El PSOE llega a Sevilla para reelegir a Sánchez en plena ofensiva judicial
Los cambios en la dirección del partido serán importantes con el objetivo de lograr mayor cohesión, respuesta a los ataques de la derecha y menor exposición mediática.
Pedro Sánchez y el PSOE desembarcan este viernes en Sevilla para celebrar su 41º Congreso Federal en el que se producirán importantes cambios en la dirección del partido así como una nueva hoja de ruta para lo que resta de legislatura.
Sin embargo, lo que debía ser un cónclave de unidad y refuerzo a la figura del reelegido Pedro Sánchez se ha convertido en un escenario en el que los escándalos judiciales, aunque sean bulos, copan los titulares de los socialistas. Los días previos al congreso han estado marcados por un numerosos de sobresaltos que se tratarán de tapar exhibiendo normalidad y unidad.
Caso Koldo y la situación de Begoña Gómez aparte, los problemas comenzaban con la declaración de Víctor de Aldama, empresario propietario del Zamora FC que ha señalado a diferentes cargos de la dirección del PSOE así como a ministros y exministros de haber recibido mordidas.
También en lo relativo al fraude fiscal de la pareja de Ayuso. Un caso que era del PP ha acabado convirtiéndose en un caso del PSOE por tratar de desmentir un bulo que lanzó el equipo de la presidenta madrileña. Con el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, investigado, un informe de la UCO lo ha vinculado directamente con la filtración de datos confidenciales sobre Alberto González Amador. En medio de todo el embrollo, el líder del PSOE madrileño, Juan Lobato, ha terminado de salir del cascarón como un barón crítico y ha roto filas al insinuar que Moncloa le mintió sobre el origen del correo filtrado involucrando directamente a Óscar López, actual ministro para la Transformación Digital y Función Pública, y a su jefa de gabinete y perejil en todas las salsas del PSOE-M, Pilar Sánchez Acera. Lobato, que ya enfrentado a Ferraz como crítico se resistía a dimitir, terminaba por claudicar al empezar a calcular apoyos y descubrir que apenas iba a poder lograr el número de avales necesarios para presentarse a las primarias. Al otro lado, los militantes y cargos del PSOE, resignados y decepcionados ante la enésima crisis y ver como otro paracaidista de Ferraz acaba dirigiendo el PSOE madrileño.
La última ha sido la confirmación del bulo en la que se basa la denuncia que un grupo de ultraderecha había interpuesto contra David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno. En un error al calcular las cifras, se querellaron contra David Sánchez por la supuesta posesión de 1,4 millones de euros en acciones del BBVA pese a cobrar una cantidad infinitamente menor. Según la UCO, y tras recopilar información de la Agencia Tributaria, esas acciones tan solo valían 68.000 euros. A pesar de estas conclusiones, el juzgado ha citado a declarar a David Sánchez y al presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Gallardo, el próximo 9 de enero como investigados en esta causa.
Pero ajenos al ruido mediático y judicial, el PSOE se reúne con dos fines: unir al partido en la nueva hoja de ruta e importantes cambios en la cúpula socialista para encarar los próximos años de legislatura. Sánchez busca un equipo más cohesionado, renovado y con menos exposición a recibir los envites del PP.