"El que me ama, obedecerá mi palabra": los perfiles ultracatólicos que anidan en Vox
La huida de Espinosa de los Monteros y el auge de Buxadé y De Hoces dejan el partido en manos de la facción más integrista
En la intimidad de la última cena, Jesús ofreció a sus discípulos algunas enseñanzas con sabor a despedida antes de su arresto y muerte. En un momento dado, Judas Tadeo le preguntó: "Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?" Él le respondió: "El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él". (Juan 14:23)
Vox se convirtió, desde su misma concepción, en una morada donde conviven muchas de las sensibilidades ultracatólicas que aspiran a influir en la política y en la sociedad española. Perfiles extremistas, muchas derivadas en sectas, que han ido marcando el paso de una formación política que defiende por encima de todos "los valores tradicionales, la unidad nacional o la libertad económica". De primeras, en su manifiesto fundacional, Vox ya destaca: "Una sociedad responsable y moralmente sana ha de defender y promover la cultura de la vida, ha de cuidar y proteger a la familia como institución básica y ha de mostrar su solidaridad con los sectores más vulnerables".
En estos últimos años, Vox ha dado buena cuenta de estos planteamientos en sus discursos y ha empezado a aplicarlos en cuanto ha tocado poder en gobiernos autonómicos y locales. De esta manera, como así se refleja también en su programa electoral para el 23-J, apuesta por una familia tradicional frente a leyes que "desnaturalizan la célula básica de la sociedad", está en contra de la ley de violencia de género, rechaza cualquier avance reconocido para la comunidad trans y, por supuesto, no comulga con la "ideología LGTBI", destinada según ellos a "corromper a los niños".
También se muestra en contra del aborto y de la eutanasia en todos los supuestos, y en materia de educación está a favor del pin parental. De hecho, en sus primeras experiencias de gobierno, han vetado obras de teatro o películas y han puesto en el punto de mira las banderas arcoíris con la connivencia, en muchos casos, del PP.
Este martes, la salida de Iván Espinosa de los Monteros - uno de los fundadores de Vox y portavoz de su grupo parlamentario en la anterior legislatura - se ha visto como una derrota del ala liberal del partido frente a ese 'ultracatolicismo' que está en auge dentro del partido gracias a figuras como las del vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, y su mano derecha, Ignacio Hoces, o la del asesor Kiko Méndez-Monasterio.
Lo cierto es que organizaciones como Hazte Oír, El Yunque u otros lobbies ultraconservadores siempre han formado parte de la estructura de Vox. Y también ha quedado acreditada la afinidad con el sector más conservador de la Iglesia Católica.
Buxadé es el mejor ejemplo. Forjado en el integrismo católico y la Falange, su activismo se inició en asociaciones ultracatólicas como el Foro Catalán de la Familia. Además, según un perfil de El País, tanto él como su mujer están vinculados al Opus Dei. A la organización de Escrivá de Balaguer también pertenece, por ejemplo, la diputada electa Lourdes Méndez Monasterio. Pero hay más: al Camino Neocatecumenal, movimiento eclesial más conocido como “los kikos”, pertenecía el exdiputado autonómico andaluz, Francisco Serrano. Y en los Legionarios de Cristo, según Ctxt, milita Georgina Trías, diputada en la anterior legislatura.
Vox también guarda estrecha relación con diversos lobbies ultracatólicos. De hecho, sus posibles nexos con El Yunque - una organización secreta, extremista, conservadora y de corte ultracatólico surgida en México en 1953 - han sido siempre motivo de rumorología y sospecha. En España, una sentencia de 2014 ya dio por “acreditada” la relación de esta fuerza 'paramilitar' con Hazte Oír, organización que fue imprescindible en el nacimiento de Vox.
Dirigida por Ignacio Arsuaga y famosa por sus autobuses contra la ley trans con lemas como 'Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva', Hazte Oír ha dado premios a dirigentes de Vox a lo largo de los últimos años, ha defendido sus postulados en redes sociales y algunos de sus miembros han acabado en puestos de relevancia dentro del partido.
Es el caso de Llanos Massó, actual presidenta de las Cortes Valencianas y declarada fervientemente antiabortista. "Felicidades por tu elección como presidente de las Cortes Valencianas. Gracias por tu intensa defensa de la vida y la familia", señalaba Hazte Oír desde su cuenta oficial en Twitter el día de su nombramiento. Gádor Joya, diputada autonómica en la Asamblea de Madrid que se paseaba con una furgoneta denominada 'Ambulancia Viva' frente a clínicas abortivas, y Francisco José Contreras, que ha sido diputado en el Congreso, también tienen un pasado en la asociación de Arsuaga.
Tampoco es casual que Vox se presentara socialmente en enero de 2014 utilizando la infraestructura mediática de Hazte Oír o que la primera decisión que tomó Abascal una vez ya presidente de Vox fuera acudir a la manifestación convocada por Derecho a Vivir (plataforma subsidiaria de Hazte Oír) el 21 de septiembre de 2014. Y es que, según una exclusiva de Público del año 2021 en base a filtraciones de Wikileaks, grandes fortunas y altos ejecutivos españoles financiaron el nacimiento de Vox a partir de este grupo ultracatólico.
El Instituto de Política Familiar o Profesionales por la Ética, dos colectivos especialmente combativos durante el gobierno de Zapatero, también formarían parte de esa red opaca de asociaciones que - en paralelo a Hazte Oír - El Yunque habría erigido para influir política y socialmente. De Profesionales por la Ética surgiría la ya exdiputada de Vox en la Asamblea de Madrid, Alicia Rubio, que en enero dijo irse al sentirse abandonada por el partido al ser señalada públicamente por su lucha contra la ideología de género. En una ocasión llegó a decir que el "feminismo es cáncer" y que "coser empodera".
¿Es entonces Vox un 'hijo español' de El Yunque? Santiago Mata, autor del libro El Yunque en España: la sociedad secreta que divide a los católicos, afirma que Abascal "ha estado colaborando con gente de El Yunque, pero sin ser de El Yunque". Este experto, en declaraciones a El HuffPost, señalaba en febrero que la influencia de la organización sobre Vox es "limitada" y que se circunscribe al modo en el que Abascal lleva el partido: de forma jerárquica y con secretismo. "No hay que caer en la simpleza de decir que controla Vox, pero sí en que han modelado la mente al joven Abascal. Le han reafirmado en su mentalidad autoritaria y nunca habría llegado a ser presidente de Vox sin ellos", sostenía Mata.
En todo caso, el oscurantismo que rodea a El Yunque ha propiciado también la aparición de fábulas, contradicciones e informaciones interesadas sobre esta organización. De ahí que incluso se relacionara a Iván Espinosa de los Monteros y a su mujer, Rocío Monasterio, con el movimiento. Extremos que, en casi todos los casos, no pueden comprobarse. Lo que sí está probado es que Liberto Senderos, uno de los concejales de Vox elegidos en Barcelona, fue fundador de la secta integrista al figurar como tesorero de la filial española en una documentación entregada. O que la maraña de lobbies de las que Vox bebe tiene muchas más ramas, como es el caso de Abogados Cristianos.
Con la salida de 'liberales' como Espinosa de los Monteros o Rubén Manso y el ascenso de Jorge Buxadé e Ignacio De Hoces se consolida el poder del flanco más nacionalcatólico dentro del partido para seguir trabajando en favor de Dios, la patria y la familia. Ya lo dijo un joven Santiago Abascal allá por 2009 cuando era diputado del PP en el parlamento vasco: "Dios y España, en la historia, son inseparables".