¿Qué está pasando entre Brasil y Elon Musk?

¿Qué está pasando entre Brasil y Elon Musk?

Un juez brasileño ha ordenado bloquear el acceso a la red social del multimillonario.

X, bloqueada en Brasil.Hakan Nural/Anadolu via Getty Images

Los protagonistas: Alexandre de Moraes, juez superestrella del Tribunal Supremo Federal brasileño (STF) venerado por la izquierda y repudiado por la derecha. Elon Musk, en estos momentos el hombre más rico del mundo según Forbes y propietario de la red social X, antes Twitter. El titular: Alexandre de Moraes ha ordenado el cierre de X en Brasil. El contexto, muy resumido: Moraes investiga desde hace tiempo la reproducción de discursos de odio, desinformación y bulos, motivo por el que pidió a X el bloqueo de algunas cuentas que habían participado o instigado el intento de golpe de Estado tras la victoria del presidente Lula da Silva. Musk no solo se negó, sino que cerró sus oficinas en Brasil y despidió a todos sus empleados, dejando a su empresa sin un representante legal que pudiera intermediar con las autoridades brasileñas, algo que no permite la legislación. Desenlace: X está bloqueado en Brasil.

La batalla no es nueva, aunque se haya recrudecido en los últimos días. El magistrado más famoso de Brasil y el hombre más rico del mundo protagonizan un enfrentamiento desde hace meses. Para Moraes, Musk es un “forajido” que permite “la difusión masiva de desinformación, discursos de odio y ataques al Estado democrático de derecho, violando la libre elección del electorado al mantener a los votantes alejados de la información real y veraz”. Para Musk, Moraes es un “dictador” que solo busca “censurar”, una opinión que comparte con el expresidente Jair Bolsonaro.

Si el bolsonarismo odia a alguien igual o más que a Lula da Silva, esa persona es Alexandre de Moraes. Tras el conocido como asalto a la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia el 8 de enero de 2023, cuando partidarios de Bolsonaro invadieron el Congreso, la Presidencia y el Supremo, Moraes fue categórico, garantizando que serían castigados todos “los que perpetraron los actos, los planificaron, los financiaron y los alentaron por acción u omisión”. Y la red social de Musk era una de ellas.

Según el magistrado, X “contribuyó al intento de golpe de Estado”: “Es inadmisible que ninguno de los representantes de los proveedores de redes sociales y servicios de mensajería privada, especialmente el antiguo Twitter, ahora X, sea ajeno a la instrumentalización delictiva que se está llevando a cabo por las denominadas milicias digitales, en la difusión, propagación, organización y expansión de innumerables prácticas ilícitas en las redes sociales, especialmente en el gravísimo ataque al Estado Democrático de Derecho y en el intento de destruir el Tribunal Supremo Federal, el Congreso y el Palacio de Planalto, es decir, la propia República brasileña”.

A pesar de que Musk se considera un absolutista en la defensa de la libertad de expresión y aunque ahora clame al cielo, no sería la primera vez que X bloquea cuentas, tampoco en Brasil. Es más, según un informe de Rest of World, desde que el multimillonario asumió el control, X respondió favorablemente a más exigencias de diferentes Gobiernos que antes de la adquisición. ¿Por qué negarse ahora?

El próximo mes de octubre se celebran en Brasil las elecciones municipales y, al menos según Moraes, es clave para entender la negativa de Musk. En la sentencia en la que ha ordenado el bloqueo del acceso a X, el magistrado entiende que X pretende “situarse fuera de la ley brasileña en vísperas de las elecciones municipales”, algo que “demuestra su clara intención de mantener y permitir la instrumentalización de las redes sociales, con la difusión masiva de desinformación y con la posibilidad del uso nocivo e ilícito de la tecnología y la inteligencia artificial para dirigir clandestinamente la voluntad del electorado, poniendo en riesgo la democracia, como ya lo había intentado anteriormente en Brasil y en varios países del mundo el nuevo populismo digital extremista”. Musk, denuncia el juez, quiere convertir su red social en una “tierra sin ley”, y eso es un “riesgo gravísimo” para los comicios de octubre.

Alexandre de Moraes tampoco se calla ante las acusaciones de Musk, que excusa la desinformación, los bulos y los delitos de odio en una singular defensa de la libertad de expresión. No todo cabe en la definición, explica el juez. “De nuevo”, dice, “Elon Musk confunde libertad de expresión con una inexistente libertad de agresión, confunde deliberadamente censura con prohibición constitucional del discurso de odio y de incitación a actos antidemocráticos".

El recurso constante de Musk a las acusaciones de censura choca, sin embargo, con su propio comportamiento, aunque reciba menos atención y lo publicite menos. Como ejemplo, la denuncia de Musk contra la organización de información e investigación sin ánimo de lucro Media Matters, que se dedica a “monitorear, analizar y corregir de manera integral la desinformación conservadora en los medios de comunicación de Estados Unidos”. El multimillonario les acusa de publicar “artículos desfavorables” en su contra, como un informe que mostraba mensajes supremacistas al lado de anuncios de Apple, IBM o Disney. El multimillonario los señala como responsables de la fuga de anunciantes de su plataforma y los ha llevado a juicio.

  Elon Musk, contra Alexandre de Morais.Jaap Arriens/NurPhoto

Es innegable, además, que el regreso constante a la defensa de una supuesta libertad de expresión sin límites no es más que una excusa para no abordar la proliferación de los discursos de odio en su red social. Un estudio recogido por Wired del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California (USC), la Universidad Estatal de Oregón, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de California en Merced concluyó que la incitación al odio en Twitter aumentó “drásticamente” en las semanas posteriores a la compra por parte de Musk.

Hay más. Mientras Musk alienta un discurso antiinmigración y antimusulmán – llegó a escribir que la guerra civil en el Reino Unido era “inevitable” – la falta de control en X ha permitido el regreso de cuentas del Estado Islámico. Según denunció Moustafa Ayad, director ejecutivo del Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD) para África, Oriente Medio y Asia, “en los primeros doce días de la adquisición, el ISD rastreó 450 nuevas cuentas de Twitter del Estado Islámico, un aumento del 69 por ciento con respecto a los doce días anteriores”.

La revista recuerda que, poco después de adquirir Twitter en 2022, Musk despidió a casi la mitad de su plantilla, siendo los equipos de Confianza y Seguridad – encargados de moderar los contenidos – de los más afectados. En Wired, Theodora Skeadas, una exmiembro de estas secciones, aseguró que, antes de que Musk tomara las riendas, había unos 400 empleados en las áreas de Confianza y Seguridad y unos 5.000 trabajadores externos que ayudaban en la moderación. La inmensa mayoría fueron despedidos.

Mientras el hombre más rico del mundo no cumpla con la legislación brasileña, X seguirá bloqueado en el país. Y no solo eso. El juez, en una decisión si acaso más polémica, ha determinado multas de más de 8.000 euros a todas las personas que accedan a la red social a través de una VPN.

Brasil era, hasta ahora, el tercer país con más usuarios activos en X, 22 millones.