Pedro Muñoz Abrines (PP): "Los nuevos partidos creen que la barricada es el mejor instrumento para hacer política"
Entrevista al portavoz del PP en la Asamblea de Madrid: "Desgraciadamente, Vox ha iniciado un camino que supone criticar de manera permanente a Ayuso. Se están equivocando".
Algo llama, y mucho, la atención nada más entrar en su despacho. Se puede ver en su mesa, en la estantería, pero, sobre todo, en su pasión al contarlo. La admiración de Pedro Muñoz Abrines (Madrid, 1967) a la historia, lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y, por encima de todo, la vida del histórico ex primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, no tarda en ser tema de charla.
Algo tiene que ver la escena, recreada por el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid y colocada en una vitrina, que 'preside' su oficina. Dos figuras, una del exmandatario británico y otra de su mano derecha, el general militar Bernard Law Montgomery.
Pero no, su admiración por el histórico dirigente no es el tema central de la entrevista. En la Comunidad de Madrid están pasando muchas cosas y, entre ellas, una de las más recientes: el apoyo del PP a la propuesta de Vox de tramitar la derogación de la Ley Trans regional.
Abrines se abstuvo, junto al PP, en la votación en la que dicha norma salió adelante, pero él defiende que contiene algunos conceptos que son "un auténtico disparate". "No la apoyamos porque la ley fue muy mala", señala.
Al ser preguntado por la relación que mantiene su partido con Vox, él es duro con el partido de Santiago Abascal y reconoce que Vox "ha iniciado un camino que supone criticar de manera continua y permanente al PP y a Ayuso" y cree que "se están equivocando".
También cree que en la manifestación en defensa de la sanidad pública participó gente "porque defienden a la izquierda" y justifica que la crispación ha sido "permanente" en la última legislatura por la entrada de los "nuevos partidos" que entienden que "la barricada es el mejor instrumento para hacer política".
La pasada semana el PP apoyó la propuesta de Vox para tramitar la derogación de la Ley trans en Madrid. Usted trabajó junto a la expresidenta Cristina Cifuentes cuando era diputado del PP. ¿Qué ha cambiado desde entonces con dicha ley?
Nosotros, en aquel momento, no teníamos mayoría en el Parlamento. El PP estaba en minoría y esta ley fue una ley que surgió de una iniciativa presentada por Podemos, PSOE y Ciudadanos conjuntamente. Nosotros no la apoyamos, no porque no pensemos que tiene que haber una regulación y un marco que proteja a las personas que, de verdad, tienen esa realidad trans y sufren disforia de género. Simplemente, porque la ley fue muy mala. No pudimos votar a favor porque, técnicamente, desde el punto de vista jurídico y de algunos de los conceptos que introducía, eran un auténtico disparate.
¿Qué ocurre? Pues que, a lo largo de cinco años, la realidad parlamentaria no nos ha permitido modificar esa norma, porque no teníamos los apoyos suficientes. Ahora se da la oportunidad de no suprimir, en su caso, una regulación total, sino, simplemente, analizar cuál es la realidad, qué es lo que se puede cambiar, lo que se puede mejorar, dentro de los márgenes de competencia de la Comunidad de Madrid. Y, a partir de ahí, lo que sí haremos será eliminar todos los aspectos que no son nada inteligentes, que lo único que generan son problemas y que suponen una aplicación que podría crear problemas. Todo eso se va a eliminar, pero tendremos que hacerlo en la próxima legislatura, porque Vox presentó tarde y mal su iniciativa y no va a dar tiempo a tramitarse.
¿Usted considera que la autodeterminación de género es una “moda” como dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid hace unos días?
La frase hay que sacarla y ponerla en su contexto y el mensaje que quería trasladar que es absolutamente cierto. Desgraciadamente, hay muchos casos en los que se inicia el proceso de trasformación, sin tener efectivamente claro que está en una situación de ser una persona trans, realmente. Con cualquier otra circunstancia, que puede ser confusión respecto a la identidad o si uno está en una situación de depresión, ha habido situaciones en las que se ha dado.
Esto no puede convertirse en una moda, como dijo la presidenta, para cambiar en función de problemas que no tienen nada que ver en los casos relacionados con la existencia de disforia. Pedimos que toda la regulación sea con seriedad, con equipos multidisciplinares, que puedan evaluar que efectivamente esas personas que quieren transicionar están en esa situación real y no se trata de una solución pasajera, producto de cierta presión mediática o de haber visto vídeos que pueden llevar a confusión.
Otro de los debates que siguen rodeando al Gobierno regional es el de la sanidad pública. ¿Cuál es su opinión sobre las reclamaciones que han hecho cientos de miles de sanitarios?
Madrid tiene una sanidad que siempre he dicho que no es perfecta. No lo es ninguna. Pero hay que reconocer que tenemos la mejor sanidad de España. Tenemos que ser más justos a la hora de valorar la realidad de la sanidad madrileña. Tenemos 7 de los 11 mejores hospitales de España, a 3 de los 100 mejores del mundo. Tenemos a 40 de los 100 mejores profesionales de España. Tenemos las listas de espera con menor tiempo de demora, con el País Vasco.
Desde ese punto de vista, hay que reconocer que hay un problema en Atención Primaria, como consecuencia de que hay escasez de médicos de familia. Pero no es un problema exclusivo de Madrid. Se da en todas las comunidades autónomas. Lo que nosotros planteamos es que solamente se generen a ese tipo de movilizaciones y huelgas en Madrid y no en otras comunidades. La diferencia está en que quiénes se movilizan aquí, directamente lo tengo que decir, están defendiendo a la izquierda y en otras comunidades gobernadas por el PSOE, pues no se movilizan porque defienden intereses comunes y no conviene hacer mucho ruido. Sinceramente, no creo que sea justo.
Pero en la última manifestación fueron 250.000 personas las que salieron a las calles de Madrid…
Estoy absolutamente convencido de que la inmensa mayoría no eran médicos y, además, estaban movilizados por Más Madrid, por el PSOE y por Podemos. Y por entidades asociativas vinculadas a la izquierda que se encargaron de movilizarlo. Es legítima esa manifestación, pero que nadie se lleve a engaño sobre lo que hay detrás.
¿Qué piensa sobre el polémico plan de atención continuada que ha hecho que algunos centros hayan abierto, a veces, sin médicos?
Los centros de salud funcionan, la inmensa mayoría, dando citas en plazos inferiores a los dos o tres días. Después hay algunos en los que, por bajas o porque haya unas plazas que no han sido cubiertas. Hay una mayor demora, pero en general, la Atención Primaria funciona razonablemente bien.
Lo que ocurre con los centros de atención continuada es fruto de esa escasez de médicos. Lógicamente uno tiene que ser consciente de cuáles son las soluciones. Lo que sorprende es que, en una región como Madrid, en la que uno tiene un horario continuado de centro de salud de 8 de la mañana a 9 de la noche, más los centros de atención continuada, en el que algunos sí que existe la atención durante toda la noche, y se den esos problemas, cuando hay muchas comunidades en el que el horario acaba a las 3 de la tarde. Hay que ser más equitativo.
¿Cuál es la relación del PP con Vox, después de los problemas que ha habido con los presupuestos?
Nosotros no hemos cambiado respecto a nuestra relación con Vox y seguimos manteniendo las mismas posiciones y negociando cuando se puede negociar. Pero, desgraciadamente, Vox ha iniciado un camino que supone criticar de manera continua y permanente al PP y a Ayuso. Por cualquier motivo. De manera incomprensible. Eso les ha llevado a votar en contra de los presupuestos de la Comunidad de Madrid. No se puede, por un lado, exigir y pedir al Gobierno madrileño que mejoremos la financiación de la sanidad, y, después, no aprobar unos presupuestos que iba a hacer incrementar en 1.000 millones de euros la financiación de la sanidad madrileña. Ese escenario es el que tenemos ahora, provocado por interés electoralista. Necesitan marcar terreno propio. Identificarse como una opción completamente separada del PP, pero, sinceramente, creo que se está equivocando.
¿Ha demostrado Vox ser un buen ‘socio’ a tener en cuenta en el caso de no lograr la mayoría absoluta?
Nosotros aspiramos a tener la mayoría suficiente para poder gobernar sin necesidad de ningún apoyo.
Si se diera el caso…
Estamos convencidos en que estamos en el camino para gobernar en solitario. Y el escenario que se dé en la próxima legislatura será diferente. Porque, una vez que han acabado las elecciones mucha gente cambia también de chip. Veremos qué es lo que ocurre, pero el escenario será distinto.
A pocos meses de las elecciones autonómicas, ¿qué mensaje trasladará el PP?
Tiene que ser un mensaje conjunto, en el que tenemos que explicar y contar qué es lo que hemos conseguido en esta legislatura. Es necesario hacer una visión a largo plazo para que la gente sepa la transformación real que ha vivido Madrid, como consecuencia de las políticas que llevamos aplicando desde el PP desde 1995. Iremos con un programa electoral potente, en el que pondremos de manifiesto nuevas ofertas de mejora de los servicios públicos y, desde luego, de un escenario que permita profundizar en la libertad que quieren y practican los madrileños.
Usted lleva varias legislaturas siendo diputado del PP en la Asamblea de Madrid. ¿Cree que hay más crispación política en la actualidad?
Tensión siempre ha habido. En todas las legislaturas ha habido circunstancias, debates muy tensos, pero esta última se ha convertido en algo casi permanente. Pero creo que como consecuencia, profundamente, de la entrada en la política, desde hace varios años, de los que se llaman nuevos partidos. Desde luego, no han entrado con esa cultura de esa reconciliación, de respeto, de deseo por tener una democracia en la que el diálogo fuese fundamental. Como sí ocurrió con aquellos que tuvieron la fortuna de vivir la transición.
Han entrado partidos que entienden que la barricada es el mejor instrumento para hacer política y, cuando están en las instituciones, les cuesta estar en su ADN de escraches, de presión, de señalamiento y eso se nota y se transmite en un debate parlamentario.
En los últimos comicios hubo un partido que se quedó fuera de la Asamblea, Ciudadanos y ustedes se quedaron con algunos de sus consejeros. ¿Desde el PP han pensado en volver a incluir a gente de Ciudadanos en las listas?
Nosotros no cerramos las puertas a nadie que se quiera incorporar al PP y que, desde luego, tenga una trayectoria que no haya consistido en atacar de manera injusta o zafia al PP. Desde ese punto de vista, somos un partido abierto. Pero no estamos en un proceso de caza y captura. Quién quiera venir, será bienvenido en función de las circunstancias, siempre que sean personas que tienen algo que aportar. Pero desde el PP no tenemos abierto un proceso de búsqueda dentro de Ciudadanos. Respetamos sus procesos y, por lo tanto, no estamos en esa dinámica.