Va a hablar Oskar Matute (Bildu) en el Congreso y lo que sucede es tremendo: tres minutos bochornosos
El diputado abertzale ha reaccionado con ironía tras lo ocurrido.
El Congreso de los Diputados ha vivido este jueves un momento bochornoso. Concretamente, tres minutos que no ayudan, ni mucho menos, a la buena imagen de la política española.
Todo ha sucedido cuando ha terminado el debate sobre la ley del aborto, que se aprueba este jueves en la Cámara baja, y ha comenzado el de la ley de empleo, que también pasará idéntico trámite.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha llamado a la tribuna al diputado de Bildu Oskar Matute, al que le tocaba fijar la posición de su grupo respecto a la norma laboral. Sin embargo, el parlamentario vasco ha tenido que estar literalmente de brazos cruzados durante tres minutos porque los diputados han tardado todo ese tiempo en abandonar sus escaños y marcharse.
"Aquí, haciendo tiempo", se le ha podido escuchar a Matute ironizando sobre lo que estaba sucediendo. Mientras tanto, desde el sillón de la presidencia del Congreso, Batet iba enfadándose por lo que veía.
"Señorías, les pido por favor que si quieren salir del Hemiciclo lo hagan rápidamente y en silencio", ha tenido que espetar.
Pero ni rápidamente ni en silencio. El murmullo seguía e incluso hemos podido ver a algunos diputados de Vox junto a la tribuna charlando como si este aviso no fuera con ellos.
Matute, de pie y con los brazos cruzados, esperaba a poder comenzar su intervención con el oportuno silencio en la Cámara. "Señorías, cuando haya el silencio suficiente daré la palabra al señor Matute, que está esperando en la tribuna", ha repetido Batet, mientras el diputado vasco asentía alucinando con la escena. A su lado, Gerardo Pisarello, de Unidas Podemos y miembro de la Mesa del Congreso, sonreía por el gesto del parlamentario abertzale.
Finalmente, Matute ha podido iniciar su intervención. Eso sí, no sin antes dejar un comentario irónico: "Muchas gracias, presidenta. Como haya que hacer algún día una evacuación de emergencia, me da a mí que aquí no se salva ni dios".