¿Qué es eso de Bluesky, la red social a la que se está yendo la gente que deja X?

¿Qué es eso de Bluesky, la red social a la que se está yendo la gente que deja X?

En apenas unos días, la plataforma Bluesky ha alcanzado los veinte millones de usuarios cuando hace unos meses apenas tenía unos miles. ¿El motivo? El abandono de lo que antes fue Twitter y ya no lo es tras Elon Musk.

Bluesky.Mario Tama/Getty Images

Más allá de tecnicismos y motivaciones ideológicas profundas, quizás el creador de The Wire, Treme o Show me a hero, David Simon, reflejara mejor que nadie la emoción de muchas de las personas que en los últimos días está migrando de X a Bluesky. Lo hizo el pasado 2 de noviembre, a apenas tres días de las elecciones estadounidenses. “Si entras accidentalmente en la pestaña Para Ti de este agujero de mierda [en referencia a la red social X] - y por accidentalmente quiero decir que el algoritmo la abre por defecto – te expondrás a una letanía de mentiras absolutas y basura en apoyo del ser humano más mentiroso y despreciable que haya sigo elegido presidente y quien, ahora, increíblemente tiene serias posibilidades de acceder al mismo empleo. Elon Musk compró esta plataforma, que ya presentaba fallas, solo para este momento. Y está totalmente comprometido. Que le jodan. Y que le jodan a este sitio infernal después de este ciclo electoral. Si este es el futuro de las redes sociales, entonces la república no durará mucho”, escribió un Simon que no ahorró en sinceridad.

Para desgracia de Simon y jolgorio de Musk, Trump recuperó su antiguo empleo y, como había asegurado, el experiodista del The Baltimore Sun comenzó saltó en busca de otros destinos. Simon creó una cuenta en Bluesky, donde tratará de comprobar si de verdad el futuro de las redes sociales es el presente de X. “Me siento como uno de mis antepasados que abandonó los guetos destartalados del viejo mundo en busca de la promesa de uno nuevo”, escribió en el anuncio de su éxodo.

Si bien ha habido ya varias salidas masivas de Twitter, como cuando Musk compró la red social, sin duda la más importante ha comenzado hace unos días, posiblemente impulsada por la decisión de The Guardian. Tras considerarlo “durante mucho tiempo”, el periódico británico anunció que dejaría de utilizar X. “La campaña electoral presidencial de EEUU solo sirvió para subrayar [...] que X es una plataforma de medios tóxica”, explicaron en un texto en el que aseguraron que “los beneficios de estar en X ahora son superados por los aspectos negativos”.

No hay que buscar demasiado para encontrar el motivo de que sean ya millones las personas que quieran encontrar una alternativa a, como dijo David Simon, “este sitio infernal”. La razón es obvia: Elon Musk. Elon Musk y todo lo que ha ido tocando en Twitter para convertirlo en lo que es hoy, un lugar infecto plagado de desinformación y cuyo objetivo final es embrutecer a la sociedad alentando el extremismo. Y lo peor es que es suyo. Es su juguete y seguirá haciendo con él lo que quiera, por mucho que haya quien se crea capaz de combatirlo.

Ante esta realidad, una de las redes sociales que se está viendo más beneficiada es Bluesky, una plataforma casualmente fundada por el mismo que creó Twitter, Jack Dorsey. Cuando todavía era el jefe de Twitter, Dorsey reunió a un pequeño equipo de ingenieros para trabajar en una red social descentralizada, una plataforma realmente transparente y que garantizara la libertad de sus usuarios. Fue así como nació Bluesky, ahora independiente, obviamente, de X, y hasta del propio Dorsey, que ya no forma parte de la compañía enfrascado como está en el negocio de las criptomonedas.

¿Pero por qué Bluesky está siendo la alternativa a X, si la creó el mismo que fundó Twitter? La clave es la descentralización. ¿Qué quiere decir eso? Básicamente, que no existe un algoritmo diabólico que te muestra lo que quiere el jefe. Es decir, tú eres tu propio algoritmo, tú escoges el contenido. Ves lo que quieres ver y no lo que otros quieren ofrecerte. Además, opera con un protocolo abierto, lo que permitirá que Bluesky no sea una ciudad amurallada como la mayoría de las plataformas de éxito y garantizará la interoperabilidad con otras redes sociales. ¿Qué quiere decir esto? Imagínate que quieres comunicarte con alguien que tiene una cuenta en Facebook pero a través de X. No se puede. Pues Bluesky, al igual que otras plataformas alternativas como Mastodon, aspira a asegurar esa posibilidad. Es decir, si tienes una cuenta en Mastodon, por ejemplo, podrás interactuar con alguien que tiene una cuenta en Bluesky. Y si en algún momento quieres llevarte tu cuenta de Bluesky a Mastodon, podrás hacerlo con todo tu contenido y tus seguidores. Es más, si no te gusta cómo Bluesky hace las cosas, podrás crear tu propia red social y funcionar en Bluesky. Complejo. Pero sería básicamente un tú mandas.

Otra de las claves que explica la decisión de muchas personas de migrar a Bluesky (a punto de llegar a los 20 millones de usuarios) es la posibilidad de un bloqueo mucho más efectivo que en X, la promesa de que no se utilizará tu contenido para entrenar a la inteligencia artificial o que no aspiran a un modelo de negocio basado en la publicidad sino en las suscripciones.

Cabe señalar, no obstante, que, pese a que Bluesky está siendo estos días la novedad, alcanzando los primeros puestos en las listas de aplicaciones más descargadas, también en España, no es la única plataforma que se está beneficiando de la antipatía a Elon Musk. Además de plataformas como Mastodon, aunque menos intuitiva, está también Threads, cuyo número de usuarios es aún muy superior al de Bluesky al estar íntimamente conectada a Instagram. Claro que detrás está Mark Zuckerberg. Pese a todo, la plataforma tampoco para de crecer. El escritor Stephen King, por ejemplo, anunció hace unos días también su salida de X para continuar, por ahora, en Threads.

Sea una u otra la plataforma escogida, lo que es cierto es que cada vez son más las personas que se han cansado de la involución de lo que en su día fue Twitter, que tampoco era perfecta, pero al menos no estaba repleta de bulos, acoso y extremismo. Un lugar, X, cuya atmósfera se ha tornado, según Stephen King, “demasiado tóxica”. Y pocas personas saben más de atmósferas tóxicas que King.