Sánchez mira a Junts para enderezar la legislatura
Los contactos entre el Gobierno y Puigdemont continúan, y van por buen camino. Feijóo ordena a los suyos apretar al Gobierno por la corrupción.
Pedro Sánchez pretende resistir. Como siempre. El presidente del Gobierno concatena otra semana negra, con múltiples frentes en lo judicial y en lo político. Este domingo, cargos del PP y de Vox volverán a salir a la calle para reclamar su dimisión.
Si bien, en Moncloa advierten de que se acabarán "cansando" porque no hay elecciones a la vuelta de la esquina. "Quedan mil días de legislatura y actúan como si quedaran diez", afirmó el presidente, en pleno choque dialéctico con Alberto Núñez Feijóo el miércoles en el Congreso.
El objetivo del jefe del Gobierno es enderezar de una vez por todas la legislatura. Con la aprobación de al menos unos Presupuestos, ya nadie pondría en duda la estabilidad de su mandato, según fuentes socialistas. Y de ahí que, a pesar del enorme ruido político, los contactos con sus socios parlamentarios estén continuando.
Primero, para sacar adelante el techo de gasto y, a renglón seguido, las ansiadas cuentas públicas. "Este país va a contar con Presupuestos", proclamó María Jesús Montero en la Cámara Baja, al tiempo que las fuentes gubernamentales insisten en que las negociaciones van por el buen camino.
Ciertamente, algo parece moverse. "Algunos movimientos y conversaciones que estaban parados han vuelto, y no solo con nosotros, también por parte de algunos partidos", reconoció Aitor Esteban, el portavoz del PNV, proclive al entendimiento con el Ejecutivo.
Todas las miradas están puestas en Carles Puigdemont, que en las últimas semanas había dado la orden de hacerle la vida imposible a Sánchez en las Cortes, favoreciendo sonoras derrotas parlamentarias para el PSOE. Un extremo que podría cambiar, toda vez las reuniones en Suiza con el prófugo de la Justicia han acabado dando sus frutos, según deslizan las fuentes consultadas. "Con Junts nunca se sabe, pero la cosa va por buen camino", es lo que aseguran desde Ferraz, al menos de cara a salvar la votación del techo de gasto, que es la antesala de la de los Presupuestos.
"No habrá elecciones y algunos se cansarán de pedirlas", malician en Moncloa. Algunas voces en el PSOE creen en cambio que "tanto repetir" que la legislatura será larga denota inseguridad. "Nunca es bueno estar en manos de Puigdemont", rematan desde la estructura de Castilla-La Mancha.
La presunta corrupción del PSOE
Lo que está claro es que no ha sido una semana nada fácil para Sánchez. De todo, lo que más preocupa de puertas para adentro es lo que pueda quedar por salir del 'caso Koldo' de esos dispositivos móviles cuyo volcado aún se desconoce. Los pasillos del Congreso han sido un hervidero mientras el escaño de José Luis Ábalos, otrora hombre fuerte de Sánchez, quedaba vacío.
Las distintas versiones del Ejecutivo sobre la estancia de Delcy Rodríguez en Barajas tampoco han ayudado, tal y como sugieren en privado los críticos con el presidente. Y, para rematar, la imputación del Fiscal General del Estado —entendida como una victoria por Isabel Díaz Ayuso— y el enésimo revés de la Justicia en relación al caso de Begoña Gómez, la mujer del presiente.
"Esto no ha hecho más que empezar. El presidente del Gobierno está en un punto de no retorno", hizo a modo de resumen el jefe de la oposición desde Berlín. Es "el fin del régimen" como han acuñado desde su equipo. Aunque, a puerta cerrada, reconozcan que la caída de Sánchez no será tan pronta como a ellos les gustaría.
Así lo confesó Elías Bendodo, de la dirección nacional, en una declaración que no creyó que saldría a la luz: "Sánchez tiene el agua al cuello, pero tiene un salvavidas para salvar la legislatura. Si hay Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno cree que salva la legislatura. Puede ser. Tendría Presupuestos para el 25 y la posibilidad de prorrogarlos para el 26", afirmó.
En todo caso, la orden de Feijóo es apretar por la corrupción. Y hacerlo en todos los ámbitos, dejando aún lado otras cuestiones, como la tan anunciada agenda social. El propio líder volvió a llevar al corazón de la Unión Europea su denuncia contra Sánchez, y los populares estudian la manera de llevar al Gobierno ante los Tribunales Tomunitarios.
En cuanto a las dudas —incluso de puertas para adentro— por la querella presentada en la Audiencia Nacional contra el PSOE por presunta financiación irregular, en Génova se reafirman: "Tenemos que utilizar todos los instrumentos que tenemos en nuestra mano". Y añadieron en la dirección: "Nunca es más grande el archivo que la presentación. Ni la desimputación que la imputación".
Una ofensiva en la que no tiene cabida la moción de censura, al menos de momento. Yolanda Díaz retó a Feijóo a que la presentara, pero el gallego no quiere dar el paso sin tener asegurado los apoyos. "Conllevaría muchos riesgos, el más evidente, la frustración de comprobar que Sánchez seguiría en Moncloa", según el diagnóstico de un diputado popular. La dirección ha mantenido comunicación directa e indirecta con los grupos, incluso con Junts. "No dan los números", han constatado, aunque no acaban de tirar la toalla.
De momento, se volverán a encontrar con Vox en las calles de Madrid para protestar contra el Ejecutivo, pero a diferencia de en otras ocasiones, la delegación popular no será encabezada ni por Feijóo ni por su número dos, Cuca Gamarra. Salvo giro de última hora, el cargo de mayor rango en la protesta será Carmen Fúnez, vicesecretaria de Organización.