El parking de Bonaire, Franco o la destrucción de presas: los bulos de los negacionistas tras la DANA
Chemtrails, HAARP, destrucción de presas o los radares de la AEMET. La ciencia choca estos días contra los oportunistas de las teorías conspirativas.
En mayúsculas, como si el mensaje por sí mismo no fuera ya lo suficientemente alarmante. En mayúsculas, como esos que cuando carecen de razón se ponen a gritar, a ver si así alguien les tiene en cuenta. En mayúsculas proliferó el cantante Miguel Bosé toda una retahíla de mentiras y teorías conspirativas para explicar la DANA. Qué mejor que una catástrofe con centenares de muertes para embarrar el pensamiento. Que si los chemtrails, que si el HAARP. Toca “despertar de una vez”, escribía Bosé como el que te agarra por la pechera en busca de a saber qué.
Lo de los centenares, hasta mil, muertos que aparecerían en el parking de Bonaire no es el único de los bulos que estos días se han viralizado. Tampoco los de Bosé, aunque podemos empezar por ellos. Por mucho que el cantante, ya un conocido negacionista de la razón, diga que hay evidencias, no es cierto. No las hay. No hay ni una sola evidencia científica que avale que las estelas de los aviones nos fumigan ni que el HAARP sea un mecanismo de control del clima para provocar desastres. No. El HAARP, o High Frequency Active Research Program, es un proyecto de investigación científica que busca analizar y comprender la ionosfera. Es imposible que con él se pueda controlar o manipular el clima, ya que esta no se produce en esa capa de la atmósfera.
Pero si hubiera una clasificación de los bulos más repetidos, sobre todo en redes sociales, el premio sería para los de ‘esto con Franco no pasaba’. Porque quién no aprovecha una buena catástrofe para remar hacia el pasado. Durante todos estos días, la extrema derecha, lo hizo hasta Santiago Abascal, ha insistido en esa idea de que la culpa de todo la tienen el Gobierno español y Europa por destruir presas y embalses. Justo la solución, dicen, que había pensado el dictador Francisco Franco. ¿Lo adivinan? Eso es. Todo falso.
Ya en 2023, el Ministerio de Transición Ecológica, acostumbrado al bulo recurrente de la destrucción de presas, aclaró que el Gobierno, de quitar algo, solo elimina “obstáculos fluviales sin utilidad, [...] azudes construidos hace décadas” y “abandonados”. “Los contados casos excepcionales de presas eliminadas son pequeñas construcciones que no suministran agua para ninguna actividad, que no son peligrosas o inviables económicamente”, explicaron. Es más, si se prescinde de ellas es porque “suponen un riesgo ante inundaciones o avenidas”. César Rodríguez, secretario general de la asociación AEMS Ríos con vida, argumentó a consultas de RTVE que esto de la eliminación de presas no es más que “un bulo absurdo que no tiene ningún fundamento”.
Y luego está lo de la AEMET, que ya ni es bulo sino un absoluto disparate. Los mismos que dicen que la AEMET es un invento que no sirve para nada, los mismos que abogan por su eliminación, son los que luego critican a la Administración por no haber hecho caso de los avisos. Niegan todo el fundamento científico de la AEMET, pero denuncian que su radar falló. Mentira. “El radar de Valencia, clave para la vigilancia meteorológica, ha estado funcionando desde la mañana del 28 de octubre de manera ininterrumpida. Un rayo dañó la línea eléctrica que lo alimenta, pero se pone en marcha en situaciones de emergencia un sistema de alimentación alternativo provisional”, se vieron obligados a contrarrestar desde la AEMET.
¿Ah, que el radar no falla? Bueno, pues entonces decimos que sirve para desviar las nubes y así provocar las lluvias. Tampoco. De nuevo la AEMET, que no tiene nada mejor que hacer, sale a explicar una cosa tan absurda como la ciencia: “Esto es falso. Los radares meteorológicos no pueden desviar precipitaciones. Detectan gotas de lluvia, nieve o granizo y sirven para localizar las tormentas y seguir su evolución”.
¿Que no cuela? Pues uno siempre puede culpar a sus fuentes. Es lo que ha hecho el presentador Iker Jiménez después de pasarse días vaticinando que habría “muchos” muertos en el parking de Bonaire. “Me alegro mucho de corazón de que las fuentes que me informaban de que había cuerpos en Bonaire se hayan equivocado”. Y chimpún.