El lado oculto que nadie cuenta de la nueva ley del registro de viajeros
El sector turístico cree que los pequeños touroperadores dejarán de ofertar destinos españoles como Baleares y temer verse como responsables de una posible filtración de los datos.
El sector turístico, en pie de guerra contra el Gobierno por el polémico registro de viajeros. Desde este pasado lunes, agencias de viajes, establecimientos turísticos o alquiladoras de vehículos deben transmitir a la aplicación ses.hospedajes aquellos datos personales de los viajeros que ya recaban de manera habitual las empresas hoteleras. En los tres primeros días de diciembre ya se contabilizaron 323.642 altas.
Los datos que deben dar de los clientes son nombre y apellidos, sexo, DNI, nacionalidad, fecha de nacimiento, lugar de residencia habitual, teléfonos, correo electrónico, número de viajeros y relación de parentesco (en el caso de que alguno sea menor de edad) y los datos de la transacción. Los negocios que no lo cumplan pueden enfrentarse a sanciones de hasta 30.000 euros.
Las agencias de viajes están abiertamente en contra de esta decisión del Gobierno y alegan que dicha recogida de datos añade una carga burocrática que no pueden asumir, porque un 95 % son pymes y en muchos casos con un solo empleado, con lo que deberán prorrogar tiempos de trabajo. Además, alertan sobre la posibilidad de que provoque cierres y un hipotético encarecimiento del precio de los viajes.
La Confederación de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), por su parte, propuso sustituir el sistema por un "lector de pasaporte y DNI que pueda automáticamente transmitir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad".
De momento, la implantación de este sistema ya está también generando cierto ruido entre turistas de Reino Unido o Alemania. Pedro Fiol, presidente de la asociación Aviba de agencias de viajes de Baleares, advierte en majorcadailybulletin (un medio local, pero dirigido principalmente a turistas) que algunos turoperadores dejarán de vender viajes a Baleares por este sistema.
Fiol no se refiere a los grandes operadores turísticos, sino a los pequeños que se especializan en sectores específicos, en particular el deporte y las conferencias/exposiciones. "No es posible dar todos esos datos con tanta antelación. Por ejemplo, cuando una empresa reserva un hotel para realizar un evento no sabe exactamente quiénes asistirán. ¿Cómo va a dar datos de más de 40 personas en 24 horas si no se sabe quiénes participarán? Lo mismo ocurre con los equipos deportivos. Este tipo de reservas se hacen con meses o incluso años de antelación, pero no con nombres confirmados", ha señalado.
El profesional, que cree que este registro impactará de forma negativa en la economía de las islas, subraya que "hay mucha sensibilidad respecto a la protección de datos". "Los europeos son reacios a dar información sobre ellos ante el temor de ser estafados", señala. A esto, añade que muchas empresas tienen miedo de facilitar los datos de sus clientes por temor a que acabe siendo información útil para la competencia o que la responsabilidad de posibles filtraciones recaiga en ellos.
El Gobierno, mientras, se defiende de las críticas y asegura que el registro es una medida eficaz para la prevención y lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada, además de cumplir con la legislación actual en materia de protección de datos.