Guillermo del Valle (Izquierda Española): "No nacemos para blindar un pacto de extrema derecha, somos demócratas"

Guillermo del Valle (Izquierda Española): "No nacemos para blindar un pacto de extrema derecha, somos demócratas"

Afrontan sus primeras elecciones europeas apostando por "un presupuesto común" y una "reforma fiscal progresiva". "Me importa la distribución de la riqueza, para oponernos a las políticas que representan la señora Ayuso, Milei o Vox", asegura.

Guillermo del Valle, secretario general de Izquierda Española.Getty Images

Izquierda Española afronta sus primeras elecciones europeas. Medio año después de nacer, la formación que lidera Guillermo del Valle, impulsor del think thank El Jacobino, apuesta por poner en marcha una "unión fiscal" y "un presupuesto común en Europa".

El secretario general de la formación política, que cuenta con rostros conocidos de IU, Ciudadanos y el PSOE, atiende a El HuffPost a pocos días para el cierre de campaña. Como demócratas, defiende que ellos no han nacido "para blindar un pacto de extrema derecha" y justifica que le "horrorizan las políticas de Vox".

Su postura con la Ley de Amnistía es muy clara. Recrimina al Gobierno progresista que "desmantele", con la norma, "el Estado como instrumento de igualdad". Al ver críticas de históricos socialistas como Felipe González o Javier Lambán, Guillermo del Valle les pide "pasar de las declaraciones a las acciones".

Desde Izquierda Española abogan defender una "distribución de la riqueza" que sirva para "oponernos a las políticas que representan la señora Ayuso, Milei o Vox". "Me preocupa el auge de partidos extremistas, racistas y xenófobos", razona.

¿Cuál es la sensación que tenéis en vuestra primera campaña para unas elecciones europeas?

Estamos muy esperanzados y con fuerza. La fuerza de la igualdad, de las convicciones que siguen haciendo de Izquierda Española una formación para todas las personas que creen en las políticas distributivas e ir a Europa a defender que hay que desarrollar el pilar social de la UE. Europa ha cometido errores desde la crisis de 2008, aunque se ha corregido parcialmente. Nosotros lo tenemos claro. Queremos una unión fiscal, un presupuesto común, armonizar en Europa los impuestos directos. Necesitamos una Europa más social.

Somos la única opción de izquierdas con un criterio coherente. Defendería lo mismo en Bruselas, Estrasburgo y aquí. No nos gusta la tributación de Países Bajos, tampoco nos gusta las tributaciones forales especiales de País Vasco y Navarra, el dumping fiscal de Ayuso o el pacto fiscal para Cataluña. En esta clave europea, tenemos el espacio de una izquierda racional que no silencia la defensa de los principios igualitarios de la izquierda por pactos.

Vuestro primer mensaje es el de captar el 50% de los votantes del PSOE descontentos con Pedro Sánchez. ¿En ese porcentaje podría entrar Felipe González?

Lanzamos un dato que no es nuestro. Efectivamente, puede haber un 40% del votante socialista, que puede estar incómodo con la Ley de Amnistía. A mí me preocupa que se desmantele el Estado como instrumento de igualdad. Me importa la igualdad y la distribución de la riqueza para oponernos a las políticas que representan la señora Ayuso, Milei o Vox. Entiendo que haya gente dudando de si la Ley de Amnistía es de izquierdas. Yo soy abogado de trabajadores y esta medida es inimaginable para los pobres. Si tú creas una justicia especial para los que pueden ofrecer algo a cambio, la pregunta que se hace alguien de izquierdas es, ‘¿y por qué no para el resto?’. Hay gente a la que le suena raro. Somos la voz de la gente que quiere votar izquierda, que se opone a las políticas económicas de la derecha, que quiere vivienda pública, controlar los fondos buitre y que se opone al nacionalismo.

¿Felipe González? Yo escucho a históricos del socialismo. El otro día Javier Lambán decía que un socialista vino a este mundo para combatir al nacionalismo, no para pactar con él. Hay que pasar de las declaraciones a las acciones. Respeto las declaraciones y estoy de acuerdo, pero el PSOE y Sumar no representan eso. Decir que Junts es un partido progresista me parece delirante. Le ofrecemos un voto positivo a todo el que quiera votar izquierda pero también igualdad entre españoles.

En todas las elecciones, parece que pensamos en posibles pactos. ¿Izquierda Española tiene alguna línea roja? ¿Podríais respaldando alguna iniciativa que venga del PP y Vox?

Izquierda Española es un partido al que le horrorizan las políticas de Vox. Es un partido de extrema derecha, reaccionario, que nos habla de la España eterna y mística, arremetiendo contra los inmigrantes. Nosotros somos un partido laicista, cosa que Sumar no es, que también se les ha olvidado. El PP es un partido foralista, regionalista, neoliberal, cómo vamos a pactar con el PP.

Izquierda Española es un partido al que le horrorizan las políticas de Vox
Guillermo del Valle, secretario general de Izquierda Española

La duda que me surge es que al final los partidos que están más cerca de un posible pacto, como ocurre con PP y Vox o PSOE y Sumar, no suelen arremeter contra sus posibles socios…

Nosotros nos sentaríamos con PSOE y Sumar a reforzar la inspección de trabajo, construir un parque de vivienda pública 100% en alquiler y no desmantelarlo a favor de ningún fondo de inversión, subir la tributación de las rentas del capital, hacer del IRPF un impuesto progresivo... Estaríamos de acuerdo. Esos pactos, sí. No podríamos pactar la confederalización del Estado. No tenemos un modelo de Estado confederal. Hay gente de izquierdas que nos dice que tenemos razón y que no les gusta ir de vacaciones a Benidorm y que no sepan si le han operado de apendicitis o de cáncer. Eso no es progresista. Hay que garantizar unos servicios sanitarios comunes. Sí que es verdad, y acepto la crítica, que hay quien dice que para eso hay que transformar la sociedad. No nacemos para blindar un pacto de extrema derecha, somos demócratas. Si el PP se une a una reforma de la ley electoral para hacerla más proporcional, eso sí que es transversal. Pero en el modelo de sociedad, económico, ahí no. Deberíamos encontrarnos más cómodos con la izquierda, pero muy críticos con el modelo.

En el aspecto económico, el Gobierno ha trasladado el mensaje de que ‘España va como un cohete’. ¿Qué te parece la situación económica actual?

Trabajo con gente muy corriente, clientes que son personas físicas, gente de a pie. Cuando uno ve la situación de unas teóricas clases medias, cada vez menos medias y cada vez más depauperadas, pues se da cuenta que una cosa son datos macroeconómicos y otra las condiciones de vida de la gente. Comparo el parque de la vivienda pública en España y no ha habido una voluntad política de construir. Eso no se puede hacer con una política fiscal regresiva, ni con las bobadas de la derecha de que el dinero está mejor en el bolsillo de la gente. Cada ciudadano tiene una capacidad económica muy distinta y hay muchas desigualdades. Hay mucha gente a la que no le va bien. Yo sería menos triunfalista, la verdad. La reforma laboral tiene algunas cosas positivas y en otras cosas se queda corta. Es difícil meterle mano, pero hay que tratar de disputar una hegemonía cultural. Hay que ir más allá y competir en valor añadido, en I+D, no en salarios de miseria.

Hay una lista bastante larga de temas que son objeto de debate en esta campaña. Uno de ellos es el de la gestión de la inmigración. ¿Qué idea defiende Izquierda Española?

Me escandaliza y me preocupa el auge de partidos extremistas, racistas y xenófobos que aprovechan la existencia de objetivas bolsas de pobreza, que tiene mucho que ver con el neoliberalismo. Después de 2008, se aplicaron unas políticas de austeridad por las que pidió perdón hasta el FMI. Generó un daño social y humano brutal. Se ha corregido en parte, pero no se ha avanzado en una hacienda común. Esas desigualdades generan que haya partidos políticos que digan que la culpa es del que viene de fuera. Las fronteras son arbitrarias. Es indigno segregar, lo que hace Vox, diciendo que España no es un DNI. Pues sí, España es una condición de ciudadanía.

La inmigración debe gestionarse con garantías, con derechos y deberes. Es una oportunidad de reintegración social. Al que viene de fuera y cumple las leyes políticas, tienen que darle oportunidades. No queremos comunidades que vivan aparte, sino estados sociales que garanticen derechos. Es decir, el que viene de Marruecos es un ciudadano de derecho. Hay que dárselos. En Izquierda Española, no nos gusta la subordinación ante Marruecos y tenemos que garantizar que los que vienen de fuera se convierten en ciudadanos.

Otro de los problemas que se vive en Europa y en todo el mundo es el cambio climático. Es uno de los aspectos que marcará la próxima legislatura. ¿Cuál es el plan que hace Izquierda Española? ¿Respaldáis la agenda verde europea?

Lo que hay que hacer es partir de las evidencias científicas. Todo este negacionismo, que también le gusta a una parte de la extrema derecha, me marea. Vamos a ser serios. Es de cajón que tenemos que vivir en un mundo habitable. Hay evidencias científicas de que hay un impacto del ser humano en el planeta. Ahora bien, todo eso tiene que ser compatible con cómo vive la gente. Puede ser razonable adoptar medidas para que en el centro de las grandes ciudades se limite la circulación de vehículos para frenar la contaminación. Pero el Estado debe invertir en transporte público. No puede estigmatizar al que vive en la periferia. Hay que facilitarle esa transformación verde. Ahí hay una exigencia para no dejar a nadie atrás. Se pueden llevar políticas verdes, ecológicas de conciencia climática, atendiendo a los derechos fundamentales y aprovechando las oportunidades de salarios de miseria.

Puede parecer increíble que mientras se habla de la agenda verde y el cambio climático, también se está debatiendo sobre un posible aumento de la inversión militar en Europa. ¿Qué idea tenéis de cara a esa apuesta por reforzar la seguridad?

Yo quiero una reforma fiscal progresiva. Soy escéptico con subir mucho los impuestos indirectos. Hay que tener cuidado con aumentar el gasto militar. Nos hemos dado cuenta de que estamos en un mundo convulso, entre dos guerras, con vulneraciones constantes del Derecho Internacional. Hay que defenderlo en todos los casos. Europa se ha dado cuenta de que esto de la autonomía estratégica tiene su razón de ser. No podemos ser tan dependientes del exterior. El ejemplo de la pandemia me parece paradigmático, no ser capaces de producir mascarillas. Creo que nos hemos confundido con esa dependencia tecnológica o productiva.

Hoy subcontratamos la defensa y los intereses de la UE no coinciden con los de Rusia, China y EEUU, no tiene que darnos miedo decirlo. La guerra de Afganistán es un ejemplo. Nosotros hemos dado tres claves: más social, democrática y más autónoma. Antes que gastar dinero militar, hay que optimizarlo, construir una Europa social y poner en marcha un presupuesto común.

¿Qué pensáis en Izquierda Española sobre el reconocimiento del Estado Palestino?

Es una exigencia de Derecho Internacional ineludible. Es una muestra de la total ausencia de sectarismo de Izquierda Española. El Derecho Internacional nos marcaba que era tarde la solución de los dos Estados. El objetivo es que se respeten y que adviertan de que ninguno de los dos tiene que caer en las garras del fundamentalismo religioso. Nosotros decimos que no hay contradicción entre criticar los hechos del 7 de octubre (atentado de Hamás), con la salvajada que se está viviendo en la Franja de Gaza.

El reconocimiento del Estado Palestino es una exigencia de Derecho Internacional ineludible
Guillermo del Valle, secretario general de Izquierda Española

Al mismo tiempo que la causa del pueblo palestino, tenemos que atender alguna cercana a nuestras fronteras, como la saharaui. A mí me duele mucho que este Gobierno haya cambiado la política de Estado. Ahí tenemos una resolución de la ONU y uno no puede dar una de cal y otra de arena.

Israel ha criticado al plan de España y no el de otros países que ha sido similar. ¿Cree que trata de aprovechar la fragmentación política que hay en España, como se ha visto con la foto de Abascal y Netanyahu?

No sé si Abascal no se da cuenta que, presuntamente, que él, que es el gran antisanchista, le suele lanzar capotes a Pedro Sánchez. Es una cosa delirante. Netanyahu como ejemplo. Hasta la propia oposición del Estado de Israel ha señalado que la deriva autocrática allí es preocupante. Ahora bien, sí que creo que en el Gobierno tiene que haber una coherencia y no la hay. Las palabras de la vicepresidenta (Yolanda Díaz) no son las más precisas. Responde a esta política del inmediatismo y del simbolismo. Sánchez, habiéndose adelantado, ha dejado con el pie cambiado a Sumar.

Una de las mayores problemáticas es el tema de la vivienda. ¿Qué se puede hacer para tratar de contener una situación que va a más?

Hay que hacer una regularización exhaustiva y contundente de los pisos turísticos. Hay que preguntarse a favor de qué intereses intervenimos. Lo que no puede ser es lo que se ha hecho con la barra libre de especulación, los fondos buitre, de inversión. La vivienda debería ser un derecho fundamental. Los derechos sociales se tienen que convertir en fundamentales. Hay que regular, controlar y poner coto. Luego, hay que ponerse en una política de medio y largo plazo de intervención por el lado de la oferta. Mi idea es que nos acostumbremos a tener un parque de vivienda pública que no se da a los amiguetes, como lo que pasó en Madrid con la IMVS. 

No nos olvidemos que en ese mercado ha habido mucha gente que se ha visto afectada por cláusulas abusivas. No se puede permitir que las entidades bancarias inundan el mercado de préstamos con intereses de demora abusivos. De Europa han venido buenas resoluciones sobr ello, pero aquí se ha dejado olvidados durante años a los ciudadanos y eso no puede ser.

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Sergio Coto es redactor en El HuffPost. Nació en Madrid, en 1995, y estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar a El HuffPost, trabajó como redactor en '20 Minutos', 'El Mundo', 'La Sexta', 'Bankinter' y 'El Plural'. Puedes contactar con él en sergio.coto@huffpost.es