“Quien controle la Mesa, abrirá después la Moncloa”
Negociación de los partidos en pleno puente agosto. El PSOE se muestra confiado aunque reconoce en privado: “No hay que llevarse a engaño, no será fácil”.
Agosto atípico en lo político. Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, no dudó en convocar a su órgano de dirección el pasado miércoles 9 de agosto en Madrid. Los partidos, aunque discretamente, llevan días moviéndose a fin de encajar las piezas del puzle de la investidura. El único que se ha esforzado en transmitir un ambiente estival ha sido Pedro Sánchez, favorito en las quinielas para seguir en Moncloa, ahora de vacaciones en Lanzarote.
Hay una fecha marcada en rojo en el calendario, que pondrá negro sobre blanco sobre las posibilidades reales de Sánchez y Feijóo. El próximo jueves, se sentarán en el hemiciclo del Carrera de San Jerónimo los diputados elegidos en las últimas elecciones generales. Y serán votados los integrantes de la Mesa del Congreso, el órgano de gobierno de la Cámara. Un hito en las negociaciones, a ojos de las fuentes consultadas en los principales partidos. “Quien controle la Mesa, abrirá después las puertas de Moncloa”, según el resumen de un veterano parlamentario.
Antes de marcharse de vacaciones, Sánchez lanzó a los suyos un mensaje de tranquilidad. Básicamente, dio a entender que, pese a las posibles dificultades de la negociación, la legislatura echará a andar con él al frente de la presidencia del Gobierno. “Calma y a descansar”, fue la consigna, según un alto cargo socialista. Pero el calendario es el que es y Félix Bolaños, hombre de la máxima confianza del jefe del Gobierno, ya está en la capital para pilotar las negociaciones parlamentarias.
La Mesa se compone de un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. Y toca repartir. “¿Ceder la presidencia a otro partido? La presidencia del Congreso es clave, en la organización de la Cámara, pero también institucionalmente. Es la tercera autoridad del Estado. Ese puesto corresponde al PSOE”, en opinión de un líder autonómico socialista, descartando así que ese sillón sea cedido al PNV. Meritxell Batet ya ha anunciado que no volverá a ser la presidenta de la Cámara. Otra cosa, reseñan las fuentes consultadas, es que “se ayude” a los nacionalistas a tener grupo propio, con todas las ventajas que ello acarrea.
El PP también aspira a ese sillón central del hemiciclo, aunque sus posibilidades son escasísimas. Tendría que recabar el apoyo del PNV, que ya le ha dicho que no a la investidura y mira a Sánchez. “Será un día para sacar la calculadora”, en palabras de un cargo del PP, que bromea sobre los riesgos de cometer errores en una votación tan ajustada. La misma calculadora que seguramente utilizará el jefe del Estado después para sopesar a quién encargar la investidura. Será la siguiente pantalla.
“Discreción, responsabilidad y prudencia”, recetó Bolaños después de recoger sus credenciales como diputado, el jueves. Y el contexto invita a esa posible negociación entre bambalinas. Arranca el puente del 15 de agosto, con un Madrid desierto y más de media España de vacaciones.
“No hay que llevarse a engaño. No será fácil. La realidad política de Puigdemont es la que es, completamente particular. Pero Sánchez tiene la determinación de que eche a andar la legislatura. Y ya ha demostrado que es capaz de llevar a término las cosas”, trasladan en Ferraz. “Una legislatura al filo de la navaja”, en palabras de Emiliano García Page, que consideró “triste” que el futuro de la gobernación de España “dependa de un prófugo de la Justicia”, en referencia a Puigdemont.
En el PP, mientras, siguen reivindicando su victoria en las urnas y construyendo su propio relato “por lo que pueda pasar”. De momento, cuentan para la investidura de Feijóo con el “sí” de 171 parlamentarios: los 137 del PP, los 33 de Vox y el de Unión del Pueblo Navarro. Y continúan las negociaciones con Coalición Canaria, que les dejaría con 172 apoyos. Sobre si podrían incluso negociar con Junts para lograr su abstención, la dirección nacional se muestra ambigua: “Vamos a poner nervioso al PSOE con eso pero es evidente que esa vía es muy difícil”. “No está sobre la mesa”, zanjan los más reacios a ni tan siquiera plantear esa opción.
“Reiteramos nuestra disponibilidad. Si el Rey nos encomienda al PP y a Feijóo, el más votado, la investidura, cumpliremos con nuestra responsabilidad”, subrayó esta misma semana Cuca Gamarra, número dos de la formación. Aunque luego el candidato pierda la votación. A saber, “Feijóo haría un discurso de Estado, de presidente, frente la opción de Sánchez y el resto de sus socios. Además, con Vox en descomposición, reforzando el mensaje de unidad del voto. Y quién sabe qué pasará mañana o pasado. La legislatura podría convertirse en un campo de minas para Sánchez con la amenaza permanente de nuevas elecciones”, según las fuentes consultadas.
Si bien, el empeño de Feijóo también está provocando “cierta frustración” en las filas populares, según un barón territorial. “El PNV ha dicho claramente que no nos va a dar su respaldo y los números no dan. A partir de ahí, poco más hay que hacer. Los ánimos siguen bastante bajos. La gente está asumiendo que será Sánchez”. Bolaños, en su citada declaración pública, mostró su “respeto” ante la intención del líder gallego de ir a la investidura aunque “la aritmética en esto es muy clara: no tiene mayoría en el Congreso”.