El día después del 9-J en Génova y Ferraz: "Y ahora, Alvise"
En Génova preocupa que la irrupción de Se Acabó la Fiesta divida de nuevo el voto entre la derecha.
Fácil digestión de las elecciones europeas en las sedes de PP y PSOE tras una campaña que los populares convirtieron en un "plebiscito" sobre el gobierno de Pedro Sánchez después de la ley de amnistía y de conocerse la investigación contra su esposa a raíz de la denuncia de Manos Limpias.
Las dos formaciones ven datos positivos para sus respectivos intereses en los resultados conocidos este domingo, aunque preocupa que la participación no haya llegado ni siquiera al 50% en un momento de máxima tensión política.
En el PP se da por buena la ventaja de cuatro puntos en porcentaje de voto obtenida sobre el PSOE, doblando la diferencia que se obtuvo en las generales del pasado 23 de julio. "La lectura es clara: a Pedro Sánchez le cuesta asumirlo, pero su salida del Gobierno de España está cada vez más cerca. El guiso ya está en el fuego", reflexionaba este lunes en televisión la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.
En Génova hubo gestos de alivio cuando se conoció a las once de la noche el escrutinio casi completo de las europeas, puesto que los últimos trackings auguraban un empate técnico entre ambos partidos. Este escenario, que prácticamente se antojaba imposible hace unas semanas, hubiera desequilibrado el liderazgo interno de Alberto Núñez Feijóo. Y la situación se habría vuelto aún más insostenible si Sánchez, como desde Ferraz se pregonaba en los últimos días de campaña, hubiera acabado ganando los comicios.
Frente a eso, Feijóo salió triunfante junto a su equipo de confianza en un hall de Génova mientras los asistentes - incluida Isabel Díaz Ayuso - le coreaban "Feijóo a la Moncloa". El PP sabe que la victoria por dos escaños "no es triunfo aplastante", como así reconocen fuentes populares a El HuffPost, pero sí que "se han salvado los muebles" tras un final de campaña bastante malo para sus intereses. "Hay trabajo por hacer. Llegamos desfondados a la cita electoral", resume uno de los barones territoriales.
Haciendo un estudio pormenorizado de los resultados, en el PP son conscientes de que su crecimiento se debe prácticamente a la absorción del votante de Ciudadanos. No cogen voto de la izquierda, Vox sobrevive y, además, entra en competición por la derecha el ultra Alvise Pérez. La irrupción de "Se acabó la fiesta", con casi 800.000 votos y tres eurodiputados, ya ha despertado cierta preocupación en Génova. "Alvise dividirá el voto con VOX y en unas elecciones generales eso podría perjudicarnos en provincias medianas y grandes de cara a que la derecha pueda sumar mayoría en el Congreso", dicen las fuentes.
El diagnóstico sobre Alvise es compartido por los barones territoriales. "Puede fracturar el voto", advierten. Por eso, piden seguir trabajando para intentar sumar ese voto del centro-izquierda que se sigue resistiendo por las alianzas con Vox. De hecho, voces del PP piden que la estrategia del partido vaya más allá de Begoña Gómez y la amnistía. "Éramos el partido de la economía", recuerdan.
De puertas para afuera, el PP no quiere que Alvise sea visto como un competidor. "Esa guerra electoral se libra en el tablero de Vox", aseguraba este lunes Borja Sémper en rueda de prensa. Para él, el PP está en la "centralidad" y es el único partido capaz de ofrecer "políticas sólidas y propuestas que buscan el entendimiento transversal de los españoles".
Por lo demás, Génova insiste en que Sánchez debe convocar elecciones - algo que en Ferraz ya han descartado - y de momento guarda silencio sobre la hipotética moción de censura que Feijóo ya expuso en campaña. Sémper se ha limitado a decir que la moción de censura ya se la hizo ayer la ciudadanía española a Sánchez. Pero, curiosamente, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Miguel Tellado, se ha referido este lunes a partidos como ERC y Junts como "nacionalistas" y no "independentistas", un cambio en la forma de hablar sobre los socios de Sánchez que no parece casualidad.
El PSOE esperaba que la diferencia fuera de dos puntos
En el PSOE, por su parte, están tranquilos y optimistas tras las europeas. Fuentes consultadas por El HuffPost admiten que los ánimos estaban por las nubes en los últimos días de campaña al conocer el cambio en las encuestas y que los cuatro puntos de ventaja del PP aguaron algo la fiesta. "Pensábamos que podían ser dos puntos de diferencia o menos", aseguran.
Sin embargo, el PSOE considera que el "plebiscito" montado por el PP contra Pedro Sánchez ha fracasado al superar el 30% de voto y sólo perder un eurodiputado con respecto a 2019. Durante la noche, la candidata Teresa Ribera ya dijo que dijo la "estrategia de enredar permanentemente" de Feijóo había sido "un fracaso", ya que el PP "absorbe a Ciudadanos, crece la ultraderecha y el PSOE se mantiene en el mismo punto en el que estaba hace un año" con las elecciones generales.
La irrupción de Alvise se ha recibido con reservas dentro de Ferraz. Se admite que puede ayudar a dividir de nuevo a la derecha, pero no gusta que un agitador de bulos haya sido capaz de convencer a 800.000 votantes. "Su presencia en el panorama política nacional es peligrosa. Pero si está ahí es porque, precisamente, PP y Vox le han dado alas", admiten los socialistas.
Con el trance de las europeas solventado, en Ferraz ya se pone el punto de mira en resolver la gobernabilidad de Cataluña y, sobre todo, comenzar a tejer alianzas para sacar adelante los Presupuestos de 2025. "Si hay cuentas, hay gobierno para rato", insisten. Y creen que en otoño se desbloqueará el panorama para sacar adelante leyes de contenido social que permitan recuperar el terreno perdido ante el PP. "No puede ser todo amnistía", concluyen.