El PSOE se centra en la lucha contra el 'lawfare' con Zapatero como 'gurú'
Aunque Page ha sido uno de los protagonistas del día, las declaraciones del castellanomanchego parecen no haberse escuchado dentro del Palacio de Congresos de Sevilla en el que el cerrar filas con Sánchez ha sido la tónica.
El PSOE ultima su nueva ejecutiva tras negociar su hoja de ruta para lo que resta de legislatura. Horas de negociaciones votando y decidiendo enmiendas y mostrando una imagen de unidad pese a la resaca del caso que ha acabado por saltar por los aires a Juan Lobato, un Emiliano García-Page que ha acudido a Sevilla para cargar, a su manera, contra el PSOE y el telón de la financiación autonómica podrían ser, hasta la fecha, el resumen del 41º Congreso Federal del PSOE celebrado este fin de semana en Sevilla.
Sin embargo, este segundo día de Congreso Federal se ha centrado más en la figura de ensalzar a Sánchez, tal y como ocurría esta mañana con María Jesús Montero y Santos Cerdán, números dos y tres del PSOE, llegando a denunciar que existe una "cacería humana" judicial y mediática contra él.
Según detallaba Cerdán, hay una estrategia "de acoso y derribo" desde que Sánchez llegó al Gobierno en el año 2018 mediante una "industria de odio" que ha generado "fango, ruido, bilis sin parar con el objetivo de generar caos". "Nunca antes hubo en democracia un ataque similar contra un presidente legítimo".
"Son las mismas mentiras de siempre pero propagadas rápidamente con altavoces en programas de televisión en prime time, en programas de radio, en digitales, en tertulias, en canales de Youtube, en redes sociales o en columnas de prensa de toda la vida, incluso en sede judicial. Sí, también en sede judicial", explicaba al respecto el número tres del PSOE.
Montero añadía que el PP quiere "politizar la Justicia" para no hablar de la acción del Gobierno sino de "corrupción fundamentada en falsedades y en mentiras", para intentar así "alejar" a sus votantes de la "utilidad de lo público".
Lo mismo indicaban los representantes de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, que estaban presentes en la inauguración. Por ejemplo, entre loas al Ejecutivo, Sordo ha indicado que España necesita un PSOE "fuerte" vendiendo como buenas diferentes medidas aprobadas estos seis años considerando que es una "muestra del éxito" de las políticas progresistas. En clave más política, aunque dando las gracias a Sánchez, Pepe Álvarez ha querido reivindicar la importancia de la redistribución de la riqueza puesta en marcha "para tener servicios públicos hay que pagar impuestos, y los que más tienen deben contribuir con más", bajo la fórmula de "sindicatos fuertes y partidos de masas para seguir avanzando hacia una España más justa y solidaria".
Una mañana bonita, entusiasta para los militantes socialistas que se rompía con la expectación de decenas de periodistas a las puertas del cónclave esperando la llegada del presidente manchego Emiliano García-Page, al que solo le ha hecho sombra en cuanto a poder de convocatoria el titular de Transportes, Óscar Puente, que a duras penas podía avanzar sin hacerse decenas de 'selfies' con militantes y Begoña Gómez, que se ha dejado ver en la zona de restauración donde ha sido ovacionada por los militantes mientras coreaban su nombre.
Tras asegurar que con Sánchez solo ha hablado de la comida, que estaba "muy buena" pese a ser un catering, ha comenzado a disparar contra todo y todos. Eso sí, con interrupciones de militantes que no dudaban en gritar vivas a Pedro Sánchez por encima del castellanomanchego.
Primero: lo de Lobato. "Esa prueba de poner la mano en el fuego no la superó nunca nadie", ha expresado cuando era preguntado por los periodistas sobre si pondría la mano en el fuego con respecto a si Moncloa filtró o no el documento con el correo en el que el abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso reconocía dos delitos fiscales.
"No es recomendable poner la mano en el fuego, te quemas seguro. No es un problema de confianza, yo deseo que todo quede esclarecido y no pasemos vergüenza, en lo personal y lo político. No le deseo nada malo a la oposición en términos judiciales, cuanto menos a mi partido", explicaba al respecto.
Segundo: lo de la "cacería humana". "Aunque es legítimo pensar que hay una "cacería" hacia dentro, debemos evitar todo lo que signifique poner en cuestión el sistema constitucional que tenemos. Es preferible no ocupar ese papel de víctimas porque el victimismo es el último recurso de un proyecto político", indicaba al respecto asegurando que el victimismo puede tener cabida "cuando va precedido de autocrítica". "Los españoles verían bien que el PSOE dijera que en algunas cosas nos podemos equivocar. Daría credibilidad a las acusaciones infundadas que nos están diciendo", remataba.
Tercero: Junts es"extrema derecha". Page ha lamentando también que el Ejecutivo llegue a pactos con los de Carles Puigemont. "Lo más complicado y lo más difícil es tener que sacrificar y poner en riesgo valores esenciales de la izquierda", indicaba asegurando que a parte de ser ultraderecha son también xenófobos.
Poca trascendencia ha tenido los únicos diez minutos en los que Page se ha dejado ver por el Palacio de Congresos de Sevilla en el que se desarrolla el Congreso Federal. El plato fuerte de la tarde, mientras los delegados debaten enmiendas y se decide la próxima ejecutiva del partido, era, de nuevo, Zapatero.
El expresidente del Gobierno debatía junto a María Jesús Montero de la desinformación donde se ha referido a Manuel Chaves y Magdalena Álvarez, cuya sentencia sobre los EREs fue anulada por el supremo indicando que "la decencia y la verdad, antes y después, se abren camino". Por la mañana, Juan Espadas ha protagonizado un acto de reinserción pública similar en el que también se encontraba Griñán.
En ese sentido, Montero ha hablado de las "famosas condenas de telediario" que sufren políticos llamados a declarar en instancias judiciales al hilo de "noticias falsas" sin "ningún tipo de control", y que posteriormente se llevan "a los tribunales".
Una guerra al 'lawfare' con la que el PSOE ha cerrado su segundo día a la espera de conocerse la próxima ejecutiva del partido y alguna sopresa como cambios en la portavocía que, según no deja de repetirse en pasillos, "decidirá Sánchez".