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Francia abre la guerra contra Von der Leyen por el acuerdo con Mercosur: "No es el final de la historia"

Francia abre la guerra contra Von der Leyen por el acuerdo con Mercosur: "No es el final de la historia"

Francia asegura que defenderá "sin descanso su agricultura y su soberanía alimentaria", unas "exigencias" que dice compartir con Polonia, Italia, Países Bajos, Austria y Bélgica

Macron, junto a Von der LeyenThierry Monasse

Acuerdo histórico. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha cerrado este viernes en Montevideo el acuerdo comercial con los países de Mercosur que la Unión Europea negocia con esta región desde hace 25 años y al que aún se opone de plano Francia; cuyo presidente, Emmanuel Macron, avisó la víspera de que el pacto en su estado actual "es inaceptable" pero no logró frenar a Bruselas.

"No sólo es una oportunidad económica, es también una necesidad política", ha destacado la jefa del Ejecutivo comunitario, en una comparecencia sin preguntas junto al presidente de turno de Mercosur y mandatario de Uruguay, Luis Lacalle Pou, para anunciar el acuerdo que ya avanzaron la víspera los ministros de Exteriores del Mercosur (Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay) con el comisario de Comercio, Maros Sefcovic.

"Estamos derribando barreras y permitiendo que entren inversiones, estamos formando un mercado de más de 700 millones de consumidores", ha celebrado Von der Leyen, quien ha celebrado el "verdadero hito histórico" de un acuerdo entre las dos regiones. El nuevo marco permitirá, según las cuentas de Bruselas, ahorrar a las empresas europeas unos 4.000 millones de euros en aranceles cada año.

En concreto, el nuevo régimen comercial supone la eliminación progresiva del 91% de los aranceles que se aplican a los contingentes europeos que entran en Mercosur, por ejemplo a productos agroalimentarios de interés para España como el aceite de oliva, el vino, frutas y hortalizas y el porcino.

A cambio, la UE abre liberalizará también la mayor parte del acceso a su mercado aunque quedan contingentes arancelarios para productos especialmente sensibles y se reconocen más de 350 Indicaciones Geográficas protegidas de la UE. Otra de las claves en el actual contexto geopolítico son los compromisos vinculantes para evitar restricciones a la exportación de materias primas.

El acuerdo no está firmado... todavía

Poco antes de que se confirmara el acuerdo tras más de dos décadas de negociaciones, el portavoz comunitario en materia comercial, Olof Gill, avisaba en una rueda de prensa desde Bruselas de que el acuerdo no se podía dar por firmado, porque lo ocurrido en Montevideo, en los márgenes de la cumbre de Mercosur, es un acuerdo político sobre los textos negociados a nivel técnico.

"El acuerdo político es sólo el primer paso de un largo proceso, sólo es el inicio", ha indicado, en referencia a que tras la conclusión de las negociaciones se inicia un largo proceso que arrancará por el examen legal de los textos por parte de los servicios jurídicos del Ejecutivo comunitario y su traducción a todas las lenguas oficiales de la UE, lo que llevará varios meses, antes de entrar en la fase que permita firmar y ratificar el Tratado.

Sólo entonces, Bruselas dará a conocer cuál es la base legal que propondrá para su ratificación tanto en el Consejo como en el Parlamento Europeo. En todo caso, fuentes comunitarias sostienen que el simple anuncio supone un "cambio en la psicología" de las empresas que saben ahora que habrá un marco de libre comercio y, por ello, dan por hecho que habrá ya inversiones que se "anticipen" a su entrada en vigor.

Este es un acuerdo entre negociadores que necesita aún, del lado europeo, pasar un proceso de ratificación que llevará tiempo y que probablemente pasará por que Bruselas 'trocee' el Tratado. De este modo, la parte comercial podrá ser adoptada por mayoría cualificada de los Veintisiete y evitar así que Francia pueda vetarlo si no gana apoyos suficientes para formar una minoría de bloqueo. También tendrá que ser ratificado por el Parlamento Europeo, pero esquivará la ratificación en los 27 parlamentos nacionales si se confirma que el marco comercial irá por separado.

Por el momento, sólo Francia ha sido tajante en su rechazo categórico al nuevo acuerdo pese a las disposiciones adicionales negociadas, aunque Polonia, Irlanda, Países Bajos o Austria también han mostrado reservas si no se buscan medidas de acompañamiento para compensar el impacto en sectores propios estratégicos.

Sin embargo, de la última reunión de ministros de Comercio de la UE celebrada la semana pasada, distintas fuentes europeas consultadas por Europa Press señalan que con la calculadora en la mano Francia no suma aún los apoyos suficientes para contar con una minoría de bloqueo, aunque sí podría lograrlo si convence a Italia, aún dubitativa.

De hecho, el Gobierno de Francia ha afirmado que el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur "no está firmado ni ratificado" y ha advertido de que el anuncio realizado este viernes en Montevideo por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, no es el "final de la historia" porque no tiene "ningún efecto jurídico".

El Elíseo ha insistido en que no puede aceptar que su sector primario sufra "competencia desleal" por parte de productores externos ni que puedan estar en riesgo los compromisos en materia climática. Asimismo, cree que "las normas sanitarias y los controles deben ser respetados y reforzados".

El malestar de Francia contrasta con la celebración por parte de otros socios de la UE como España y Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha aplaudido en redes sociales que se haya levantado "un importante obstáculo" dentro de este proceso y ha destacado que el acuerdo "creará un mercado libre para más de 700 millones de personas".