"Recordad a Casero". "Esto no es lo de Casero": bronca en el Congreso tras el error del diputado de Junts
Eduard Pujol ha votado "sí" por error a Alberto Núñez Feijóo. La presidenta del Congreso ha decidido darlo por nulo, provocando polémica y críticas.
"Pujol Bonell, Eduard". "Sí". "Sí". "No". "Sí, sí". Esta sucesión de apenas trece segundos ha provocado una notable bronca parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Eduard Pujol Bonell, diputado de Junts, se acababa de equivocar al votar que sí al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la segunda de las votaciones de la sesión de investidura del dirigente popular.
"¡Ha votado!", gritaban desde su bancada los diputados del PP. Eran los mismos gritos que se escucharon cuando Herminio Sancho, parlamentario del PSOE, se equivocó hace dos días al votar también sí a Feijóo. Para su suerte, entonces se argumentó que la secretaria encargada de leer su nombre se había confundido al pronunciar su apellido. "Sancho, no Sánchez", dijo desde su escaño el socialista, que pudo rectificar el sentido de su voto: "No".
Pero lo de este viernes ha sido bien distinto. Nadie se equivocó al decir el apellido de Pujol Bonell. El diputado dijo sí y la secretaria que leía los nombres ratificó el sí. El "no" posterior del parlamentario de Junts no se ha recogido de ninguna manera, pese a que se escuchó claramente.
Al término de la votación, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, daba un receso de cinco minutos para el recuento. Han sido más de veinte. Los miembros de la Mesa se han arremolinado para discutir y discutir sobre lo que había pasado. Los del PP reclamaban a Armengol que se contase como válido el voto a favor de Feijóo. Los de izquierdas, que se tuviera en cuenta el sentido real del voto de Pujol, que rectificó con un claro y audible "no".
En medio de todo este 'marrón', el letrado de la Mesa, que no tenía solución alguna. Según han contado fuentes de la misma, argumentaba que no había un criterio jurídico preestablecido sobre este tipo de situaciones y que todas las posibilidades cabían como solución: darlo como sí, darlo como no o darlo como nulo.
Finalmente, Armengol ha decidido tirar por la vía de en medio: el voto sería nulo. Y el enfado en la Cámara ha sido mayúsculo. Gritos y gestos hacia Armengol desde la bancada del PP, que reclamaban ese 'sí' a Feijóo que no cambiaba nada y que les haría salir con una derrota, sí, pero con 173 votos a favor y no 172.
"El voto es irrevocable", argumentan desde las filas populares, desde donde remitían a uno de los últimos y más polémicos casos: "Recordad a nuestro compañero Alberto Casero".
"Esto no es Casero", respondía un miembro de la Mesa, que recordaba que en el caso del diputado extremeño —cuyo error al votar a favor de la reforma laboral salvó 'in extremis' una de las leyes fundamentales del Gobierno en la pasada legislatura—, se produjo de forma telemática y después de pasar un 'doble check' que le permitía rectificar.
"Un sí es un sí. Si se ha equivocado es su problema", insistían desde el PP, que insistían en que, en este caso, no había habido ni siquiera error a la hora de llamar al diputado.
Pero otros miembros de la Mesa recuerdan que los parlamentarios tienen un margen de diez segundos para rectificar, aunque reconocen que se debe aclarar para el futuro el criterio a seguir.
También se quejan de que la secretaria que ha leído el voto de Pujol, Carmen Navarro, que pertenece al PP, no haya dado fe del voto del parlamentario de Junts. "Su voluntad de votar no era clara", reprochan.
El tema ha quedado ahí y se discutirá, probablemente, en la próxima reunión de la Mesa del Congreso, donde deberán aclarar para futuras ocasiones qué hacer en estos casos. Y a la vuelta de la esquina tenemos otra posible investidura.