España reconocerá al Estado Palestino: la cara B de una jornada histórica
Pedro Sánchez anunciaba este miércoles que el Consejo de Ministros iba a reconocer el Estado Palestino el próximo martes alineados con Noruega e Irlanda.
Este miércoles, en el Congreso de los Diputados, y diez años después de aprobarse casi por unanimidad el reconocimiento de Palestina, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que será el próximo martes 28 de mayo cuando el Consejo de Gobierno reconozca el Estado Palestino.
Han hecho falta diez años y varias legislaturas de signos populares y socialistas para que se consume la decisión y que entre los diferentes grupos parlamentarios se ha visto más como una cuestión cosmética que efectiva y de la que esperan, se acompañen más medidas tras las elecciones europeas de dentro de dos semanas.
La noticia la celebraban los socialistas en los pasillos del Congreso asegurando que “hoy España es un país más justo”.
Llegaba por sorpresa, pero el Partido Socialista señalaba que es un acuerdo que lleva semanas preparándose y que se ha resistido ya que ha obligado a buscar momento adecuado para anunciarse entre varios países y del que se ha informado tanto a la oposición - al hacerlo en el hemiciclo - como a las diferentes instituciones europeas como al Rey antes de hacerlo público este miércoles.
Sin embargo, la noticia no era bien recibida por todos. Al menos aparentemente. Mientras PSOE y Sumar aplaudían el anuncio, y al que se sumaban otras fuerzas políticas, se ha podido ver como las bancadas de EH Bildu, ERC y Podemos permanecían de brazos cruzados.
Cuando llegaba su turno de intervención se mostraban críticos con la decisión de Sánchez afeando que no hubiera llegado antes o cuestionando que se vaya a reconocer a Palestina sin especificar las fronteras o cuando ya solo son escombros tras los continuos ataques israelíes desde el mes de octubre y que han provocado miles de muertos civiles. "Hoy van a reconocer más escombros y cadáveres que territorio", agregaba el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.
Ante la tibia respuesta de los socios de Gobierno, también la había de la oposición. Por un lado, Santiago Abascal, que ha pasado más tiempo ausente que sentado en su escaño durante la comparecencia de Sánchez, ha cargado directamente contra Sánchez acusándole directamente de "complicidad" con Hamás por el reconocimiento viendo un "premio" para el grupo islamista al que ha tachado de "terrorismo satánico".
Una “complicidad con el mal", que parte de una "equidistancia" respecto al conflicto agravado tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre y la posterior respuesta que ha llevado al Ejecutivo israelí ante la Corte Penal Internacional por cometer crímenes de guerra y dejando 35.000 euros.
Sin embargo, en el PP la respuesta era en origen más tibia. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, afeaba que no hubiera una mayoría europea para dar el paso. De hecho, salvo Suecia, que ya lo hizo hace años, se sumarán a España Noruega e Irlanda. “Países como Francia, Malta, Eslovenia o Bélgica estudian hacerlo”, indica un diputado socialista, descartando que lo dicho por Feijóo sea indicio de no haber “logrado consenso” en Europa.
“España fue sede de la Conferencia de Madrid y Noruega de los Acuerdos de Oslo. Son dos países que llevan décadas buscando una solución de paz en el conflicto y que han dado este paso, que es muy determinante dado que el único responsable de que se haya llegado a esta situación es lo que está realizando Netanyahu y su Gobierno sobre civiles en Gaza”, argumenta.
No obstante, a pocos metros del hemiciclo, desde la Puerta del Sol, la presidenta madrileña marcaba perfil ante el anuncio, casi a la vez que Feijóo terminaba su primera intervención.
El presidente del PP estaba reprochando a Sánchez que reconocía a Palestina para no hablar del PSOE, pero le pedía que no se tomara el asunto a la ligera y instaba tener como “prioridad (..) entregar los rehenes, el alto al fuego, la ayuda humanitaria y evitar que se recrudezca la escalada” hablando incluso de “víctimas inocentes” en el lado palestino. Sin embargo, Ayuso indicaba que “la Comunidad de Madrid no romperá relaciones ni con el Estado de Israel ni con la comunidad judía” en la medida que las competencias autonómicas -ninguna- lo permitan. “La decisión de Sánchez sobre Palestina tiene como único objetivo quitarle votos a Yolanda Díaz. Deja a España al margen de la UE, la OTAN”, indicaba al respecto.
Unas horas más tarde, Feijóo daba la contrarréplica a Sánchez. Y elevaba el tono. “Ahora resulta que no se retiró al embajador ruso porque ningún país de la Unión Europea lo consideró oportuno. Fue un acuerdo de la Unión Europea. ¿Por qué hace usted con Palestina lo que no hace por consenso la Unión Europea? Ha salido raudo y veloz a celebrarlo ¿sabe quién? Hamás. Es la segunda vez que le dan las gracias. Es un grupo terrorista que mutiló a niños, que violó a niñas, que torturó a los jóvenes y lo sigue haciendo, que mató a cientos de personas entre ellos a dos españoles”, indicaba Feijóo acusando que el reconocimiento puede “perjudicar al pueblo palestino” ante una posible respuesta de Israel.
“Sánchez ha señalado que el reconocimiento no es contra Israel. Es un país con el que España tiene buenas relaciones, al igual que con la comunidad judía. No es una cuestión de ir a favor de Hamás como dice Feijóo. Se hace por justicia y coherencia”, completaba el mismo parlamentario.
La honorabilidad de Begoña Gómez
Begoña Gómez y la derivada de la denominada como “máquina del fango” también se han colado en el hemiciclo. Sánchez ha defendido tanto su honorabilidad como la de su esposa acusando al PP y a Vox de promover bulos para incoarles un supuesto delito de tráfico de influencias.
Lo cierto es que el tema apenas ha salido de la tribuna del Congreso. Sus señorías no comentaban las acciones de Begoña Gómez en los pasillos del Congreso y tan solo quedaba la duda de si Begoña Gómez iba a ser llamada a comparecer en el Senado después de que Feijóo confirmara que el PP iba a llamar a Sánchez a dar explicaciones tras no darlas en el Congreso.
Tan solo el habitual grupo de ciudadanos que acude con regularidad a las puertas del Congreso se refería a ello. “Viva Pedro Sánchez, pero que viva lejos”, “viva la república, la república de los tontos de Losantos” o villancicos adaptados a Sánchez y a su mujer se convertían en tema de conversación al respecto.
Dos años sin elecciones
Sin embargo, más allá de la cuestión palestina, lo cierto es que los partidos se preparan ya para la actividad legislativa y ejecutiva a partir del 10 de junio, tras las elecciones europeas y la aprobación definitiva de la amnistía, prevista para la semana que viene.
Las elecciones europeas, que se celebran en poco más de dos semanas, han aterrizado en la Cámara Baja donde sus señorías, especialmente las del PP, no han perdido la oportunidad de mandar sus mensajes ante la cuarta cita con las urnas en lo que va de año y que pondrá fin - o eso esperan, “agotados”, y en privado, ante el hastío de tanto mitin– a un páramo electoral de, al menos, dos años. De hecho, tal y como indicaba el propio Feijóo, planteaban las europeas como una segunda vuelta de las generales.
Pero la vista estaba puesta en un cambio de ciclo. Ya sin elecciones a la vista, los socios han pedido una agenda “ambiciosa” que genere un clima de esperanza entre los electores, y que no les hagan sentir que esta es una legislatura perdida en la que se toman pocas medidas.
Así, dar más pasos sobre Palestina, incluir un impuesto a los grandes supermercados, iniciar un debate parlamentario para tomar medidas de regeneración democrática, avanzar en los pactos de investidura de PNV y EH Bildu, desbloquear el CGPJ o avanzar hacia la reducción de la jornada laboral, serán los puntos que marquen la agenda en las próximas semanas y meses, ya sin la asfixia de un escrutinio.