La realidad queer que esconde el "Q+": "Los derechos LGTBIQ+ son derechos humanos y no pueden debatirse"
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La realidad queer que esconde el "Q+": "Los derechos LGTBIQ+ son derechos humanos y no pueden debatirse"

Asociaciones en defensa del colectivo rechazan que el PSOE no incorpore la sigla completa: "El mundo queer ha hecho más por el feminismo que muchas mujeres transodiantes".

La carroza del PSOE en la manifestación por el Orgullo en 2012Pablo Blazquez Dominguez

El Congreso Federal del PSOE celebrado este pasado fin de semana en Sevilla no sólo sirvió para 'entronizar' de nuevo a Pedro Sánchez como secretario general del partido o para renovar su Comité Ejecutivo. El millar de delegados socialistas que acudieron a la cita en la Ciudad de las Luces también se encargaron de llevar a cabo el rearme ideológico que marcará la hoja de ruta a seguir por el PSOE en los próximos años. Todo este ideario se plasma en la denominada 'ponencia marco', que primero elabora el partido y que después las diferentes agrupaciones retocan presentando enmiendas a la misma.

Durante todo el fin de semana, se analizaron más de 6.000 propuestas presentadas por las delegaciones provinciales a dicha ponencia. Una de las aprobadas insta a no incluir el Q+ en las siglas LGTBIQ+, a petición del movimiento feminista, con el objetivo de eliminar las referencias al término 'queer'. Varias delegaciones, como las de Cáceres, Mallorca, Pontevedra o Coruña, rechazaban esta sigla completa por "su significado misógino, ultraliberal y antifeminista".

La decisión ha provocado un tsunami de críticas por parte de diferentes colectivos LGTBIQ+ y de socios del PSOE como Sumar o Más Madrid, que lo ven como “un paso atrás” en la defensa de los derechos del colectivo únicamente “por contentar a quienes buscan excluir”.

¿Pero cómo se llegó a aprobar esta enmienda? Tal como contó el domingo El HuffPost, las enmiendas se debaten en su comisión correspondiente y, si superan el 30% de los apoyos, son debatidas y votadas posteriormente en el plenario. Un plenario que se convoca una vez finalizan cada una de las seis comisiones y cuya hora no está nunca clara ya que depende de lo que se tarde en votar las enmiendas.

La de Igualdad, que acabó pronto, hizo que mucha gente se fuera antes de tiempo después de que corriera el rumor de que el plenario se iba a celebrar a primera hora de la mañana. Pero no fue así.  A las 20 horas, el partido envió un mensaje a los delegados avisando de que una hora después estaban convocados para poner en común y definir las enmiendas vivas. Según fuentes presentes, el sector del feminismo clásico, "organizado", estuvo puntual como un reloj para defender su propuesta. Tras no encontrar suficiente voto en contra al no estar debidamente representado el sector LGTBI, acabó siendo aprobada.

"El feminismo ha vuelto a tomar su puesto en el PSOE. Hemos ganado. Esa es la valoración. Hemos desterrado el lenguaje queer. Hemos frenado su agenda de explotación. Hemos demostrado capacidad y unidad", señalaba en X Amelia Valcárcel, histórica dirigente socialista, tras el Congreso. Una opinión que respaldaron también otras mujeres escoladas en el denominado "feminismo clásico".

Las siglas LGTBIQ+ engloban la diversidad de orientaciones sexuales, identidades y expresiones de géneros. Así, la 'L' hace referencia a lesbianas, la 'G' a gays, la 'T' a transexuales, 'B' de bisexuales y la 'I' a intersexuales. La letra "Q", por su parte, simboliza la palabra "queer" (sin etiquetas). Se refiere a las personas que no quieren ser catalogadas con las etiquetas tradiciones.

Por último, el símbolo "+" incluye a todas aquellas personas que no se sienten representadas por ninguna de las siglas anteriores. En este concepto tan amplio se incluyen las personas con género fluido, no binarias, pansexuales o asexuales.

Cabe recordar que el denominado "feminismo clásico" reniega de la autodeterminación de género y, en consecuencia, rechazan la ley trans aprobada por PSOE y Unidas Podemos en la pasada legislatura. Según sus ideas, sólo existen dos géneros y el sexo biológico es lo único que determina si alguien puede ser considerado "hombre" o "mujer". 

Víctor Gutiérrez, secretario de LGTBI del PSOE y defensor de la ley trans, ha garantizado tras la polémica que su partido continuará trabajando para garantizar los derechos y reconocer las libertades de "todas las siglas del colectivo sin excepción", aunque no vayan a añadir el Q+ en sus documentos oficiales. Además, ha explicado que el partido nunca ha utilizado históricamente esa nomenclatura, solo LGTBI. "No se añade nada, que es muy diferente a 'se elimina'", ha precisado. En efecto, el acrónimo LGTBI fue el que también fijó el partido en sus resoluciones de su 40º Congreso Federal en 2021, el anterior al de este año.

Pero la supresión del "Q+" a la hora de referirse a las siglas que representan al colectivo ha provocado un enorme enfado entre asociaciones y grupos que defienden los derechos LGTBIQ+. "Esta exclusión invisibiliza de forma deliberada a las personas queer, trans y no binarias, y las deja desprotegidas frente a la discriminación estructural que aún existe en el aparato administrativo. Además, contradice los principios de igualdad y dignidad consagrados en la Constitución Española y en tratados internacionales", señala a El HuffPost Luis Francisco Sánchez, delegado nacional de IHRF (International Human Rights Foundation) en España.

La decisión del PSOE, según él, no puede ser "aceptable" en  un contexto "de riesgo real de retrocesos en derechos LGTBIQ+". "La igualdad y la inclusión no son negociables y los derechos LGTBIQ+ son derechos humanos y no pueden debatirse. Sólo deben respetarse con todas las garantías que establece el ordenamiento jurídico nacional e internacional", añade.

Mar Cambrollé, activista y presidenta de la Federación Plataforma Trans, ve por su parte "doloroso" que el PSOE "esté regalando el fundamento transfóbico a la ultraderecha". "Ya dijimos que primero señalarían a las personas trans, pero que luego irían a por otros colectivos. Y ahora han ampliado su ataque a las personas queer y otras realidades de la diversidad", señala en una conversación teléfonica.

Para Cambrollé, la simple decisión de haber aceptado debatir esa enmienda en el Congreso Federal del PSOE ya es un ataque "contra la dignidad y los derechos humanos" del colectivo. "Es como si en una ponencia se discutiera si un hombre tiene derecho o no a pegarle a su mujer. Hay debates que ya están superados y el hecho de darles un espacio es, en sí, un ejercicio de discriminación", asegura.

Finalmente, la activista defiende que el movimiento queer y trans han aportado al feminismo el cuestionamiento de los roles de género divisorios, "que hablan de un binarismo, sexismo y cisheterosexismo, y donde es más fácil la opresión machista y patriarcal". Por este motivo, enfatiza que tanto lo queer como las personas trans han hecho más por el feminismo "que este movimiento de mujeres que son transodiantes y antiderechos trans". "Lo único que ellas han conseguido es romper la unidad del feminismo y levantar una campaña criminal de odio que está teniendo lamentables consecuencias en las vidas de las personas trans", concluye.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es

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