Salvador Illa, salvavidas de Sánchez
Moncloa espera que el éxito de Illa salve su balance político. Los críticos denuncian la negociación bilateral: “Si solo cuidamos Cataluña, nos desangraremos en el resto”.
Pedro Sánchez necesita que la investidura de Salvador Illa salga bien. Cataluña se ha convertido en su talismán político y electoral. A su “normalización” se acoge para sacar pecho a pesar de las múltiples cesiones al independentismo, como la polémica ley de amnistía, que recientemente el Supremo ha recurrido al Tribunal Constitucional. Ahora, negocia a contrarreloj en materia de financiación con el objetivo de que ERC acabe sucumbiendo a pesar de la crisis que se le abre con Junts.
El ascenso de Illa a la Generalitat sería, para la Moncloa, el gran éxito del curso político que ahora concluye en un momento en el que a Sánchez se le acumulan las malas noticias. Su tradicional comparecencia de prensa previa al verano -prevista para el lunes- aún no está confirmada formalmente porque, un día después, tendrá que declarar como testigo ante el juez Juan Carlos Peinado, que investiga los vínculos laborales de su esposa, Begoña Gómez. “Una cacería”, según el equipo del presidente.
En Moncloa evitan lanzar las campanas al vuelo, a la espera de que la militancia de ERC se pronuncie. “Todo está bien encauzado pero cautela”, es la consigna gubernamental. La interlocución entre Sánchez e Illa es permanente, con la financiación singular como cuestión clave en las negociaciones con la dirección de ERC, con Marta Rovira a la cabeza. Hay que buscar el término medio, sugieren.
Enfado en las estructuras
Hasta los críticos con Sánchez en el PSOE aplauden el talante del exministro de Sanidad. Su victoria en Cataluña fue “una de las alegrías del año”, en palabras de Felipe Gónzalez en El Hormiguero. Si bien, el enfado por la negociación bilateral se extiende por las estructuras socialistas, aunque solamente se quejan en público los ya conocidos. Emiliano García-Page se dirigió directamente a su partido: “Si no pone pie en pared” con las exigencias en materia de financiación “habrá abandonado su elemento fundacional”. También se revolvió el aragonés Javier Lambán.
“Puede que nos vaya muy bien en Cataluña, pero si solo cuidamos esta comunidad, seguiremos desangrándonos en el resto”, es el avisó de un destacado dirigente territorial, en conversación informal con El HuffPost. “En Moncloa creen que todo esto se olvidará, pero en Andalucía, en Madrid, en Castilla y León y un largo etcétera no hay nada que guste menos que privilegiar a Cataluña frente al resto”, añadió. “Un cupo catalán es una barbaridad inasumible”.
Para Sánchez, la prioridad es convertir a Illa en president, a pesar de que el PP auguró que no se atrevería. Y luego asumir las consecuencias. Además del enfado en los territorios, que tiene “controlado”, está su extrema debilidad parlamentaria en la Cámara Baja, como quedó patente una vez más esta semana. Hoy por hoy, María Jesús Montero no tiene garantías de que pueda sacar adelante los Presupuestos Generales del próximo año. Los presentará “en tiempo y forma”, a pesar de no tener atados los apoyos. Esto es, en septiembre. “No será fácil pero lo vamos a intentar”, trasladan desde Hacienda.
En Moncloa son conscientes de que tienen que reconducir su relación con Junts para dar estabilidad a la legislatura. Pero, de momento, el único argumento que lanzan es que a Carles Puigdemont “le conviene más un Gobierno de PSOE y Sumar que del PP y Vox”. Algo que no bastó para que Junts apoyara el techo de gasto y, ni mucho menos, la reforma de la ley de extranjería. “Así no podemos seguir”, resumía gráficamente un diputado socialista al salir del pleno. Ernest Urtasun resumió el sentir del Consejo de Ministros: “Es una hostia”.
¿Moción de censura de Feijóo?
También en el PP están pendientes de Junts. Ante sus diputados y senadores, Alberto Núñez Feijóo dio por finiquitada la legislatura. “El colapso” de la misma, avisó, “puede llegar en cualquier momento”. “Todo depende de Puigdemont”, es la tesis en la dirección nacional del partido, compartida por Page. Y la pregunta que muchos se hacen en el partido es “si de verdad” está dispuesto a dejar caer a Sánchez.
En este sentido, el runrún sobre una posible moción de censura centra las charlas entre los cargos populares. La mayoría continúa opinando que es “imposible” porque “no dan los números”. “¿Hablar con Junts? Puigdemont sigue fugado de la Justicia y lo que tendría es que rendir cuentas ante los tribunales”, replican con contundencia desde Madrid. “El problema es Abascal, cuando se pone obtuso no reacciona”, zanja un barón territorial, que añade: “Estamos ante el típico tema de sobremesa de verano”.
Si bien, hay un sector más pragmático, que además destaca que al partido “y en especial a Feijóo” se le puede hacer muy larga “una legislatura entera” con Sánchez en Moncloa. “¿Por que Vox va a votar que no a echar a Sánchez? Si Junts le empuja, es decisión de Junts. Nosotros solo estaríamos favoreciéndolo”. “Ya veremos después de verano”, remata otro presidente autonómica a El HuffPost. Feijóo nunca ha descartado del todo esa opción. De momento, quiere a los suyos en alerta aunque el Gobierno no pare de repetir que no habrá generales hasta 2027.