Por qué Vox se está ganando a los jóvenes a través de TikTok (y el resto de partidos no)
Los mensajes de la ultraderecha calan entre la juventud en una red social en la que el resto de formaciones no han sabido hacerse notar.
El último barómetro del CIS, del mes de junio, acortaba las distancias entre el PSOE y el PP, dejando a los de Alberto Núñez Feijóo a apenas medio punto de los socialistas liderados por Pedro Sánchez a tan sólo un mes para las elecciones del próximo 23 de julio.
Pero en la letra pequeña, este estudio, así como el correspondiente al mes de mayo, incluía dos datos muy llamativos sobre los electores más jóvenes. Primero, que el partido de ultraderecha Vox aglutina entre los electores de entre 18 y 25 años su mayor número de votantes para el 23 de julio: el 10,4% dice que apoyará a la formación de Santiago Abascal.
Y segundo, que ya en mayo el 16,7% de los electores que en 2019 no pudieron votar porque no tenían la edad para hacerlo, aseguraba que apoyaría a la extrema derecha en las municipales y autonómicas que se celebraron el pasado 28 de ese mes. Sólo el PP obtenía mayor porcentaje entre este grupo de electores, con un 18,2%.
La mayoría de estos votantes tan jóvenes, según se desprende del estudio realizado por el CIS, son hombres.
¿Qué explicación tienen estos datos que muestra el CIS? Parte de la respuesta se encuentra en las redes sociales y, más concretamente, en TikTok, el lugar preferido de los más jóvenes junto con Twitch.
No son pocos los padres que hablan abiertamente en otras redes sociales como Twitter de que los chavales —si no directamente sus propios hijos— se informan más por TikTok de lo que sucede políticamente en España y, a través de ahí, asumen muchos de los postulados de la extrema derecha.
"En la franja de edad más joven, la izquierda tiene la batalla cultural perdida y el motivo se llama Tik Tok", advertía una usuaria hace unos días. "Mi hijo me dice exactamente lo mismo, tiene 16 y alucina con lo que ve en TikTok. Lleva meses diciéndome que VOX está creciendo entre los chavales de su edad, que no ve respuestas desde el “otro lado”", contestaba otro padre.
La compañía Science4Insgiths, una empresa dedicada a la investigación de mercados y al estudio del consumidor, publicó hace unos días el estudio La generación TikTok ante las urnas del 23-J, donde, a través de un análisis desde que comenzó el año, se analiza "la eficacia de la estrategia de los partidos políticos españoles en esa red social".
La formación de ultraderecha cuenta con 190.000 seguidores y más de 2 millones de 'me gusta', siendo el segundo gran partido con más seguidores en esta red social detrás de Podemos, que tiene más de 440.000 y supera los 9 millones de 'me gusta'. Muy lejos, como vemos, el resto de formaciones políticas, especialmente las más tradicionales.
Víctor Gil, fundador de la compañía que ha elaborado este estudio asegura que, pese a que Podemos tiene más seguidores y 'me gusta', "el primer partido, con gran diferencia y con mejor posición, es Vox. Segundo está Podemos, a bastante distancia, y muy muy lejos, tanto Sumar como los regionalistas". ¿Y los partidos tradicionales, es decir, PP y PSOE? "Fatal, quedan incluso por detrás de regionalistas como Bildu y Junts", explica.
Recuerda Gil que Vox aterrizó en la red social china casi de rebote, cuando en febrero de 2020 su cuenta de Twitter fue suspendida por publicar mensajes que incitaban al odio. De tal modo que pasó de una red social con 150 millones de usuarios a una con 500 millones y mayoritariamente utilizada por jóvenes.
Además, TikTok cuenta con otra característica muy importante, como destaca el propio Gil: su capacidad para viralizar los contenidos a través de vídeos cortos. "No es tan caja de resonancia como Twitter. En ambas hay mucho anonimato y una capacidad de ideologización bastante grande, pero al no producirse el efecto 'caja de resonancia', te expone a grupos y segmentos ideológicos que no seguirías y te puede convencer con discursos que no te llegan si no estás en esa 'caja'", indica.
"Lo que además tiene brutal TikTok es la capacidad de viralización, que no lo tiene otra red social. Eso de poder bajarte el vídeo, compartirlo en WhatsApp o Telegram, subirlo a Instagram o pasárselo a otra persona... Ese discurso más de meme, le da una viralización enorme", añade.
Y expone un caso muy concreto pero muy conocido: el famoso 'que te vote Txapote' que tanto le han gritado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que se ha ido viralizando a través de cuentas vinculadas a la extrema derecha. "Eso, que hace mucho daño, surge en la tele pero se viraliza en TikTok". Y, gracias a la capacidad de viralización de esta red social, pasa de una generación, la 'generación Z', a electores más mayores. "El uso de la red social va creciendo así en otros segmentos de edad", indica.
Raúl Magallón, periodista, profesor universitario y experto en desinformación en las redes sociales, también alude a la "gran capacidad de viralización" que tiene TikTok, pero apunta a otros aspectos sociológicos, como "la brecha generacional de confianza en los medios tradicionales" que hace que los más jóvenes "utilicen las redes sociales para el consumo de información y noticias". Algo que Magallón identifica "a partir de la pandemia", cuando se comienza a producir una "fatiga y una evasión informativa" en la que cada vez más gente quiere "evitar las llamadas hard news y los medios tradicionales".
En este sentido, explica, TikTok es un escenario ideal, ya que se trata de una red social "menos política" y cuyo algoritmo y tipo de narrativas atrae más a los más jóvenes.
Aun así, Magallón matiza lo de 'menos política', ya que cree que "hay determinadas cuestiones que forman parte de la vida política y social" que sí se tratan en esta red social.
"Hay cuestiones identitarias que tienen contenido político y que circulan en TikTok, no por debajo del radar de los medios, sino de forma paralela desde un punto de vista generacional", asegura. "Narrativas, cuestiones y problemáticas muy vinculadas a la identidad, que puede ser la nacional, de género y todo lo que tiene que ver con el feminismo, pero también en relación a cuestiones como la inmigración", añade. "Temas sensibles que van adaptando un imaginario generacional y ahí es donde ese relato se rompe", afirma el periodista.
Ahí es donde Vox ha triunfado. "En TikTok hay cero conversación sobre pensiones y muy poca sobre economía, pero mucha discusión sobre temas polarizantes como la igualdad, la inmigración, la inclusión social y todo lo relacionado con lo LGTBI", indica Gil, cuya empresa ha analizado la temática y se ha dado cuenta de que "a la 'generación Z' este tipos de cuestiones como la economía, sesudas, de posicionamientos políticos; les aburre" y prefieren quedarse "con eslóganes" y "mensajes poco sesudos".
"Vox ha sabido encontrar en esta plataforma una forma de conexión con un perfil de elector que es muy afín a su partido. Hemos analizado otros estudios como el CIS y, cuando analizas los microdatos, ves que la generación Z es la que, por encima de las más mayores, más se autoubica en la derecha ideológicamente", explica. Lo que no sabe bien definir Gil es "qué es antes, si el huevo o la gallina", es decir, "si encuentra en TikTok un público afín o ha conseguido seducirlo a través de TikTok".
Magallón cree que parte de la explicación a que los jóvenes se sientan atraídos por este discurso tiene que ver con las características propias de este sector de la población. "Cuando hablamos de política, son más abstencionistas e interpretan muchas cuestiones políticas desde la identidad personal, la propiedad y el horizonte de expectativas". En este sentido, cree que "el contexto que se puso de moda el año pasado, el de permacrisis, un relato de incertidumbre permanente, no ayuda a crear ese horizonte de expectativas" y hace que a los jóvenes se les diga ya que, "no es que vayan a vivir peor que sus padres, sino que van a vivir peor que todas las generaciones".
Considera Magallón que redes sociales como TikTok "apelan mucho más a lo emocional", a "atajos racionales" que permiten "crear un caldo de cultivo donde desconfías del sistema político", algo que considera "peligroso" y que va "más allá de ese posible abstencionismo" propio de los jóvenes. A eso se une que esta red social está "menos monitorizada que Twitter, que es un poco burbuja, o que Facebook". "TikTok tiene además más viralización que estas redes sociales, son los ingredientes perfectos", agrega.
El experto recuerda que un joven de educación secundaria pasa más tiempo en redes sociales que en clase, y critica que no se haya conseguido desde las instituciones "integrar en los planes de estudio todo lo que tiene que ver con las redes sociales".
"Vox domina esta plataforma y en cierta medida tiene una ventaja sobre este segmento de población que no es muy grande, pero es un segmento importante para elecciones que vienen", apunta Gil, quien añade que, además, lo que no parece tener la ultraderecha en esta red social es competencia alguna del resto de partidos.
"Porque vemos en un segundo lugar a un Podemos desactivado, que ha ido perdiendo tracción a medida que se le ha ido complicando su situación; a Sumar que todavía es muy pequeñito y a los tradicionales que se mueven en un entorno hostil", explica.
El motivo de que sea hostil es el comportamiento de los seguidores de la ultraderecha, que también se aplicaba antes a los de Podemos. "Se produce un fenómeno entre sus seguidores, que tienen más una condición de fan que de activistas políticos, y que no sólo publican comentarios positivos, sino que van a las redes de otros partidos a hacer de 'trolls'. Eso se observa en TikTok, especialmente en la gente de Vox. Al revés no sucede, es muy curioso, gente de otros partidos no van a los perfiles de Vox a darles caña. Puede ser por miedo a que se les eche encima la marabunta".
Otro aspecto llamativo analizado por la empresa de Gil es que la ultraderecha "tiene un perfil algo más moderado en TikTok que en Twitter". "Puede ser una estrategia, para que sean contenidos que puedas compartir sin que te llamen 'megafacha'", explica.
El resto de partidos, indica, apenas tiene estrategia en esta red social. "En el caso de Podemos y Sumar no hay apenas diferencia, es un discurso relativamente joven, como en el resto de redes sociales. En el del PSOE, sí se observa un intento de llegar a esta generación", asegura Gil, a través de temas como el bono cultural.
Y si los jóvenes usan las redes sociales para informarse, ¿qué responsabilidad tienen de ello los medios tradicionales? Magallón trata de dar respuesta a esta cuestión asegurando que "los más jóvenes no tienen fidelidad y lealtad a los partidos" y que "la polarización lo que hace es desmovilizarse, porque no se sienten representados y lo ven todo como un juego de adversarios". "Los medios, en muchas ocasiones, alimentan esa polarización, aunque sea de manera involuntaria y muy vinculada a ciclos de actualidad", apunta.