Se Acabó la Fiesta otorga al agitador ultra 'Alvise' Pérez lo que quería: el aforamiento para dilatar procesos judiciales
La agrupación electoral irrumpe en el Parlamento europeo con tres escaños y evoca lo que ya sucedió en 1989 con Ruiz-Mateos, que quería postergar un juicio por fraude en RUMASA.
Lo de Se Acabó la Fiesta es más reciente que novedoso. La entrada en el Parlamento Europeo del agitador y difamador ultra Luis Pérez, más conocido como Alvise Pérez, evoca lo que ya se produjo en 1989 con José María Ruiz-Mateos. Entonces, el empresario decidió presentarse a las elecciones europeas bajo una agrupación de electores. Prometía combatir la corrupción pero lo que en realidad buscaba era protegerse ante un proceso judicial por fraude. La agrupación Se Acabó la Fiesta, que ha entrado en el Parlamento europeo con tres escaños, sigue una estela similar. Sin programa electoral, las propuestas de Pérez se han basado en promesas vacuas como la persecución de corruptos y criminales pero, como Ruiz-Mateos, lo cierto es que la principal motivación del propagador de bulos era lograr el aforamiento para, al menos, dilatar los procesos judiciales que enfrenta, uno de ellos por difundir una falsa PCR positiva de Salvador Illa.
Pese a que es el primer cargo institucional que ostenta, Luis ‘Alvise’ Pérez lleva vinculado a la política desde hace tiempo. Comenzó en UPyD pero se dio a conocer en 2017, momento en el que comenzó a ejercer de responsable de gabinete de Toni Cantó en el Parlamento valenciano hasta 2019. En esa etapa, el ahora exasesor del actor se especializó en la escritura de unos mensajes machistas y xenóbofos que todavía hoy ocupan parte de su literatura. Hace unos días, Pérez y algunos de sus seguidores mezclaron machismo y clasismo al corear al unísono “¡Irene Montero, acuda a caja 3!”, haciendo alusión al pasado de cajera de la ya eurodiputada de Podemos.
Desde su salida de Ciudadanos, Luis Pérez se consagró a su principal tarea: trabajar para sí mismo, aunque hasta hace nada su máximo beneficiario era Vox, a quien este domingo ha afanado unos cuantos votos. ¿Lo esencial de su faena? La propagación de bulos y noticias falsas, alentando a la persecución y hostigamiento de políticos y periodistas. ‘Alvise’ Pérez llegó incluso a publicar una foto de una de las hijas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que luego borraría, una publicación que suscitó una retahíla de comentarios soeces y machistas por parte de sus seguidores. Entre otras cosas, Pérez está condenado por asegurar que la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, había recibido un respirador en casa para “evitar acudir a un hospital público y hacer cola como el resto de los españoles”. Era mentira.
Fiel al estilo trumpista, Pérez lleva desde hace días, sobre todo durante todo este domingo, alertando de un posible fraude electoral. Alimentar las teorías conspirativas entre sus fieles es una constante. Durante la campaña, cuando alguien le acercó una botella de agua, uno de los asistentes a una quedada de la agrupación estimó necesario alertarle de que tuviera cuidado con todo lo que comía o bebía. Otra de las promesas que realizó en campaña para atraer el voto fue la de asegurar que sortearía su salario como eurodiputado entre todos los seguidores de sus redes sociales. Si es otro de sus bulos o no, se sabrá, o no, cuando coja el acta.
Por ahora, sus seguidores más fieles han demostrado en la celebración en la discoteca Cats de Madrid que la línea de pensamiento no ha variado: "¡Irene Montero, acuda a caja 3!", han vuelto a corear cuando se han conocido los resultados.
Por cerrar la analogía, Se Acabó la Fiesta ha sido la sexta fuerza más votada en estas elecciones, como ya lo hiciera Ruiz-Mateos en 1989, su única aventura política exitosa.