El novio de Ayuso continuó con las obras de la casa pese a la prohibición del Ayuntamiento
Las obras provocaron la bancarrota de un restaurante e inundaron en dos ocasiones el edificio
Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, realizó las obras de su vivienda sin permiso según consta en las tres bases de datos urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid.
La pareja de Isabel Díaz Ayuso compró la vivienda tras cometer un presunto fraude fiscal de más de 350.000 euros, que ha sido admitido por su abogado. Apenas unos días después, el 4 de agosto, informaba al Ayuntamiento de Madrid de que iba a realizar una reforma en la vivienda, y que, tal y como fue desvelado en exclusiva por El HuffPost, fue paralizada y/o cesada por los técnicos del Ayuntamiento en dos ocasiones. La primera de ellas fue el 2 de noviembre de 2022 y la segunda el 13 de diciembre de 2022.
El Ayuntamiento alegaba que faltaba información sobre la naturaleza de los trabajos y le pedían que solicitara una licencia de obra para poder continuar con los mismos. No obstante, siguió las obras al menos hasta el 29 de diciembre, según el documento que este martes publica El País de un perito que las visitó. En este escrito se explica que el piso “está en obras”. El citado diario explica que hasta seis testigos confirman que la obra continuó varios meses después.
En su declaración responsable, un documento que permite el inicio de obras que, por su entidad, no están sujetas a licencia previa, la pareja de Ayuso explicaba de que iniciaría una “demolición de tabiquería sencilla”, además de un saneamiento de fontanería, electricidad, alicatados y “demolición de mobiliario de cocina y falsos techos”.
La primera orden de cese del Ayuntamiento fue firmada el 2 de noviembre de 2022 por tres altos cargos, entre ellos un concejal que fue apartado de su cargo y, según ha publicado eldiario.es, soportó presiones para permitir la reforma.
Justo antes de este cese de actividad, las obras causaron una inundación de aguas fecales en un restaurante del bajo del edificio.
Con la nueva orden, del 13 de diciembre de 2022 que también fue desvelado por este medio, González Amador continuó con las obras sin un nuevo permiso. De hecho, las obras continuaron hasta bien entrado el 2023. Por ejemplo, hay un documento aportado por un vecino afectado por la obra que explica que el 29 de diciembre la reforma seguía en marcha. De hecho, el perito confirmó que el piso estaba en obras y que la causa de una nueva inundación se debía a la reforma gracias a la “pérdida de agua de tuberías” en esta vivienda, “que está en obras”.
De hecho, esa Navidad, el restaurante sufrió una nueva inundación, ahora de agua corriente, que incluso cayó a varios comensales durante la cena y que afectaron a los salones de varios vecinos. El negocio entró en bancarrota y tuvo que cerrar.
Según el citado medio, pese a las dos órdenes de cese, en SIGSA no figura ningún expediente de sanción a pesar de que la normativa del Ayuntamiento califica como muy grave “la presentación de declaraciones responsables o solicitudes de licencias que incluyan documentación falsa, o que omitan datos o información de carácter esencial”. Esta infracción prescribe a los tres años y conlleva una sanción de hasta 3.000 euros.