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Seiscientos años del pueblo gitano en España: "Cuando digo que mi apellido es Montoya, me niegan el alquiler"

Seiscientos años del pueblo gitano en España: "Cuando digo que mi apellido es Montoya, me niegan el alquiler"

La comunidad gitana sigue siendo víctima de un racismo normalizado en nuestra sociedad. En 2025 celebran seis siglos de su entrada en la Península Ibérica, con el objetivo de hacer pedagogía sobre su aportación a la identidad y cultura españolas.

Una persona lleva la bandera gitanaEuropa Press via Getty Images

"Soy gitana y llevo mi cabeza muy alta". Con esta rotunda frase, la cantante Lolita despachaba hace unas semanas la polémica suscitada por un vídeo en redes sociales de Ágatha Ruiz de la Prada, en el que la diseñadora de moda aseguraba despectivamente vivir "como una gitana" en su antigua casa. "Aún no estoy instalada, estoy viviendo como las gitanas en mi casa vieja, pero completamente desmantelada. Sin cocina, ni luces, ni cocina, ni lavabo, ni sofá", decía.

No es un hecho aislado. El pasado octubre, el actor Paco León y su madre, Carmina Barrios, también eran criticados por simular una boda gitana donde expresaban: "¡Viene nueva! ¡Viene limpia! ¡Está nueva!". Y en los estadios de fútbol la afición suele gritar "gitano" a modo de insulto a jugadores o entrenadores del equipo rival. “Estoy absolutamente orgulloso de que cada poro de mis venas pueda respirar gitano. Pero una cosa es ser gitano y otra cosa es que lo utilicen como un insulto racista. Me parece aberrante”, aseguró en marzo del año pasado Quique Sánchez Flores, entonces entrenador del Sevilla. Por no olvidar que el propio diccionario de la RAE califica en su quinta acepción la palabra 'gitano' como trapacero, un término abiertamente ofensivo.

Se trata, en definitiva, de un racismo normalizado en nuestra sociedad, poco denunciado, y que la comunidad gitana (formada por unas 750.000 personas en España) sufre desde hace décadas. El último informe sobre discriminación de Fundación Secretariado Gitano, correspondiente a 2024, señalaba que había atendido a lo largo del año 384 casos de discriminación. Gitanos que habían sido amenazados, detenidos, agredidos o discriminados laboralmente meramente por su raza. El número de casos es mucho mayor que la registrada, estima la fundación, pues la mayoría de veces no se denuncia. 

De hecho, el último estudio sobre discriminación elaborado para la CEDRE, dependiente del ministerio de Igualdad, refleja que el 43% de los gitanos asegura haber sufrido algún incidente discriminatorio en los últimos doce meses. A su vez, el último Eurobarómetro sobre Discriminación publicado por la Comisión Europea (dic. 2023), indica que la discriminación contra las personas gitanas se considera la más extendida de entre todos los colectivos estudiados.

Las nuevas tecnologías también ayudan a que prolifere esa xenofobia. El informe de SFG antes mencionado alertaba de que el discurso de odio antigitano sigue siendo muy frecuente en redes sociales, junto a otros discursos de estereotipos sobre las personas gitanas, o bulos y fake news que intentan criminalizar o dar una mala imagen del pueblo gitano. "Algunos de estos mensajes son casos de una extrema gravedad, dado que incitan a la violencia o incluso al exterminio de las personas gitanas, o se las deshumaniza comparándolas con animales", añadía.

2025, un año para la celebración

  Celebración de los 600 años de la llegada del pueblo gitano a la Península IbéricaGetty Images

2025 puede suponer una gran oportunidad para combatir esta realidad. En enero, el gobierno español dio inicio al Año del Pueblo Gitano en España, coincidiendo con el 600 aniversario de su llegada a la Península Ibérica. “Una oportunidad histórica para celebrar la profunda huella cultural, social y lingüística que el pueblo gitano ha dejado en nuestra nación”, y también para “reconocer las injusticias históricas y actuales a las que se enfrenta el pueblo gitano”, señalaba la declaración institucional. A lo largo del año se espera que se lleven a cabo diferentes actos de conmemoración por toda la geografía nacional, con presencia de miembros del Gobierno e incluso del rey de España. Sin ir más lejos, el pasado 28 de febrero, Felipe VI pronunció un discurso que arrancó con un "Es fetén estar hoy con vosotros", palabra procedente del caló o romaní ibérico.

"Es un momento de celebración que esperamos compartir con toda la sociedad", asegura a El HuffPost Ana Segovia, técnica de la Fundación Secretariado Gitano. La también periodista cree que se han ido dando pasos en estos últimos años para combatir la discriminación contra el pueblo gitano, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. "Si echamos la vista atrás, estamos mejor que hace veinte años. Ahora, las personas gitanas denuncian situaciones de discriminación que antes teníamos interiorizadas. Y tenemos una ley, la de Igualdad de Trato y No Discriminación, que tipifica el antigitanismo y la aporofobia como delitos de odio", asegura. 

Sin embargo, Segovia lamenta que la discriminación "siga ahí", en situaciones "recurrentes" y cotidianas. "Cuando voy a un supermercado, un vigilante no deja de observarme mientras hago la compra. Y lo hace porque soy gitana. Con el resto de clientes no ocurre lo mismo. Y eso te genera inseguridad y te hace sentir mal", estima. 

Una situación similar se suele dar cuando un gitano intenta alquilar un piso. "Según cuál sea tu apellido, te niegan la vivienda o te preguntan directamente si eres gitano antes de darte la oportunidad de firmar un contrato. Mi segundo apellido es Montoya y a mí me ha ocurrido muchas veces", asegura Segovia. Las tasas de discriminación en el acceso a la vivienda para gitanos, según sus propios datos, es del 31%.

"Queremos un espacio propio"

Estas conductas se traducen, irremediablemente, en una desventaja social. El 86% de la población gitana se encuentra actualmente en situación de pobreza o exclusión social, y el 46% es extremadamente pobre con un ingreso mensual inferior a 310 euros. En materia educativa, la población gitana abandona prematuramente los estudios con mayor frecuencia que el conjunto de la población española y en buena medida lo hace sin titulación básica. 

  Samuel Escudero, diputado de Más MadridSergi González

De ahí que sea difícil encontrar gitanos en ayuntamientos o gobiernos. Samuel Escudero, diputado de Más Madrid en la Asamblea, es una excepción. En mayo del año pasado, se convirtió en el primer edil de etnia gitana que asumía este "honor". “¡Por Vallecas y por el pueblo gitano, sí, lo juro!”, señaló al acatar la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid.

Uno de los principales objetivos de Samuel Escudero como político es, precisamente, que haya más presencia de gitanos en las instituciones. "Podría decir el nombre de infinidad de personas que podrían ocupar esos cargos públicos con responsabilidad y gran trabajo. Después de 600 años en este país, nosotros no queremos que se nos trate como personas a las que hay que darnos un altavoz o un espacio para reclamar. Nosotros queremos un espacio propio, para reclamar lo que consideramos justo", asegura en conversación con El HuffPost.

Por este motivo, para Escudero, la participación debe ser uno de los grandes retos que debe afrontar el pueblo gitano en los próximos años. "Durante mucho tiempo el pueblo gitano ha tenido unos espacios de participación y los payos, otros. Pero esos espacios no son ni incompatibles ni excluyentes. Al revés, tenemos que unir fuerzas en un momento de auge de la ultraderecha. Y esas herramientas de unión deben ser promovidas e incentivadas por los organismos públicos", expresa.

El dirigente también confía que esta celebración de los 600 años de presencia del pueblo gitano en España sirva para hacer pedagogía sobre sus aportaciones a la identidad y a la cultura de España. "Debería enseñarse en las escuelas y aparecer en los libros de texto. Y no sólo hablo de algo tan recurrente como el flamenco. También, por ejemplo, que hay gitanismos que forman parte de nuestro lenguaje contidiano. Como napia, chaval o lache. Somos un pueblo aún desconocido para muchos, pese a llevar seiscientos años aquí", sentencia.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es