Errejón o el fracaso de la política: "Que los suyos digan que no sabían nada provoca una revictimización"

Errejón o el fracaso de la política: "Que los suyos digan que no sabían nada provoca una revictimización"

Politólogos y expertos en comunicación política aseguran que la gestión de esta enorme crisis no ha sido la correcta, ni por parte de Sumar ni de Más Madrid. Tampoco del propio diputado, con un comunicado "lleno de eufemismos".

Íñigo ErrejónEuropa Press via Getty Images

La política española entró este jueves en colapso al destaparse el primer caso de gran calado en torno a la violencia machista, que ha fulminado la carrera de Íñigo Errejón. El que fuera uno de los fundadores de Podemos y también portavoz del Sumar en el Congreso de los Diputados, anunciaba en redes sociales su dimisión a través de un confuso comunicado en el que aseguraba que "el ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década" había desgastado su salud "física y mental", así como su "estructura afectiva y emocional". 

"Tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana", añadía.

Su elaborado mensaje, trufado de floridas expresiones y un adornado vocabulario, encubría una autoinculpación incompleta acerca de las diferentes denuncias anónimas por violencia machista que se habían ido publicando contra él en estos últimos meses a través de las redes sociales. La última, una recogida en la cuenta de Instagram de la periodista Cristina Fallarás donde una mujer relataba un episodio con "un político muy conocido que vive en Madrid", al que después definía como "el indignado social" que "nunca saca la cabeza los días del 8M". "Es un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo", añadía al respecto. Parte de esa denuncia fue posteriormente eliminada de la red social.

No era la única. Ya en junio del año pasado, una joven se atrevió a denunciar directamente a Errejón por tocamientos durante un festival de punk. "¿Cómo iba a ser posible que viniese aquí un político de nivel nacional, conocido precisamente por ser de izquierdas y feminista, y me metiese mano justamente a mí, justamente en medio de un evento feminista y punk?, señalaba la mujer en un hilo en Twitter que también fue borrado después.

  Íñigo ErrejónGetty Images

La denuncia en el perfil de Fallarás, sin embargo, fue la chispa que prendió la mecha. Un camión lleno de explosivos que obligó a Sumar y Más Madrid a pedir explicaciones a Errejón por estas acusaciones y a plantearle su dimisión. Según las fuentes de ambos partidos, el diputado acabó admitiendo estos "comportamientos machistas" y confirmó que las acusaciones hechas contra él en las redes sociales eran ciertas. Después, llegó la denuncia de la actriz y presentadora Elisa Mouliaá, relatando ante la Policía una oscura noche en la que el dirigente habría podido llegar a cometer hasta tres diferentes delitos de índole sexual. 

Las miradas se dirigieron entonces hacia Sumar y Más Madrid, formaciones que iniciaron una guerra para arrogarse el mérito de haber forzado a Errejón a dimitir. Sus dirigentes, en un principio, negaron conocer las acusaciones vertidas contra el diputado hasta la publicación de Fallarás. Después, a través de fuentes anónimas, algunos de ellos han admitido que Errejón llevaba años acumulando "dinamita debajo de él" y que si esto se llega a saber a pocos meses de unas elecciones "les hubiera matado", según EFE. María Eugenia Rodríguez Palop, que dejó sus cargos en Sumar el pasado julio, también reconoció que esas denuncias que circulaban desde hace más de un año señalaban "específicamente" a Errejón y que "no se prestó la atención que se debía haber prestado".

  Errejón y Yolanda Díaz, el pasado martes en el CongresoEFE

Los diferentes politólogos y expertos en comunicación política consultados por El HuffPost aseguran que la gestión de esta enorme crisis no ha sido la correcta, ni por parte de Sumar ni de Más Madrid. Tampoco del propio Errejón, que elaboró en "comunicado erróneo y lleno de eufemismos para justificar sus comportamientos y tapar lo que ha ocurrido". 

"No pide perdón ni se pone del lado de las víctimas. Y hay temas, como el machismo o la violencia de género, sobre los que la sociedad tiene una opinión clara y consensuada. Es triste ver que Errejón ha acabado haciendo lo mismo que hizo Rubiales: minimizar el problema y creer que la sociedad no lo va a condenar de una manera rotunda y nítida", asegura Luis Barroso Denis, estratega y profesor en comunicación política. Además, el experto ve muy torpe por su parte haber amparado su dimisión en la salud mental. "Esto es grave porque hay gente que, de verdad, lo está pasando mal. Achacar cualquier error a la salud mental no tiene justificación posible y hace un gran daño a las personas que realmente sufren", añade.

  Íñigo ErrejónEuropa Press via Getty Images

Su análisis es muy similar al que también arroja Cristina Granados, politóloga e investigadora de la Universidad Pablo de Olavide. "Su comunicado es una decepción y una falsedad en toda regla, sobre todo desde el punto de vista de la salud mental. Errejón ha fundamentado parte de su discurso político y oratoria en este asunto y las acusaciones que hemos conocido lo retratan ahora como un hipócrita. La salud mental que debe importarnos es la de las víctimas", detalla. 

Igualmente, Granados cree que Sumar y Más Madrid hacen un flaco favor a estas víctimas si aseguran que no conocían previamente las conductas de Errejón. "Decir que no sabían nada las revictimiza", añade. 

Pero, ¿qué consecuencias tendrá este primer #MeToo de la política? Barroso Denis cree que esta crisis pasará factura a Sumar y Más Madrid, pero pide poner el foco en todos los partidos políticos, que carecen - en su mayoría - de protocolos eficaces contra el acoso. "Los políticos y los partidos van dando lecciones de comportamientos y exigen a las empresas y los ciudadanos aquello que luego no cumplen ellos mismos", explica. 

Por este motivo, cree que todas las formaciones deben hacer "una autocrítica" y dirimir "responsabilidades". "Hay que conocerse quién lo sabía y lo tapó, y también poner el foco en los entornos de ese líder. Porque se está generando una falta de autenticidad y confianza en nuestros representantes públicos, lo que lleva a una mayor desafección de la ciudadanía e incluso a generar miedo, como demuestra que las víctimas busquen espacios distintos para denunciar - como un perfil de Instagram de una periodista - porque sólo así se sienten seguras y no revictimizadas", explica.

  Imagen de archivo de la protesta del 8-M en Barcelona.Paco Freire/SOPA Images/LightRocket via Getty Images

Al respecto, Granados pide que nos preguntemos por qué las mujeres no se sienten protegidas por el sistema judicial o los motivos o factores que hacen que no denuncien este tipo de situaciones. "No es algo exclusivo de la política. También ocurre en la universidad o en los trabajos. Es el llamado techo de cristal o suelo pegajoso al que nos enfrentamos las mujeres. Pero bajo ningún concepto se debe culpabilizar a las víctimas o preguntarles por qué denuncian de forma anónima o tardan en hacerlo. Lo importante no es eso, sino que han sido valientes y han dado el paso. Creo que la vergüenza está empezando a cambiar de bando", asegura.

La investigadora cree, por último, que el camino para un cambio significativo del esquema patriarcal pasa por "empodernarnos como mujeres, no olvidar a las víctimas, romper las relaciones de poder y crear amplios espacios de sororidad entre nosotras".

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es