Los interrogantes se multiplican en la recta final del 9J
Moncloa limita el impacto de la amnistía y el caso Gómez en las urnas y habla de un posible empate. “Parece que Junts quiere hacernos la vida imposible”, alerta un sector sobre la legislatura
Los interrogantes políticos se multiplican en la recta final de la campaña de las elecciones europeas. A lo ajustado de los sondeos se unen las dudas sobre la estabilidad de la legislatura cuando Pedro Sánchez aún no tiene garantizados unos Presupuestos Generales del Estado. Y todo ello en un clima político virulento, como quedó constatado el jueves en el Congreso de los Diputados por la bronca propiciada por Vox a consecuencia de la aprobación definitiva de la ley de amnistía.
El equipo del presidente cree que la campaña les está yendo bien. Al menos, así lo venden en privado, vistas las perspectivas electorales de hace tan solo unos meses. Según sus encuestas, la distancia con el PP se va achicando hasta el punto de que podría conseguirse un empate técnico. Hablan de una distancia de tres puntos. La razón, interpretan, es que los españoles han entendido el marco planteado por Sánchez: el PSOE “como receta” frente a la extrema derecha, protagonista como nunca de los comicios del próximo domingo.
“La Unión Europea tiene dos grandes amenazas: la ultraderecha y los partidos de derechas como el PP que ya no se distinguen de los primeros”, según el razonamiento que repiten desde el PSOE para tratar de movilizar al votante progresista, como ocurrió en los últimos comicios nacionales.
En Moncloa van aún más allá. Aseguran que Génova erró al pensar que la amnistía les daría una victoria incontestable el domingo nueve de junio. “Está ya asumida por los españoles”, según el diagnóstico del presidente, que -eso sí- no quiso tomar la palabra en el debate parlamentario y solo entró al hemiciclo escasos minutos antes de votar una norma que, en principio, podrá permitir a Carles Puigdemont regresar a España sin pasar por los tribunales. Según las fuentes socialistas, los suyos aplauden cuando Sánchez o José Luis Rodríguez Zapatero citan la ley de amnistía en los mítines. “Es mentira que no la reivindiquemos”.
Page lidera a los críticos
Emiliano García Page, el barón de barones del PSOE, puso en evidencia que no comparte en absoluto la tesis de su partido a nivel nacional, provocando un malestar en Ferraz que por todos los medios se trató de disimular. A su juicio, la ley de amnistía es “una agresión al concepto de igualdad”, y por ello ha pedido estudiar si es posible recurrir la norma al Tribunal Constitucional, en línea con las comunidades autonómicas del PP. Esto es, un presidente socialista quiere recurrir una ley socialista votada por diputados y senadores de Castilla-La Mancha.
“Una cosa es que los militantes que están en un mitin aplaudan cuando Zapatero hable de la amnistía y otra cosa es el votante. Si alguien de verdad se cree que a nuestro votante le gusta que Puigdemont pueda volver de rositas está muy equivocado”, en opinión de un alto cargo de la estructura andaluza, que además destaca que “el Gobierno se ha dedicado a cabrear con sus decisiones a toda la magistratura, y ahora estamos como estamos”.
El choque entre el PSOE y el PP también ha sido enorme por la investigación judicial que afecta a Begoña Gómez, la mujer del presidente. Pese a la polvareda política y mediática, en Moncloa tampoco creen que les vaya a hacer mucho daño electoral. “Han quedado retratados. En la sesión de control todo era Begoña Gómez pero luego se achantan y no llaman al presidente a la comisión en el Senado. Saben que no hay nada y que pueden hacer el ridículo”, en palabras de un diputado socialista. En efecto, Alberto Núñez Feijóo ha optado por retrasar la citación del presidente a después de las urnas y se resiste a convocar a su cónyuge, aunque no cierra esa puerta por completo.
¿Legislatura en riesgo por culpa de Junts?
A la espera de testar a través de los últimos sondeos internos si ambas cuestiones han tenido repercusión demoscópica, en las filas socialistas se ha vuelto a extender el temor a que la legislatura no acabe de arrancar. “Parece que Junts quiere hacernos la vida imposible”, en opinión de un diputado. De momento, en Moncloa aseguran que no se dejará caer a Salvador Illa para atar el apoyo de los de Carles Puigdemont en la Carrera de San Jerónimo. “Eso no está contemplado. Illa tiene manos libres. El objetivo es gobernar en Cataluña”, repiten los portavoces autorizados.
Para tratar de lanzar un mensaje de estabilidad, María Jesús Montero aseguró que presentará los Presupuestos de 2025 y que espera aprobarlos “a lo largo de los próximos meses”. Y, una semana más, desde el equipo del presidente se insistió en que no hay riesgo de adelanto electoral pase lo que pase en las europeas. “No hace ni un año que hubo elecciones. Los españoles ya hablaron. Habrá legislatura”, destacan desde los partidos del Gobierno de coalición, a pesar de sus fricciones.
Tampoco hay muchas certezas del lado del PP. Quienes hace tan solo unas semanas proclamaban una victoria incontestable el 9J ahora son más prudentes. Además, las fuentes consultadas admiten un comienzo de campaña “complicado” que no ha terminado de enderezarse. Tal y como informó El HuffPost, la decisión de Feijóo de cargar contra Vox ha sido respondida internamente por algunos barones que gobiernan con los de Santiago Abascal. Y hay dudas sobre si la amnistía y el caso Gómez provocarán el revulsivo que tanto ansían.
“La respuesta que se merece la gente de la política no es ni amnistía, ni corrupción, ni referéndum. Lo que se merece la gente es gestión, planificación y estabilidad”, reivindicó el líder gallego el viernes, decidido a convertir las europeas en un plebiscito. Su apuesta continúa siendo que el PP ganará con claridad: “No hay contemplado ningún otro escenario”.