que está presente en todos los territorios, que tiene Asambleas en todos los territorios, que tiene arraigo municipalista que nos da una estabilidad en todos los territorios. Hay que reforzar este papel y ampliarlo, tener más ensanchamiento por la base. A partir de ahí, la relación con Sumar. En lo que tiene que ver con la coalición electoral, funciona muy bien, en los espacios donde tenemos el acuerdo, como el Grupo Parlamentario, por supuesto el Gobierno o algunos procesos electorales. Es importante que mantengamos una relación política a ese nivel, una relación fraterna con las organizaciones y partidos de la izquierda transformadora.
En IU hubo también un debate y mucho malestar por la oferta del número cuatro para las elecciones europeas.
Yo, como miembro de IU, habría deseado un puesto o un papel más relevante en esa lista. Ahora mismo estamos integradas y se trata de trabajar para sacar el mejor resultado de cara a las europeas. Ese es nuestro objetivo, teniendo en cuenta que IU se integrará en el grupo de la izquierda en el Parlamento europeo.
¿Cree que hay igualdad de trato en Sumar a todas las formaciones? En Madrid Sumar aceptó la referencia de Más Madrid, en Cataluña pasa con los Comunes, en Valencia con Compromís...
Ahora mismo estamos en ese debate interno en Izquierda Unida, de tener una reflexión profunda sobre cómo queremos que sea nuestra presencia y cómo tienen que ser las políticas de alianzas, después de un ciclo largo de muchos años en el que han sucedido muchas cosas en las distintas fuerzas políticas que han surgido al calor de las movilizaciones populares. Nosotros ahora necesitamos parar, pensar y ver cómo queremos estar en los espacios de confluencia. Qué queremos ser y cómo queremos relacionarnos. Nosotros preferimos una fórmula que tenga más que ver con un Frente Amplio, en cualquier caso preservando la autonomía de Izquierda Unida, en espacios profundamente democráticos que no permitan asimetría en las relaciones con las fuerzas políticas, entendiendo y respetando que en la izquierda siempre ha habido un crisol de militancias y tradiciones políticas y que la complejidad es articular todo eso. Yo diferencio mucho, en cualquier caso, lo que es el espacio de la coalición Sumar y la construcción del espacio político de Sumar. Ahora estamos en la coalición y trabajando bien. Ahora necesitamos parar y pensar en IU para ver cómo queremos continuar en la articulación de Sumar.
¿Es partidaria de salir de la construcción del espacio político de Sumar?
Soy partidaria de pensarlo colectivamente y que IU tenga la palabra. Soy partidaria de reforzar la autonomía de Izquierda Unida.
Habla del crisol de militancias y tradiciones. En las últimas elecciones los resultados de los partidos a la izquierda del PSOE no han obtenido buenos resultados, como en Galicia o País Vasco. ¿Cree que la división de la izquierda perjudica? ¿Considera que deberían realizarse más esfuerzos por incluir también a Podemos en el mismo espacio?
El asunto de la política de alianzas nos interpela para abordar cómo ampliar el espacio de la izquierda, y cómo construirlo para que las organizaciones de la izquierda se puedan sentir cómodas. No es sencillo, al final se cruzan muchas cuestiones que tienen que ver con lo político, con las tradiciones militantes e incluso con los seres humanos que componemos las organizaciones políticas. Pero hay que abordarlo con honestidad y firmeza, porque el país lo necesita. Nosotros estamos en ese proceso de pensarnos colectivamente desde IU, pero también desde ese lugar histórico y ese ADN que forma parte de nuestra tradición y del Partido Comunista de España, donde siempre hemos tenido vocación de unidad y de tejer frentes amplios con otras fuerzas políticas de la izquierda. Precisamente porque cuando la democracia en nuestro país se ve acorralada, estrechada o asediada, la altura política tiene que ser enorme para defender los derechos y los avances históricos. Y ahí la izquierda tiene que hacer un esfuerzo por entenderse.
¿Entonces es un error que Podemos y Sumar acudan por separado a las elecciones europeas?
A mí no me gusta catalogarlo de error, hay que verlo siempre de manera constructiva. Debemos hacer un esfuerzo por tejer frentes lo más amplios posibles.
Hace unos días fue muy famosa la carta de Pedro Sánchez, donde anunciaba una reflexión de cinco días para decidir si continuaba como presidente del Gobierno. ¿Lo entiende?
Sí lo entiendo, porque tiene que ver con un estado de la política en términos generales que nos alerta. Lo que estamos viendo es que se están rebasando límites que nos deben alertar a todas las personas demócratas. Hace falta una reflexión colectiva y debemos hacer un esfuerzo por defender la democracia, algo tan básico y primario, pero se ha actualizado la necesidad de hacerlo. Por otra parte, tiene mucho que ver con que somos seres humanos quienes estamos en todos los espacios públicos y privados, y es razonable que cuestiones que son de una enorme presión nos lleven a parar, reflexionar y pensar.
¿Usted pensaba que se iba a ir?
Reconozco que no he sido capaz de llegar a una conclusión. Estaba expectante, eso sí.
Con las elecciones catalanas, europeas... ¿Cree que pudo deberse a una estrategia?
Se ha hecho un parón, una reflexión en torno a la necesidad de defender y proteger la democracia, creo también que nos ha activado a una parte de la sociedad. Ahora toca poner en marcha medidas y abordar esta defensa de la democracia con medidas concretas, como la derogación de la ley mordaza, medidas para garantizar el derecho al acceso a una información veraz, la renovación del Consejo General del Poder Judicial, o el seguir avanzando en agenda social. Hay que ponerse con estos asuntos. Son medidas que garantizarán la protección de la democracia.
Lleva un poco más de medio año como ministra. ¿Se ha sentido víctima de bulos?
Bueno, digamos que se han contado cosas de mí que no eran ciertas.
¿Por ejemplo?
Sobre todo posiciones políticas. Alguna vez se ha contado que estaba en lugares en los que no estaba... Alguna noticia sobre algo que dije que jamás había dicho. Sobre todo he visto un enorme hostigamiento por mi procedecencia, por el hecho de ser medio palestina.
Pedro Sánchez lleva desde 2014 hablando de reconocer el estado palestino. Estamos en 2024 y todavía no ha ocurrido, aunque dijo que daría ese paso en breve.
Es un paso importante en términos simbólicos, fundamentalmente porque genera un polo de países que reconocen el derecho del pueblo palestino a ser y a existir, en un momento extraordinariamente complicado y duro. Es una cuestión simbólica que estoy convencida de que se abordará en un tiempo muy breve. Hay bastante cohesión en el Gobierno.
¿Se ha arrepentido alguna vez del paso dado para ser ministra?
No hablaría de arrepentimiento, pero quienes venimos de otras trayectorias militantes, quienes venimos de nuestras asambleas de base... Esto no es algo que entre dentro de tus planes nunca. Hay veces que es complicado, pero es un orgullo estar aquí y con el apoyo que tengo de mis compañeros y compañeras, y un orgullo avanzar en esta cartografía de derechos, y en este caso de infancia y juventud, que creo que no hay nada más bonito.