El PP gana las elecciones europeas pero no "golea" a Sánchez: sólo dos escaños más

El PP ha ganado este domingo las elecciones europeas pero no ha conseguido su principal objetivo: arrasar para mostrar la supuesta debilidad de Pedro Sánchez y reforzar el debate sobre el tan reclamado adelanto electoral. 

Los populares, con Dolors Montserrat como cabeza de lista, han obtenido 22 escaños, nueve más que en 2019. Es la fuerza que más sube con respecto a los anteriores comicios, pero sólo supera en dos escaños al PSOE y en cuatro puntos en porcentaje de voto. Una mínima ventaja en estos comicios que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha querido convertir en un "plebiscito" sobre el Gobierno después de sacar a miles de ciudadanos a las calles por la ley de amnistía y tras la citación para declarar como investigada a Begoña Gómez, mujer de Sánchez. Un nivel de crispación política extremo encaminado a desgastar al Gobierno que, sin embargo, parece sólo haber tenido influencia directa en el dato de participación: la mitad de los españoles se ha quedado este domingo en casa (50,77% de abstención).

El PP vuelve a ser primera fuerza política, al igual que en las generales, pero no le sirve para imponerse con rotundidad. Eso sí, amplía su ventaja con respecto a los comicios del 23-J. Si en las generales la diferencia entre ambas formaciones fue de 1,4 puntos, en estas europeas sube a prácticamente cuatro.

Las encuestas publicadas en estos meses hablaban de una ventaja de hasta más de diez puntos con respecto al PSOE en sus horas más bajas por el cisma generado a raíz de la presentación y posterior debate de la ley de amnistía. De hecho, el PP sólo suma el voto de Ciudadanos (formación que desaparece tras ser tercera fuerza en 2019) mientras ve como el espectro político a su derecha crece, con Vox sumando dos escaños más y Se acabó la fiesta de Alvise Pérez irrumpiendo con tres eurodiputados. Un panorama suficiente para Feijóo para acallar las posibles críticas internas, pero no para hacer tambalear al Gobierno como el caso del liberal De Croo en Bélgica o el adelanto de las legislativas de Macron en Francia. 

En todo caso, Feijóo ha querido exhibir músculo en Génova junto a la candidata a las europeas, Dolors Montserrat, su cúpula y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha coreado 'Oa, oa, oa, Feijóo a la Moncloa'.

"Sánchez me dijo que el PP iba a perder las elecciones (...) los españoles han dicho lo contrario, nos han dedicado un triunfo electoral contundente, un triunfo electoral transparente y el triunfo que estábamos esperando", ha exclamado Feijóo ante la euforia de los suyos.

Minutos antes, su número dos, Cuca Gamarra, sostenía en rueda de prensa que el PP había ganado el plebiscito de las europeas al señalar que "los plebiscitos son elecciones de sí o no y hoy ha habido un 'sí' a Alberto Núñez Feijóo y un 'no' a Pedro Sánchez y a su forma de hacer política".

En el PSOE respiran aliviados después de haberse enfrentado a una de sus campañas más duras. En el Gobierno consideran que han salvado la papeleta al iniciar la campaña temiendo la amplia distancia que podría obtener el PP, que se uniría a la difícil aritmética de un Congreso que sólo ha sacado adelante dos leyes en estos primeros meses de legislatura, una de ellas la amnistía hace tan sólo diez días. 

Por si fuera poco, el juez Peinado decidió citar como investigada a Begoña Gómez como respuesta a la denuncia del pseudosindicato Manos Limpias por delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias. La 'estocada' judicial se convirtió por sorpresa en un arma electoral que los socialistas han usado para denunciar el "fango" de las derechas para erosionar al Ejecutivo, y desafío abierto a la Justicia tras decisiones judiciales como el rezo del rosario frente a su sede en plena jornada de reflexión. 

Los 20 escaños de este 9-J, empeorando uno con respecto a 2019, permiten a Sánchez salvar los muebles y anular el discurso victorioso del PP. No se ha consumado la remontada que desde Ferraz se venía proclamando en los últimos días de campaña, lo que puede generar cierta desazón interna, pero la diferencia no ha sido tan abismal como en un principio se temía. 

"Si Feijóo se ha empeñado en plantear estas elecciones como un plebiscito contra el Gobierno, está claro que el plebiscito lo ha perdido, ha sido un fracaso rotundo", ha declarado la candidata, Teresa Ribera, en Ferraz.

Se avecina marejada en Sumar; Podemos sobrevive

La izquierda, sin embargo, tampoco sale especialmente victoriosa. Estas europeas han sido las primeras elecciones en las que Sumar y Podemos han ido por separado y la digestión de este divorcio no ha sido fácil para ninguna de las dos formaciones. El partido de Yolanda Díaz se mantiene como la fuerza predominante a la izquierda del PSOE, pero sólo suma tres representantes. La candidatura encabezada por Estrella Galán no ha conseguido sumar el cuarto europarlamentario, que habría correspondido al dirigente de IU José Manuel Pineda, lo que puede abrir un cisma importante dentro de la coalición. 

"Los resultados en Sumar son malos. Sin matices. No se han cumplido las expectativas y la división del espacio nos lleva al fracaso o a una pelea de minorías. Urge crear condiciones para revertirla. Debemos poner máxima voluntad (...) También hace falta un debate honesto en Sumar para extraer conclusiones acertadas. Empieza una nueva etapa", ha señalado en X el actual coordinador federal de IU, Antonio Maíllo. 

Cabe recordar que su formación pospuso a después de las europeas su posible ruptura con Díaz al quejarse de su discreto papel en los procesos de negociación internos. 

Desde Más Madrid también han empezado a sonar voces críticas como la de Eduardo Rubiño, portavoz adjunto de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital: "El núcleo dirigente de Sumar debe asumir su responsabilidad en las decisiones que nos han llevado hasta aquí y replantearse su incapacidad para incorporar y respetar a las organizaciones con arraigo territorial y resultados sólidos en sus territorios. Este resultado es un antes y un después para nuestro espacio político que no admite más paños calientes".

Mientras, Podemos consigue que Irene Montero e Isa Serra se conviertan en eurodiputadas al sumar casi 600.000 votos. Un respiro para la formación morada después de haberse diluido en Sumar para las generales y haber roto con Díaz en enero al pasar al grupo Mixto en el Congreso. Podemos asegura así su superviviencia, aunque se queda 200.000 votos por debajo de Díaz.

"Lo más valiosos que se puede decir en política es que somos un equipo y que no nos conformamos, este es un resultado es un paso necesario, pero ahora asumimos la responsabilidad de hacer crecer la fuerza de la paz", ha expresado esta noche Montero acompañada de la directiva del partido.

Entre las coaliciones nacionalistas, Ahora Repúblicas mantiene sus tres escaños con un porcentaje similar al de 2019 mientras que CEUS retiene el suyo. Eso sí, el  independentismo catalán (la suma de Junts y ERC-Ara Repúbliques) ha obtenido un total de 785.013 votos (32,84%), lo que supone un descenso de 923.383 votos respecto a hace cinco años, ya que en 2019 lograron 1.708.395 (49,84%). Un aviso a navegantes después del traspié sufrido también en las catalanas del pasado 12 de mayo.

En unas elecciones europeas en las que la ultraderecha gana terreno en la mayoría de países miembros, Vox amplía su presencia al pasar de cuatro a 6 eurodiputados. La formación de Santiago Abascal respira después de haber encadenado diferentes descalabros electorales, como las generales del año pasado o las gallegas del pasado febrero. En estos comicios, Vox sube en europarlamentarios aunque retrocede en porcentaje de voto con respecto a las generales del 23-J: pasa del 12,38% al 9,62%.

Abascal ha aludido a "la derrota del autócrata" Sánchez para pedirle "una reflexión" y que convoque unas nuevas elecciones generales que no cree que se vayan a convocar. Según ha dicho, Vox espera "más corrupción, más autocracia y menos Estado de Derecho", por lo que ha advertido que su formación estará "enfrente, y cada día más fuerte".

Alvise irrumpe en el parlamento europeo

Algunos de los votantes de Vox han podido dejarse seducir por la fuerza emergente de estas elecciones: Se Acabó la Fiesta, el partido del agitador de ultraderecha Alvise Pérez. Su formación, de reciente creación y que tiene una Ardilla Joker como logo oficial, irrumpe en el Parlamento Europeo con tres representantes y un 4,58% de los votos. Casi 800.000 papeletas.

Un resultado extraordinario para una candidatura que apenas ha tenido altavoz en los medios de comunicación tradicionales, pero sí mucho apoyo en redes sociales y canales de propagación de información como Telegram. En la discoteca Club Cats, que Alvise ha elegido como sede central para la noche electoral, la fiesta se ha desbordado al conocer los primeros sondeos de la noche, confirmados después con el escrutinio final. 

"España se ha convertido en la fiesta de los criminales, de los corruptos, mercenarios, pedófilos y violadores "Pedro: calienta, que sales (...) más vale que te metas en un maletero porque te vamos a meter en prisión", ha dicho entre vítores.

Entre sus planteamientos se incluye una reducción significativa del aparato estatal, mayor persecución a la corrupción y una renegociación de la relación con la UE, sin descarta un referéndum para que España salga de la Unión Europea. Definitivamente, se acabó la fiesta.