La resaca de una ruptura traumática entre Vox y el PP
Insurrección a pequeña escala entre los cargos institucionales de Vox y cruce de ataques entre Abascal y Núñez Feijóo. De momento, ningún presidente autonómico da el paso de plantear abiertamente un adelanto electoral. De momento...
A mediados de junio muchos, políticos y no políticos, respiraban. Fin a un interminable ciclo electoral con hasta cinco citas en menos de un año. España entraba en un nuevo tiempo, sin aparentes urgencias electoralistas, campañas ni disoluciones aceleradas de cámaras. Un mes ha durado esa relativa calma.
La estabilidad institucional reventó al filo de las 21:30 del jueves, con la ruptura, y muy traumática, entre Vox y el PP, anunciada por Santiago Abascal. Una respuesta extrema a lo que llama "chantaje" y "traición" por parte de Núñez Feijóo por pactar el reparto de menores migrantes con Moncloa.
En un continuum de reproches a su socio, Abascal confirmó la salida de Vox de los gobiernos de coalición en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Murcia. En todos esos lugares, la ultraderecha pasará a ser oposición, igual que en Baleares, donde ejercía de soporte parlamentario externo del gabinete monocolor del PP. "Si Feijóo quiere seguir estafando a sus votantes y aplicar políticas socialistas y globalistas, allá él. Nosotros no vamos a hacerlo", espetaba en un mensaje sin prensa ni preguntas.
El anuncio no cogió por sorpresa a ninguno de los implicados, que han ido deslizando uno tras otro sus reproches al bandazo "unilateral" de la ultraderecha. De hecho, hubo quien le ganó la mano en la toma de decisiones. En la Comunidad Valenciana no ha dimitido nadie, básicamente porque se adelantó el presidente, Carlos Mazón, al anunciar el cese del vicepresidente, "mi buen amigo" Vicente Barrera, y de los dos consejeros. Con todos ellos habló por la noche antes de hacer pública su salida del Govern.
Todo lo vivía en la distancia Pedro Sánchez, metido en la cumbre de la OTAN en Washington, hasta donde llegó la noticia. "Un gran día para España", respondía visiblemente feliz el presidente del Gobierno antes de que Biden se llevara todos los focos. Horas más tarde otros miembros de su gabinete piden ir más allá en la ruptura de pactos con la ultraderecha.
A Abascal se le rebelan los cargos
En la larga reunión del Comité Ejecutivo Nacional y en las horas posteriores volaron los 'cuchillos' en el aparato de Vox. La mañana prometía buenas dosis de café, entre decenas de alertas al móvil, porque no todos los consejeros han aceptado la directiva de Madrid.
En Extremadura, el único representante en el Gobierno de María Guardiola ha tardado poco en mostrar su rechazo a dimitir. Ignacio Higuero, responsable de Gestión Forestal y Mundo Rural sí abandonará el partido para mantener el cargo "a título personal", en un giro de convicciones tras prometer que acataría "con total lealtad" la decisión de Abascal.
En Castilla y León ha sido Gonzalo Santonja, consejero de Cultura, Turismo y Deportes, el que no ha querido seguir los pasos del vicepresidente García-Gallardo y de los otros dos consejeros de Vox.
En el aire una duda que ha intentado atajar el propio Abascal, el futuro de los más de 130 ayuntamientos gestionados por PP y Vox. "No tomaremos la decisión a la ligera", señalaba a preguntas de la prensa, pero adelantando que "de los ayuntamientos que colaboren con la inseguridad —y el reparto de menores migrantes— tendremos que salir".
Habían hablado todos los actores principales, alguno hasta dos veces, como Abascal, pero quedaba la respuesta del otro gran interpelado, Alberto Núñez Feijóo. En otra comparecencia al mediodía, esta sí con preguntas, el líder del PP devolvía las críticas a sus antiguos socios.
Contra la "irresponsabilidad" de Abascal y los suyos, Feijóo ha hecho gala de la "responsabilidad y la independencia" de los líderes territoriales del PP, pero también de sus principios como presidente del partido. Porque, ha remarcado ante la cámara, "A estas alturas de mi vida y de mi hoja de servicios, a mí no me va a imponer chantajes nadie. Me temo que se han equivocado de persona",
"No han medido la decisión, se han pasado de frenada y han descarrillado" por "preferir borrarse de gobiernos que funcionan". "No han entendido que gobernar implica afrontar problemas", ha criticado.
"Seguiremos apostando por la responsabilidad y el mantenimiento de la estabilidad en los ayuntamientos en los que hay pactos con cualquier partido político", ha señalado muy firme en su tono, mostrando su total convencimiento de que el único responsable de la ruptura es "Vox nacional", en respuesta por la acusación de Abascal de haber obligado a aceptar los pactos de Moncloa con sus comunidades,
¿Y ahora qué?
La frase que lleva apareciendo en la política española y mundial semana tras semana desde hace años. Por ahora parece controlado el ruido de una cadena de elecciones anticipadas en media España. No obstante, las primeras voces internas consultadas por El HuffPost este jueves por la noche no descartaban que fueran llegando, a medida que intenten operar en minoría los seis gobiernos regionales del PP.
No es que los gabinetes de Comunidad Valenciana, Castilla y León, Aragón, Murcia, Extremadura e incluso Baleares se queden sin socio interno, es que se quedan en minoría parlamentaria. No han faltado los guiños, desde Murcia o en Extremadura en la voz de la propia presidenta, al PSOE y hasta a Podemos como potenciales socios.
La oposición de izquierdas, como era de esperar, no coge el guante y hasta empieza a movilizar sus estructuras por lo que pueda venir. Mañueco, Mazón, López Miras, Guardiola, Azcón y Prohens se enfrentan ahora a un escenario desconocido. Nadie, ni ellos, puede saber con certeza cómo evolucionará la acción de sus respectivos gobiernos, ante un previsible bloqueo parlamentario.
No hace falta recurrir a la AEMET para saber que se viene otro verano calentito...