El PP arrasa en el 28-M y abre una honda crisis en el PSOE

El PP arrasa en el 28-M y abre una honda crisis en el PSOE

Feijóo, gran triunfador, arrebata la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, La Rioja y Extremadura a los socialistas, que sólo retienen Castilla-La Mancha. Vox será llave. 

Feijóo, rodeado de Almeida y Ayuso, en el balcón de la sede del PP en Madrid.EFE

El PP arrasa, Alberto Núñez Feijóo triunfa y el PSOE entra en una crisis pocas veces vista. El plebiscito planteado por la derecha al 'sanchismo' ha triunfado en España. Ese es el resumen de las elecciones municipales y autonómicas de este 28 de mayo, donde los populares han arrebatado a los socialistas cinco comunidades autónomas: Baleares, La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana y Extremadura. Eso sí, dependerá de la ultraderecha para gobernar en la mayoría. 

Pero también importantes capitales de provincia, algunas históricamente socialistas, como Sevilla. En las otras siete capitales de provincia andaluzas también ha ganado el PP. Y en Madrid, donde logra la mayoría absoluta. Y en Valencia. Y en Valladolid. Y un largo etcétera insoportable para el PSOE. En total, adiós a 15 de las 22 capitales de provincia en las que gobernaban. Y 800.000 votos menos que el PP. 

Ya pintaban bastos para los socialistas al arranque de la noche, con la mayoría de los sondeos a pie de urna —muchos eran encuestas realizadas durante los últimos días— vaticinando el vuelco electoral del PP. Y se han confirmado los peores presagios para la izquierda. 

Al inicio de la jornada, Feijóo contaba apenas segura con la victoria de Ayuso en Madrid y la de López Miras en Murcia. En el aire estaban el resto de regiones, aunque había serias esperanzas en Aragón y la Comunidad Valenciana. 

Lo logrado al final de la noche es mucho más de lo que esperaban en Génova, cuartel general del PP, y de lo que podían imaginar en Ferraz, la sede del PSOE, donde la jornada ha sido de total pesadilla. Los de Feijóo se hacen con un poder territorial incontestable: 11 de las 17 comunidades autónomas estarán gobernadas por dirigentes del PP. 

El líder del PP tenía como examen mantener lo que tenía y resistir a la incontestable victoria de Ayuso en Madrid, de la que apenas había dudas. Lo que ha cosechado le da poder suficiente para mantenerse como gran baluarte del partido hasta las generales, donde llegará con una fuerza similar a la que tuvo Rajoy cuando ganó las elecciones en 2011. 

Con esto en la mano, por primera vez desde el balcón de Génova, un Feijóo exultante, rodeado de Ayuso y Almeida, ha proclamado el inicio de "un nuevo ciclo político" que ha prometido "abrir con todos y para todos en los próximos meses". 

"Es la victoria de otra forma de hacer política. Hemos cambiado la forma de hacer política en España y España nos ha dado su confianza. Ha ganado la centralidad frente al radicalismo, el respeto frente a las descalificaciones, el interés general frente a los intereses minoritarios", ha añadido Feijóo. 

El líder del PP ha pedido al resto de partidos, especialmente al PSOE, que "hayan entendido el mensaje de los españoles" tras los resultados de este domingo.

El otro gran triunfador de la noche ha sido Juanma Moreno, presidente de Andalucía, donde el PP ha ganado en todas las capitales de provincia, de Cádiz a Almería. Y hasta Sevilla, el feudo histórico del PSOE, donde los populares se han hecho con la alcaldía doblando su número de votos respecto a 2019. 

Aun así, el PP dependerá de la ultraderecha para consolidar todo ese poder regional y municipal. Es decir, los populares están condenados a repetir el gobierno de Castilla y León, donde la experiencia con su vicepresidente ha sido realmente traumática. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha salido a celebrar los resultados —la extrema derecha dobla sus resultados respecto al 3% obtenido en 2019— que ha definido como "la consolidación papel de Vox como partido absolutamente necesario para construir la alternativa a los socialistas, los comunistas, y sus socios separatistas y terroristas".

En la izquierda la debacle es monumental. La pérdida de poder del PSOE ha sido tan grande que habrá que escuchar las voces de los 'barones' socialistas tras lo ocurrido este domingo. Porque dos de los más críticos con las alianzas del Gobierno de Sánchez, Javier Lambán, en Aragón, y Guillermo Fernández Vara, en Extremadura, se han quedado en la estacada. 

Especialmente dolorosa es esta última derrota, en uno de los históricos feudos socialistas, que a partir de ahora gobernará la popular María Guardiola. El otro, Castilla-La Mancha, ha estado a un pelo de también caer en favor del PP, pero Emiliano García-Page ha resistido revalidando su mayoría absoluta. 

La izquierda también pierde la Comunidad Valenciana, un territorio conquistado a la derecha tras los escándalos de corrupción del PP, aparentemente perdonados por la ciudadanía, que ha vuelto a otorgar la confianza a los populares tanto en la región, con Carlos Mazón al frente, como en la capital, donde María José Catalá será alcaldesa. Feijóo se exprimió en esta región al considerarla fundamental para su llegada a La Moncloa y ha conseguido su objetivo. El Botánic, el pacto entre PSOE y Compromís, cae tras ocho años gobernando. 

También cae a favor de la derecha Aragón, donde Lambán dejará de ser presidente también tras dos legislaturas en las que ha sido una de las voces más críticas a nivel interno en el PSOE. Con el permiso de Vox, Jorge Azcón, hasta hace poco alcalde de Zaragoza, será su nuevo presidente. Y las Islas Baleares, otro territorio donde el PSOE gobernaba desde hace ocho años con Francina Armengol al frente. La popular Marga Prohens, también dependiendo de Vox, será quien lidere esta región en la próxima legislatura.  

Otra dura derrota para los socialistas se ha producido en La Rioja, comunidad que en Ferraz contaban con retener y que ha caído del lado del PP con mayoría absoluta incluida. 

  Javier Lambán, presidente de Aragón, tras perder las elecciones.Europa Press via Getty Images

Tras la ruinosa noche, la encargada de dar la cara ha sido la portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, que ha asegurado que los socialistas deben de hacer una "reflexión de cara a los próximos meses" y "esforzarse" para lograr la "confianza" en las generales.

"No vamos a ocultar que aspirábamos a forjar mayorías de progreso gracias a la movilización del electorado progresista que es evidente no se ha producido. Pero la voluntad de los ciudadanos es clara y el PSOE asume que debemos hacer las cosas mejor, esforzarnos más para lograr esa confianza en las próximas elecciones", ha dicho en una intervención sin preguntas, de apenas unos minutos. "Recogemos el guante, entendemos el mensaje y desde ya nos ponemos a trabajar con más intensidad", ha agregado.

Y es que a los socialistas apenas les queda el consuelo de poder gobernar en Barcelona, donde Xavier Trías se ha hecho con la victoria pero donde un pacto entre Collboni, segundo, y Colau, tercera, podría darle la alcaldía al PSC. 

Cero sorpresas en Madrid, donde el PP ha barrido a sus rivales. Doble mayoría absoluta para Ayuso en la comunidad y para Martínez-Almeida en la capital. En este territorio se ha esfumado Podemos, que finalmente no ha servido para decantar parlamentos ni aquí ni en prácticamente ningún territorio. Los morados han pasado de tener casi medio millar de concejales a apenas 200.

Al menos, Podemos tiene el consuelo de no desaparecer del mapa como Ciudadanos, el gran damnificado de estos comicios. Ni Begoña Villacís ha conseguido escaño. 

El tsunami azul ha arrasado en el 28-M. Habrá que ver si la ola llega hasta diciembre y su inercia deja a Feijóo en La Moncloa. 

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Jefe de Política de El HuffPost