"Han pasado más personas por aquí que por los colectivos": la primera librería LGTBI de España cumple 30 años

"Han pasado más personas por aquí que por los colectivos": la primera librería LGTBI de España cumple 30 años

En este Orgullo, Berkana cumple tres décadas al servicio del colectivo y del activismo.

Mili Hernández, fundadora de Berkana, en una imagen de archivo.Samuel de Roman

Mediados de junio. Madrid. En el Parque del Retiro hay un bullicio más fuerte de lo normal. Es último fin de semana de la Feria del Libro. Lejos del bullicio y la aglomeración que forman las grandes casetas ligadas a las grandes editoriales hay una que destaca y cada año más en el entorno del mítico Florida Park. Es la Librería Berkana, fundada hace justo treinta años siendo la primera librería LGTBI de España y el primer lugar en el que se izó la bandera arcoíris en la capital allá por 1994. 

"Se nos queda pequeña, el año que viene nos va a tocar ampliar y coger una caseta más grande porque no damos a basto", indica Mili Hernández mientras repasa el libro de las firmas. "Pongo las más flojas el último fin de semana porque estamos ya muy cansados y los libros hay que llevarlos de nuevo a la librería y pesan mucho", explica mientras vende en poco más de dos horas más de una veintena de libros. Sodomitas, vagas y maleantes de Mikel Herran, cualquiera de la saga Heartstopper, otra buena ristra de literatura LGTB juvenil, algún que otro ensayo como ¡Eras tan travesti! se mezclan en la libreta en la que Hernández apunta las ventas. "Este año ya hemos superado las ventas del año anterior", explica mientras sale de la caseta 89 a saludar a sus amigas del comité Amateur femenino de la Federación de Golf que preside. "Son heterosexuales y de derechas, pero todos los años vienen", explica antes de rememorar alguno de los buenos momentos que se han vivido en la caseta decorada este 2024 con autores censurados, exiliados o asesinados por ser LGTBI.

"Antes la gente iba andando y cuando veían los libros LGTB se cruzaban al otro lado. Luego se paraban en el medio y señalaban con el compañero a la caseta. Al principio no hacíamos venta, era más por visibilizar y promocionar la librería. Hubo una vez que vinieron unos niños con su padre y al ver los libros les dijo que no eran para ellos. Yo le dije que no mordíamos y se fueron, pero eso ha pasado. Ahora viene mucha gente joven buscando literatura", explica.

Incluso la vez que el rey Juan Carlos I inauguró la Feria junto a Alberto Ruiz Gallardón, cuando tenía el bastón de mando de la ciudad. "Aquí nunca se paran, siempre pasan de largo, pero ese día se paró el rey. Y se puso a ver los libros y dijo a su acompañante ‘Ah, sexualidad’. Y le dije: ‘No, homosexualidad’. Entonces él le comentó a Ruiz Gallardón: ‘De mariquitas’. Y yo le dije: ‘No, no, de mariquitas y de bolleras'. Todo muy distendido y educado", rememora Mili Hernández.

Unas semanas después, en plena semana del Orgullo, Mili Hernández sigue con la Feria del Libro a cuestas. Las cajas de las devoluciones de los libros que han sobrado siguen amontonadas al fondo del local ubicado en plena calle Hortaleza y la decoración que colgaba del techo de la caseta 89 ocupa toda la entrada de cristal de la librería. No deja de entrar y salir gente. Es martes y el gentío que ya recorre Chueca se nota por las calles, engalanadas con banderas y un ambiente que solo se respira cuando se aproxima el Orgullo.

Sentada bajo una columna rosa que se encuentra junto a la caja/oficina de la librería, unas letras que cambian cada año recuerdan que este 2024 Berkana cumple tres décadas. "Merece la pena, claro que merece la pena", reflexiona Mili Hernández. "Ha habido momentos duros, al principio no lo tenía yo muy claro. Siempre confié, pero no lo tenía muy claro porque cuando abrimos no había libros ni había clientes Luego hubo una época muy bonita, muy maravillosa, que coincidió con toda la aprobación de las leyes. Chueca estaba en lo más alto, era un ejemplo de barrio para otras ciudades, para otros países", explica. Gran parte de la reconversión que tuvo Chueca al pasar de una zona deprimida y peligrosa al boyante barrio que hoy conocemos la tiene su librería. Tras unos años en la calle de la Palma, pronto se trasladó al epicentro del barrio: la plaza de Chueca. Un espacio de 250 metros cuadrados que servían de punto de encuentro, visibilidad e incluso para ligar e ir después a los antiguos baños públicos que se encontraban en la plaza. Por ejemplo, la Cadena Ser vivió la aprobación de la Ley de Matrimonio en 2005 en la planta baja de Berkana de la mano de Iñaki Gabilondo. "Es la primera vez que puedo decir que me siento orgullosa de ser española", llegó a decir Hernández en los micrófonos amarillos del Hoy Por Hoy

"La librería era uno de los iconos del barrio. Chueca pasó a ser como el Village de Nueva York. El poder pasear por sus calles, el poder entrar en un bar a tomar una copa, el poder visitar la librería, el poder hacer un montón de cosas y sentirte muy bien... Yo venía de vivir allí en Nueva York, en el Village y quería algo así. Aquello era mi zona segura y quería lo mismo para España", explica.

No todo fue color de rosas. La crisis económica obligó a realizar un ERE en la librería y estuvieron al borde del cierre. "Tuvimos que cambiar de la librería grande a un local pequeño, pedir un crowdfunding y costó mucho. Hoy puedo decir que he cumplido el sueño que tenía cuando paseaba por Nueva York y entraba en la librería Oscar Wilde y pensar que qué bonito sería tener una cosa así en España.

No lo hace sola. Junto a Mili Hernández está Mar de Griñó, su mujer. Siempre más discreta que la primera, es la otra pata que sustenta la librería. "Gracias a ella la librería salió a flote en la crisis. Yo me pasaba aquí el día intentando hacer caja y ella me sustituía cuando yo ya no podía y tenía que descansar.

La librería no se concibe sin Mar. Aquí hemos pasado mucho. Llevamos 30 años aquí metidas. Es muy importante para mí y le debo mucho. Además, es muy gracioso porque cuando Mar y yo empezamos ella estaba empezando a salir por el ambiente. Tú imagínate ella muy en el armario y se acaba liando conmigo, que me llamaban en el amiente 'la americana' porque venía de vivir en EEUU, que salía en televisión y que estaba fuera del armario y no pensaba meterme dentro otra vez ni con agua caliente. Para Mar fue un proceso duro", explica con una sonrisa de oreja a oreja sobre su mujer.

"Recuerdo que hicimos un viaje a Santillana del Mar y yo acababa de salir en la ETB, en la televisión vasca. Me reconocieron no sé cómo un grupo de jubiladas y nos rodearon a las dos diciendo que era la de la tele, dándonos besos y tratándonos como si fuéramos famosas. Ella es muy tímida, antes lo era mucho más e hizo un trabajo muy importante", recuerda orgullosa. "Vamos, que la arrastré a salir del armario", resume entre risas.

Juntas, han convertido la librería en un sitio abierto y que funciona casi más como un colectivo que como un establecimiento. "Siempre hemos ayudado a la gente y lo vamos a seguir haciendo. Esto no es un comercio, es un lugar de encuentro y quien mandan son los lectores y la gente que vienen aquí. Muchas veces ni hemos vendido porque venía gente a leer aquí, o se compraba un libro una revista, se tomaba algo por aquí y volvía a devolverlo porque no se lo podía llegar a casa y lo dejábamos en la puerta para que se lo llevara alguien o bien lo donamos como hacemos con los libros a un colegio de Fuenlabrada", explica.

Así, surgen historias que han sido muy serias y muy importantes. Una de las que me acordaré toda la vida, porque ya se me van olvidando, es cuando me vino a visitar una familia entera de Granada. No venía la persona afectada pero sí el resto. Llevaba desde los 7 años yendo a psicólogos, nadie daba con qué le pasaba hasta que un psicólogo mandó a la familia aquí. Era trans y era niña? La familia estaba muy agradecida porque ya sabía lo que le pasaba. Vinieron a buscar libros porque eran de un pueblo de Granada y el psicólogo pensó que necesitaban más herramientas. Hablando un buen rato, entraron cuatro o cinco del colectivo de adolescentes trans de Murcia, que les conocía porque hacía dos o tres semanas había estado dando una charla. Les dije que se tomaran algo con la familia y le explicaran todas las dudas que tuvieran", recuerda llorando. "Al día siguiente vinieron la familia a darme las gracias porque les había salvado la vida la conversación que habían tenido con esos adolescentes porque les había tranquilizado mucho. Eran adolescentes de 14 o 15 años que estaban viviendo sus vidas y era absolutamente normal", explica.

"También ha habido cosas muy tristes. Cuando abrió la librería y empezamos a salir en medios, recibía todos los mediodías la llamada de Betty, una mujer que estaba casada con un hombre y que tenía tres hijos y que se quería suicidar. Estuvimos un mes al teléfono para que no lo hiciera. No se suicidó, se separó del marido y ha tenido novias y vive feliz. Hemos tenido que hacer mucho de psicólogos porque venía gente en el armario y en situaciones muy complicadas y aquí siempre buscamos ayudar", insiste a la vez que saca otro ejemplo.

"Nos llamaron dos mujeres de Málaga. El marido de una policía y el de la otra farmacéutico. Nos contaron que eran pareja y que se iban a ir a Barcelona. Yo intenté que no lo hicieran y que esperaran un poquito porque era abandono de hogar. Llamé a Pedro Zerolo para darles ayuda y me pidió que las pusiera en contacto con ellas para asesorarlas legalmente. No pudieron aguantar y una noche cargaron el coche y se fueron para Barcelona. No pudieron ver a sus hijos durante un montón de tiempo por abandono de hogar", explica.

"Aquí además de vender libros hemos derivado a psicólogos, hemos derivado a abogados, hemos derivado a mil sitios. Recuerdo una mujer que en la Feria del Libro nos contaba que a su entonces hijo le gustaba vestirse con vestidos y quería ir así a la guardería. Sin embargo, estaba divorciada y cuando a la niña le tocaba estar con la familia del marido le decían que era un chico y que eso eran cosas de chica. Rápidamente derivé el caso al servicio de atención a gays y lesbianas de la Comunidad de Madrid. Cuando se trata de gente así que no conoce el tema, es mejor llevarles a un sitio oficial, que es el servicio que más les puede ayudar a pesar de que COGAM externalizó el servicio para dárselo a la Comunidad de Madrid y se lo cargó para convertirse en un chiringuito", se queja. "Al tiempo me llamaron del servicio porque esta mujer quiso que supiera que todo había ido bien", rememora de nuevo con una sonrisa orgullosa. "Siempre recomiendo La conquista del cuerpo equivocado de Miquel Missé a todos los padres y madres que vienen por aquí porque principalmente se explica muy bien hablando de su caso personal como hombre trans acerca de los cambios y lo que se puede hacer para hacer más fácil la transición. El otro día se lo recomendé a una chica que necesitaba el libro para su amiga porque su niño, su niña de 12 años, quería hacer la transición y la madre estaba aterrada. No porque no lo aceptara, sino porque no sabía a lo que se enfrentaba. Me llamaron después porque se entienden muy bien los procesos que van a sufrir, todos los procesos que pueden sufrir, todos los procesos que se que también se pueden hacer de otra manera, de cómo aceptar tu transexualidad", explica.

Más allá de la crisis económica, no todo ha sido un camino de rosas. "Quien más no ha puteado ha sido el propio activismo. No sé por qué pero a mí cargos que han estado hasta hace nada en el Ministerio de Igualdad me han intentado vetar de tertulias. Aquí ha entrado más gente que en los colectivos, debe de ser por envidia pero manda narices que no hayamos tenido ningún problema de homofobia y quien nos hayan puesto piedras hayan sido personas del colectivo", cuenta con un resentimiento que le hace cambiar el semblante. Ahora, acaba de recibir el Premio Arcoíris que otorga el Ministerio de Igualdad con motivo del Orgullo.

Pese a todo, Berkana ha seguido su camino y ha cambiado buena parte de su clientela. "Tenemos clientes que vienen desde el primer día que abrimos, pero estamos viendo que, gracias al avance de la sociedad, vienen jóvenes que ya no forran los libros para que nadie vea lo que leen, sino que encima vienen con sus padres a que les regalen literatura LGTBI. Es muy bonito", dice.

Sin embargo, la jubilación se acerca. Cerca de los 65 años, la mirada ya está puesta en qué pasará después. "Berkana no es mía. Yo sido el vehículo para hacer realidad esta librería. Esta librería es de la gente que ha hecho posible que durante 30 años la puerta haya estado abierta, por mucho que yo me ponga aquí muchas flores, si sus lectores y lectoras no hubieran acogido esta librería como la han acogido y no hubieran pensado que esta librería era necesario no hubiera no hubiera podido seguir abierta. Entonces, como no es mía y es de todos los lectores y lectoras buscaré a una persona o dos o tres que quieran seguir con el proyecto y haré un casting para ver si entienden que esta librería no es de ellos sino del público y que tiene un alma que sabe que en este lugar se les puede ayudar", cuenta avisando de que si no encuentra sucesor o sucesores echará el cierre.

Y advierte: "Esta librería es un servicio, esta librería es un colectivo, esta librería es un grupo LGTB sin subvenciones de ningún tipo. Las personas que vengan tienen que tener claro que esta librería tiene que seguir dando el mismo servicio. Es verdad que ahora ya no es tan necesario como antes, porque antes es que era un caso todos los días y ahora la cosa es más esporádica porque hemos avanzado. Si pierde el el canto, el espíritu y el encanto de de ser un servicio a las personas LGTBI estas cuatro paredes no sirven para nada".