Isabel Rodríguez, de precoz senadora a liderar la política de vivienda de Sánchez

"Siempre estaré aquí", vaticinó hace unos días en el Congreso de los Diputados, cuando los periodistas le preguntaban por su futuro. No sabía —o al menos, eso decía— qué tenía deparado para ella el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que acababa de ser reelegido jefe del Ejecutivo en la sesión de investidura. 

En su rostro se podía ver la emoción de lo que acababan de vivir en la sala reservada al Gobierno en la cámara baja, de la que salieron aplausos y vítores entusiasmados. Después, los nervios y los adioses. Muchos de los que se marchaban de la Carrera de San Jerónimo lo hacían intuyendo —o, quizás, ya sabiendo— que su etapa como ministros se había acabado. Otros, tenían la mano sobre le móvil esperando la llamada. 

Rodríguez la ha recibido durante los últimos dos días y su destino ha cambiado. De ser ministra Portavoz y de Política Territorial, esta castellanomanchega de 42 años pasa a ser titular de Vivienda y Agenda Urbana. Nada menos. Una cartera de mucho peso en una legislatura en la que, como ya ha vaticinado Sánchez al anunciar su nuevo Gabinete, las políticas sociales tendrán una importancia fundamental. Y ha señalado especialmente la vivienda y las políticas dirigidas a los jóvenes. 

"Un auténtico problema, sobre todo para la gente joven, consolidando este derecho constitucional como el quinto pilar de nuestro Estado del Bienestar", ha dicho Sánchez sobre este asunto. 

Para ello, el jefe del Ejecutivo apuesta por una socialista de toda la vida dentro de un Gobierno que, como ha reconocido él mismo, tiene un importante peso político. Porque Rodríguez (Abenójar, Ciudad Real, 1981) respira PSOE desde pequeñita, ya que procede de una familia muy ligada al partido de la provincia donde nació. 

Por eso se afilió desde pequeña a las Juventudes Socialistas donde, los que la vieron trabajar, cuentan que siempre estaba presente para repartir panfletos en cualquier pueblo o participar en el acto que hubiera que participar, por muy temprano que tocara levantarse o por muy joven que ella fuera. 

Porque lo era cuando llegó al Senado, con apenas 22 años, convirtiéndose en la senadora más joven de la historia de la democracia. A la vez que accedía a su escaño en la cámara alta, Rodríguez se licenciaba en Derecho por la Universidad de Castilla-La Mancha. 

Tres años más tarde, entró a formar parte del gobierno regional de Castilla-La Mancha para, en 2011, entrar al Congreso como diputada por Ciudad Real. En 2017 ascendió a la dirección nacional del PSOE y en 2019 se convirtió en alcaldesa de Puertollano, cargo que ocupó hasta que en 2021 entró por la puerta del Palacio de La Moncloa como ministra de Política Territorial y nueva Portavoz del Ejecutivo, sustituyendo a Miquel Iceta y a María Jesús Montero, respectivamente.

Sánchez buscaba un perfil distinto a la andaluza, ahora nueva vicepresidenta cuarta del Gobierno. Una mujer como Rodríguez, que comunicara sin ser tan vehemente como Montero, firme, sí, pero siempre con una sonrisa dibujada en el rostro. 

Y confió en ella pese a que la nueva ministra de Vivienda fue portavoz de la candidatura de Susana Díaz en Castilla-La Mancha cuando la expresidenta andaluza se enfrentó a Sánchez en las primarias que resquebrajaron al partido en 2017. Con su nombramiento, el presidente del Gobierno quiso ahondar en otro gesto de unidad interna. 

Ahora le encomienda un reto aún más grande, afrontar uno de los mayores problemas sociales de este país: la vivienda. Pero ahí está Rodríguez, porque, como ella misma dijo hace unos días, "siempre estoy".