María Jesús Montero: "La corrupción no pueden tener cabida en una democracia"

El Gobierno continúa rebelándose contra la extensión del conocido como 'caso Koldo'. Días después de que se filtrara un informe de la Guardia Civil que sitúa en el centro de la trama al exministro José Luis Ábalos, Moncloa no deja de marcar distancia. 

Este lunes, ha sido María Jesús Montero, vicepresidenta primera y titular de Hacienda, la que ha apuntado que "los casos de corrupción, los abusos de poder, no pueden tener cabida en una democracia". "Desde luego, no en la nuestra, la española", ha añadido, dando continuidad a los mensajes enviados desde el Ejecutivo en los últimos días.

La dirigente socialista ha pronunciado estas palabras en la sesión de tarde este lunes en el foro World In Progress Barcelona que organizan Prisa, El País y la Cadena SER. Allí ha intervenido pese a una reciente lesión en un pie, que le ha obligado a acudir en silla de ruedas tras no poder hacer acto de presencia en el desfile del 12 de octubre.

Por ello, María Jesús Montero ha insistido en la naturaleza del actual Ejecutivo progresista, que "nació gracias a una moción de censura a raíz de la corrupción que afectaba a un partido político que sustentaba al anterior Ejecutivo".

"Desde entonces, hemos reforzado los mecanismos de lucha contra la corrupción y hemos sido tajantes aplicando un listón ético muy exigente, ha proseguido, sin referirse de forma directa al 'caso Koldo' ni a las sospechas contra su compañero en el Consejo de Ministros durante la pandemia.

Sí lo ha hecho directamente al PP por presentar una querella contra el PSOE por presunta financiación ilegal, cohecho y tráfico de influencias en torno a la causa bajo investigación. Para Montero "es lamentable que el PP en vez de hacer una oposición constructiva para este país, esté permanentemente utilizando los bulos", ha criticado.

La 'número dos' del actual Gobierno ha mostrado su indignación por el hecho de que el principal partido de la oposición intenta judicializar elementos "que no tienen ningún tipo de justificación y ningún tipo de elemento nuevo que pueda aportar". Todo, enlazado con el "peligro" creciente de la desinformación y los bulos, al que se ha referido más en detalle sin dejar de acusar a los partidos de derechas.

Para la vicepresidenta primera, esta desinformación está "perfectamente planificada y ejecutada por quienes abonan la crispación ciudadana, el malestar y la desconfianza hacia las instituciones". 

A su juicio, "las estrategias de desinformación ponen en cuestión las legitimidades electorales, además de alimentar el odio al diferente y amparar la violencia física y verbal, así como poner en duda la calidad de la democracia”. "El respeto democrático a la pluralidad debe de estar siempre en un primer plano".