PSOE y PP escenifican un cierto renacer bipartidista con la renovación del CGPJ

PSOE y PP escenifican un cierto renacer bipartidista con la renovación del CGPJ

Los socialistas escogen pactar con el PP antes que renovar las mayorías necesarias para renovar el Poder Judicial.

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños (d), y el vicesecretario del Partido Popular (PP), Esteban González Pons (i).EFE/Laura P. Gutiérrez

Si durante los últimos meses la relación entre PSOE y PP parecía haber liquidado todo apego, en apenas unas horas la capital belga, Bruselas, ha sido testigo de una suerte de reencuentro bipartidista; primero con el reparto de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, y entrada la tarde con el súbito acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, caducado desde hace más de cinco años y medio tras las constantes negativas del Partido Popular.

No hay mejor evidencia de este reciente entendimiento —Ayuso, Gómez, cartas y elecciones mediante— que las afectuosas palabras del negociador del PP, Esteban González Pons, hacia su homólogo socialista, Félix Bolaños. Dos años de negociaciones entre ambos suponen, dijo, "casi el principio de una amistad". Casi porque, si bien han estado juntos en la foto, han optado por comparecer por separado de manera que, como expresó Pons, pudieran sentirse más "cómodos respondiendo".

Han pasado más de cinco años y medio desde aquel WhatsApp del entonces portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, que reventó un acuerdo entre los dos grandes partidos que, más allá de los vocales escogidos, poco difiere del alcanzado este martes. A pesar de los continuos ultimátum de los socialistas, a quienes sus socios presionaban para revertir las mayorías necesarias para renovar el CGPJ y así no depender del Partido Popular, lo cierto es que el PSOE siempre consideró "deseable" contar con los de Alberto Núñez Feijóo, superado además el escollo electoral.

Pese a las celebraciones en Ferraz y Génova, la nueva avenencia entre PP y PSOE ha horadado la confianza en los partidos que sustentan el Gobierno de coalición. Aunque nunca mostraron confianza extrema en el punto y aparte anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que vendría acompañado de un plan regeneración democrática, no concebían que la primera decisión fuera un pacto a solas con el PP. Desde ERC, Gabriel Rufián directamente ha dado la bienvenida "a la gran coalición". "Hoy el PSOE ha anunciado un nuevo socio", ha valorado el diputado de ERC.

El representante republicano, que ha revelado que no han sido consultados, ha lamentado el primer efecto de las meditaciones de Pedro Sánchez: "Hace apenas dos meses el presidente se tomó cinco días de reflexión diciendo que existía una máquina del fango en la que metía al PP, y dos meses después, pacta con el PP para frenar la máquina del fango". 

"Para terminar con la desinformación y con la guerra judicial, pacta con los elementos que él mismo identificaba como partícipes de esa guerra judicial", ha expuesto para atestiguar que "es lo que lleva pasando los últimos cuarenta años". Si bien también ha revelado que sigue pensando que un Gobierno del PSOE y Sumar es mejor que uno con PP y Vox, Rufián ha considerado que "hoy se ha visto de nuevo la pulsión del PSOE para pactar con el PP". "Se venderá como un Pacto de Estado, pero no lo es, es una patada hacia adelante", ha zanjado.

En la misma línea se ha expresado la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, haciendo también alusión a las promesas de regeneración del presidente del Gobierno. "El 16 de junio dijo en una entrevista que el PP es el lawfare en España", ha recordado para sentir que "el punto y aparte tras sus cinco días de reflexión" no implique "la democratización de la Justicia con la mayoría plurinacional y democrática". "En vez de eso, vemos una rendición ante el PP", ha dicho.

Aunque Belarra no ha especificado si esta decisión supondrá la retirada del apoyo de la formación morada al Gobierno de coalición progresista, sí ha manifestado que este martes "se inaugura una nueva legislatura con la construcción de una gran coalición entre PP y PSOE": "Esta elección no responde a lo que las urnas votaron el 23 de julio y no se va a hacer, desde luego, con la complicidad y el silencio de Podemos".

Por otro lado, desde EH Bildu han apuntado que "el reparto de puestos con el PP puede perpetuar la politización de la justicia", al tiempo que han advertido "de que en el futuro se vuelvan a producir situaciones de bloqueo por parte de la derecha". "Se trata de un acuerdo con un PP que hoy ni siquiera oculta la utilización de la justicia para sus intereses y fines políticos", han denunciado.

Por su parte, Aitor Esteban, del PNV, ha optado por mostrar cierto desencanto. "Sorprende que hayan tardado tanto tiempo, no parecía tan difícil", ha señalado al tiempo que ha querido recordar que esto demuestra que "entre PSOE y PP tienen la mayoría suficiente para hacer los cambios que les dé la gana".

Desde Sumar, no obstante, quienes conforman el Gobierno de coalición junto con el PSOE, también han celebrado el acuerdo como "una gran victoria para la democracia al haber terminado con el secuestro del Poder Judicial por parte del Partido Popular". Así lo ha expresado el diputado Enrique Santiago. Aunque ha aclarado que la negociación la ha llevado en exclusiva el ministro de Justicia, Félix Bolaños, sí ha admitido que, "como miembros del Gobierno", han dado sus "criterios a la hora de proponer vocales, todos ellos personas con acreditada trayectoria profesional y que sin duda lo harán mejor que el anterior CGPJ". El diputado de Sumar, sin embargo, ha considerado que habrá que ver a fondo el acuerdo: "El diablo está en los detalles".

Más que el posible inicio de una amistad al que hacía referencia Esteban González Pons, como la de la película Casablanca, PP y PSOE podrían acudir a otro gran diálogo del filme de Michael Curtiz, aquel en el que Ugarte le espeta a Rick: "¿Sabes? Tengo muchos amigos en Casablanca, pero por alguna razón solo confío en ti a pesar de tu desprecio".