Italia estrena las deportaciones de migrantes a Albania: el "gran bluf" de Meloni del que presume Von der Leyen

Italia estrena las deportaciones de migrantes a Albania: el "gran bluf" de Meloni del que presume Von der Leyen

Además de las críticas a las violaciones de los derechos humanos de las ONG, la oposición y prensa italianas advierten del elevado coste de esta política migratoria.

Uno de los centros de detención construidos en Albania por Italia.Olsi Shehu/Anadolu via Getty Images

"Un gran bluf". En el diario italiano La Reppublica no han vacilado a la hora de valorar la apertura esta semana de los centros de detención de inmigrantes que el Gobierno de Giorgia Meloni ha construido en Albania. Un gran engaño, dice del modelo de política migratoria que también ha elogiado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La estafa, cuentan, se explica por la primera tanda de deportaciones y el coste que conlleva llevarlas a Albania.

Este lunes, el barco de la Armada italiana Libra, de 80 metros de eslora y con capacidad para 200 personas además de las 80 de la tripulación, partió de la isla de Lampedusa con dirección a Albania con 16 personas a bordo, diez egipcios y seis bangladesíes que naufragaron tratando de llegar a Italia. 16 personas de las 1.000 que llegaron al sur de Sicilia en apenas 24 horas. Esta es la primera crítica de los medios italianos y de la oposición al Gobierno de Meloni. Ineficacia.

La segunda crítica tiene que ver con el coste del viaje de deportación. Según los cálculos de La Reppublica, el importe total del trayecto estaría entre los 250.000 y los 290.000 euros, es decir, 18.000 euros por persona en el caso de este primer viaje. Casi 300.000 por trayecto. Y este es solo el primero. La cifra debe sumarse, además, a los 670 millones de euros que se calcula que costaron los dos centros de detención construidos en Albania, sin contar siquiera el mantenimiento o los costes que puedan derivarse en el futuro. Es el segundo motivo de rechazo en la oposición a Meloni. La situación financiera italiana es deficiente y no ven qué tiene de positivo que la nueva política migratoria sea todavía más cara.

Y luego está, claro, el asunto de los derechos humanos, menor para Meloni. Hace unos días, la responsable de Amnistía Internacional ante la UE sobre cuestiones de migración y asilo, Olivia Sundberg, contaba a El HuffPost que la externalización y derivación de migrantes a terceros países “siempre conlleva violaciones de los derechos humanos”. Se demuestra en el caso de Reino Unido con Ruanda o de Australia con las islas de Nauru y Manus. “Han producido daños injustificables. En Australia hay personas que han estado años detenidas, conocemos casos de violaciones, de trata, tortura, se han separado a niños de sus padres... Todo esto demuestra que ya se ha intentado y no ha funcionado. Lo que Italia quiere hacer tiene un coste muy elevado que podría y debería utilizarse para mejorar las políticas de asilo”, alertaba Sundberg. La solución italiana era una cárcel.

Pero hay más. Un tercer inconveniente. A la hora de gestionar los asilos en Albania, Italia ha establecido una lista de más de 20 países que considera seguros. Es decir, si una persona que solicita asilo proviene de alguno de estos lugares, entonces será casi con total seguridad repatriado. Sin embargo, Meloni no se esperaba al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ha corregido la lista reduciéndola únicamente a siete países seguros. Por ejemplo, si fuera por Italia, las 16 personas de Egipto y Bangladés que este miércoles llegarán a Albania podrían perfectamente regresar a su país. Pero la Justicia europea no lo ve así. No los considera seguros.

Y sin embargo el problema ya no es solo Meloni. Von der Leyen ha escogido esta primera deportación como el momento perfecto para enviar una carta a todos los países miembros y pedirles que exploren la posibilidad de imitar la política migratoria italiana. Es decir, externalizar las políticas de asilo a terceros países. La presidenta de la Comisión Europea no muestra reparos a la hora de enaltecer el ejemplo de Meloni. “Con el comienzo de las operaciones del protocolo entre Italia y Albania, pronto podremos extraer lecciones de esta experiencia en la práctica”, dice en la misiva.

El Gobierno de Pedro Sánchez es de los pocos, si no el único, que por ahora ha mostrado su total rechazo a la iniciativa. “España manifiesta su posición en contra”, dijo esta mañana la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Vamos a seguir defendiendo la aplicación humanitaria del pacto de migración y asilo, vamos a apostar por vías de migración seguras, con los países de tránsito y en contra de las mafias que explotan”, explicó Alegría.