El Ejército entrega documentos clave sobre la muerte de un piloto en La Manga

El Ejército entrega documentos clave sobre la muerte de un piloto en La Manga

La aeronave que pilotaba Francisco Marín Núñez se estrelló el 26 de agosto de 2019 cuando realizaba unas pruebas de entrenamiento.

Imagen del comandante Francisco Marín Núñez

Cinco años después, las causas de la muerte del comandante Francisco Marín Núñez siguen sin esclarecerse. El piloto del caza, un profesional con muchas horas de vuelo acumuladas, se estrelló frente a la costa de La Manga el 26 de agosto de 2019 cuando realizaba unas pruebas de entrenamiento. Según el diario La Verdad, el Ejército del Aire acaba de aportar los últimos documentos requeridos por el Tribunal Militar Territorial Primero para conocer exactamente las causas del siniestro y si hubo alguna negligencia.

El 'Logbook' o libro de registro de mantenimiento de la aeronave, que proporciona completa información sobre la estructura del avión y sus componentes desde el inicio al final de su uso, es la principal prueba documental que esperaba la acusación particular para aclarar si el avión tuvo falta de mantenimiento y eso provocó el accidente mortal.

El Casa C-101 Aviojet del comandante Marín "tenía ya muy pocas horas de vida útil, era de los años ochenta y estaba al final de su misión", según indica el abogado.

La familia también cree que las condiciones metereológicas de aquella mañana no eran las óptimas y el despegue del avión nunca debió haberse producido.

Francisco Marín Núñez, comandante del Ejército del Aire, nació en 1976 en Murcia, ingresó en la academia de San Javier en 1995 y, tras graduarse, prestó servicios como piloto en diversas unidades de la Fuerza Aérea (ALA 14, ALA 23, MALOG, Academia General del Aire, entre otros).

Además, fue miembro de la patrulla acrobática Águila del Ejército del Aire, hasta la temporada pasada. Durante los últimos años, Marín pilotaba el avión ‘Solo’ de este emblemático equipo, con el que realizaba las maniobras más arriesgadas.

Casado y con un hijo pequeño, en su dilatada carrera profesional había acumulado 3.300 horas de vuelo en las distintas unidades en las que había estado destinado y recibió condecoraciones como la Cruz al Mérito Aeronáutico, la Cruz de San Hermenegildo y una Medalla OTAN, entre otros.