PSOE y Sumar se distancian y el PP entra en el debate 

Algo ha cambiado en el debate político y mediático en los últimos días. De sopetón, la conciliación y la vivienda han acaparado discursos y entrevistas, y con ello horas de radio y televisión y espacio en los periódicos. El Partido Popular ha tenido mucho que ver en ello, tal y como avanzó El HuffPost. Con sondeos internos en la mano, Alberto Núñez Feijóo ha decidido abrir el abanico de temas en los que dar la batalla, descolocando así al Gobierno. La amnistía y el denominado cupo catalán han quedado en un claro segundo plano.

El giro de Feijóo le ha permitido recuperar la iniciativa en el ámbito social y económico. Primero, fue anunciando medidas sobre su ley de conciliación hasta registrarla esta misma semana en el Congreso de los Diputados. Tras ello, ha empezado con la vivienda, cuyo plan nacional también llevará a las Cortes Generales este mes de octubre. “No hay proyecto de país si los jóvenes no tienen proyecto de vida”, afirmó el viernes en el Foro La Toja.

“Nuestra prioridad es crecer a derecha e izquierda, pero principalmente arrebatar escaños al bloque que confió en Pedro Sánchez. Esa es la gran batalla”, resumen desde el equipo del jefe de la oposición. ¿Cómo? Espoleando el voto joven y femenino que pueda estar descontento con la izquierda, principalmente por la “precariedad económica”. “Los datos macro son buenos pero es imposible alquilar o ahorrar algo”, exponen en Génova, con esos estudios demoscópicos en la mano.

Esta estrategia de Feijóo ha cogido con el pie cambiado al Gobierno, pero también a parte de los suyos. Y no todos ellos se muestran a favor. La más crítica públicamente ha sido Esperanza Aguirre, otrora líder de los populares en Madrid, la estructura que está deslizando más reticencias. “Esto ya lo hizo Rajoy y empezaron a surgir partidos a nuestro alrededor como Vox”, según el resumen de un diputado autonómico. En cambio, María José Catalá, la regidora de Valencia, no dudó en aplaudir el nuevo plan de su jefe de filas.

En el cuartel general de los populares aseguran que “no hay vuelta atrás, estamos convencidos” y, lo cierto, es que en el Gobierno han tomado nota. Especialmente, en el ala de Sumar. Para empezar, Yolanda Díaz ha dado la bienvenida a Feijóo a los debates sociales, favoreciendo la posible fotografía con Feijóo de la que ya dio cuenta este periódico. Y, para continuar, apretando al PSOE para no perder estas banderas, especialmente en materia de vivienda.

Las tiranteces entre Díaz y Pedro Sánchez no han hecho más que aumentar. Los de Sumar han puesto en la diana en la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Esto dice Aina Vidal en una entrevista en Artículo14 que se publica este sábado: “Está dando tumbos, no está respondiendo a las necesidades de la ciudadanía y nos sale un día sí y otro también con desatinos”. “La vivienda puede hacer caer el Gobierno”, es el mensaje que han transmitido el equipo de Díaz.

Por ello, Sumar ha apretado para celebrar un pleno monográfico sobre vivienda en el Congreso, que el PSOE ha acabado aceptando a regañadientes. “Hay que comparar modelos y liderar esto”, exponen las fuentes consultadas. “El Parlamento no puede permanecer callado ante la emergencia habitacional que sufre el país y las movilizaciones por el derecho a la vivienda que serán masivas”, en palabras de Íñigo Errejón, que esta semana ha criticado en varias ocasiones a Rodríguez.

No ha sido el único asunto de fricción. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, anunció que en los próximos días procederá a abrir una mesa de negociación con los agentes sociales para la reforma de la incapacidad temporal, con la que quiere flexibilizar, desde la voluntariedad, la reincorporación laboral de personas con una baja médica. Y estalló la polémica. “Con la salud no se juega”, se revolvió la propia Díaz, haciendo matizar a su compañera socialista.

“Hay que estabilizar la legislatura”, enfatizan en el bloque socialista del Ejecutivo, molestos con los intentos de la vicepresidenta de “sacar la patita”. El equipo de Pedro Sánchez continúa intentando enderezar el rumbo, tratando de conseguir los apoyos necesarios para la senda de déficit, antesala de los Presupuestos Generales del Estado, después de retirar su votación en la Cámara Baja. En Moncloa insisten en que hay “margen” y se está “trabajando”. El jueves, permitió a Bildu vender el fin de la denominada ley mordaza para lamento de los sindicatos policiales. Con Junts lo tiene más difícil, a tenor de las últimas declaraciones de Carles Puigdemont.