Los bulos sobre la presa trans que habría dejado encinta a otra interna: ni hubo embarazo ni fue por la ley trans
Las relaciones fueron consentidas y previas a la aprobación de la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad
El pasado martes, la web OkDiario publicaba en exclusiva la siguiente noticia: "Un preso trans deja embarazada a una interna tras ser trasladado a una cárcel de mujeres de Alicante". La información señalaba que la mujer se había "autopercibido" como tal tras varios años en el módulo de hombres y, fruto de la concordancia con el sexo expresado, acabó ingresando en el pabellón femenino. Allí, "habría iniciado una relación con una de sus compañeras internas quien, poco después, quedó embarazada".
Esta información comenzó de manera vertiginosa a replicarse en numerosos otros medios de comunicación. En todos ellos, se destacaba el supuesto embarazo y que la reclusa se había "autodeterminado" mujer. Un concepto recogido expresamente en la ley trans aprobada el pasado mes de marzo en el Congreso de los Diputados.
Dicha norma permite cambiar de sexo en el registro a partir de los 16 años sin necesidad de presentar informes médicos o psicológicos que acrediten disforia de género, ni tampoco estar en un proceso de hormonación o haberse sometido a operaciones para modificar la apariencia.
La noticia también fue rápidamente comentada en redes sociales, principalmente por aquellos usuarios contrarios a la ley aprobada por el Ministerio de Igualdad. "Un hombre debería estar en la cárcel de hombres porque un trans es un hombre", señalaba uno en Twitter. "La culpa es de quien ha hecho la ley", decía otro.
La publicación de la noticia sirvió, por tanto, para que las redes se llenaran de comentarios tránsfobos al calor de una información que además no es correcta. En primer lugar, la presa no habría quedado encinta. Según ha podido saber El HuffPost, todos los test de embarazo que se llevaron a cabo en el Centro Penitenciario de Alicante Cumplimiento, conocido como la cárcel de Fontcalent (Alicante), dieron negativo. Un extremo que también otros medios como ABC o The Objective recogen en sus informaciones.
Pero independientemente de si la mujer quedó embarazada o no, las diferentes versiones publicadas no subrayan que en ningún momento hubo abuso o violación por parte de la presa, puesto que las relaciones fueron consentidas, o que este caso nada tiene que ver con la conocida Ley Trans. El hecho noticioso habría tenido lugar en enero o febrero de este año, antes de que se aprobara en el Congreso de los Diputados la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad.
Tal como explica a El HuffPost Saúl Castro, abogado especializado en derechos humanos, litigio estratégico y derechos LGTBIQ+, el procedimiento que se habría seguido en el caso de esta presa trans para su reubicación en una cárcel de mujeres se basa en una instrucción de Instituciones Penitenciarias que data del año 2006. Ésta viene a reconocer que “las personas transexuales cuya identidad oficial de sexo no concuerda con su identidad psico-social de género" pueden "solicitar de la Administración Penitenciaria el reconocimiento de ésta a los efectos de separación interna".
Eso sí, a diferencia de lo expuesto en la ley trans, la persona solicitante no puede "autodeterminar" su género sino que debe pasar previamente por una valoración "médica y psicológica" para concretar "la realidad fisiológica-sexual de la persona interesada" y para evaluar "la presencia de disforia de género por identidad sexual". Además, el reo deber haber expresado durante al menos doce meses antes "la disonancia entre el género fisiologico de origen y el sentido psicológicamente". "No es que una persona se levanta un día y dice: 'Ah, ahora me cambio de sexo'", señala Castro.
El diario El Mundo asegura no obstante que el traslado de esa presa al módulo femenino "se produjo antes de que esta persona que declaraba auto percibirse como mujer fuera evaluada". Un extremo que El HuffPost no ha podido confirmar.
La instrucción del año 2006 choca, en todo caso, con lo establecido ahora en la ley trans y los derechos adquiridos por este colectivo gracias a esta norma, independientemente de si se encuentran privados de libertad. Una contradicción que el Ministerio del Interior asume pero para la que aún no ha encontrado solución ante el temor de que un abuso de la norma provoque situaciones indeseadas dentro de las prisiones.
Para Castro, relacionar este caso con la ley trans carece de sentido porque es anterior a la aprobación de la norma y porque no hay lugar para la autopercepción. "El propio procedimiento de prisiones es tan hipergarantista que es lesivo en cuanto a los derechos humanos de los internos trans y no reconoce la autodeterminación de género", explica.
De hecho, lejos de producirse un abuso derivado de la ley trans, Castro advierte de que la presa trans habría sido más bien víctima de "una represalia" al verse fuera del módulo de mujeres una vez la prisión supo que mantenía relaciones sexuales con otra compañera.
"Se han ninguneado sus derechos reproductivos y sexuales y es una discriminación clara por su identidad de género. Es como si un hombre tiene una relación sexual con otro hombre en la celda y meten a uno de ellos en aislamiento. Sería conveniente estudiar al fondo el caso, pero cabría la posibilidad de abrir un procedimiento sancionador contra la administración penitenciaria por haber sacado a esta mujer del módulo femenino", determina.
Pese a todo, Saúl no cree que sea casual que dicha noticia se haya publicado en los meses posteriores a la aprobación de la ley trans. "Los medios aprovechan cualquier noticia sobre una persona trans para cargar de manera desinformada contra esta norma", concluye.
Según los datos de Instituciones Penitenciarias, en las cárceles españolas hay aproximadamente cerca de un centenar de presos transgéneros.