Eduardo Rubiño (Más Madrid): "El 23J hay que cerrar el paso a la pérdida de derechos LGTBI"
Entrevista con el portavoz adjunto de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital: "España no puede permitirse tener un vicepresidente de la extrema derecha".
La política no descansa y eso se nota en el rostro de sus representantes. En el caso de Eduardo Rubiño (Madrid, 1991), el trajín es aún mayor. A la reciente campaña electoral para las municipales, en las que concurría en la lista de Más Madrid al Ayuntamiento de la capital, se suma la conformación del consistorio, la baja por maternidad de la líder del partido, Rita Maestre, y ahora la campaña para las generales, en las que el partido verde tendrá una importante presencia en Madrid en apoyo a Sumar, el movimiento liderado por Yolanda Díaz.
Y el tremendo calor que hace en Madrid estos días, que hace que se agradezca el aire acondicionado de la céntrica cafetería donde tiene lugar la entrevista. Estamos en plena semana del Orgullo LGTBI, pero también en mitad de la conformación de muchos gobiernos regionales y municipales en los que está entrando, por primera vez en democracia, la extrema derecha.
¿Están en riesgo los derechos LGTBI?
Yo creo que claramente sí. Estamos en un momento de amenaza de los derechos LGTB, de los derechos de las mujeres y de los avances que se han hecho en este país a nivel social, que han sido muchos. Pero no hay que confundirnos, creo que el problema no son los pactos con Vox, sino el papel que está jugando el propio Partido Popular y lo que está diciendo el PP que quiere hacer. Y para eso sólo hay que ver lo que están haciendo en lugares en los que ahora ya no dependen de Vox. En la Asamblea de Madrid, hemos escuchado a Ayuso decir que las personas trans son fruto de la ingeniería social y que antes de que termine el año va a aprobar una derogación de la ley Trans que se aprobó en 2016, que mejoró la vida de mucha gente, que no hay ningún motivo para modificar y que va a recortar esos derechos que mejoraron la vida de muchas personas.
Entonces, el problema no son esos pactos con VOX, que desde luego están llevando a situaciones aberrantes como que veamos cargos institucionales muy importantes, como la presidenta de las Cortes de Aragón, una persona antivacunas y abiertamente homófoba. Desde luego, eso es muy grave, pero es mucho más grave que sea el propio Feijóo el que dice que va a acabar con la ley LGTB, que sea la propia Ayuso la que dice que la lucha contra el cambio climático es parte de la agenda comunista y que sea el propio PP, en definitiva, el que ha adoptado los presupuestos ideológicos que antes correspondían a la extrema derecha y que ahora vemos en sus propias filas.
Menciona a Feijóo, ¿temen entonces que pueda pasar esto a nivel nacional?
Bueno, evidentemente estamos en un momento decisivo en el que se va a dirimir en el próximo mes el rumbo que va a tomar nuestro país, si vamos a seguir avanzando, si vamos a seguir mirando a un país que quiere progresar, que en los últimos años ha hecho un camino importantísimo, o si vamos a una España que retrocede a muchos niveles, también a nivel social. Yo creo que Yolanda Díaz, por ejemplo, ha emprendido una serie de políticas absolutamente clave, como la subida del SMI, la reforma laboral. Es decir, no solamente en derechos LGTB y en la lucha por los derechos de las mujeres, sino, en general, creo que la España que ofrece el PP es una España de retroceso. Todavía ahora estamos en condiciones de lograr una movilización ciudadana que devuelva la posibilidad de un gobierno de coalición. Yo creo que ahí la clave está siendo Sumar, que ya se sitúa en las encuestas compitiendo por la tercera plaza con Vox y podría arrancar muchos de esos escaños que hacen falta para que la derecha no tenga mayoría absoluta y podamos reeditar el gobierno de coalición.
¿Qué le parece lo que está pasando en algunos lugares, como hemos visto en Náquera, en Valencia, o la retirada de banderas en otras localidades? ¿Cree que se pueden disparar los delitos de odio porque en las instituciones se está dando un ejemplo en este sentido?
Es que ya se están disparando. Es que estamos viendo cómo durante los últimos años han crecido las agresiones, han crecido los insultos, el clima en redes sociales contra las personas LGTBI nunca ha estado tan mal como ahora a nivel de insultos y a nivel de ataques. Está habiendo ataques en las escuelas, está habiendo una situación que, para las personas LGTB, en los últimos años recuerda a tiempos que se habían dejado atrás. Y eso es ya una realidad. Esta semana ha ocurrido el acontecimiento en el orgullo en el que la cantante Rocío Sáiz se le ha querido tapar cuando hacía parte de su espectáculo en el que se quitaba la camiseta, cuando a un hombre nunca jamás se le haría cubrirse el torso por haberse quitado la camiseta en un concierto, pues con Rocío se ha hecho. Y es reflejo de que vuelven unos tiempos en los que algunos creen que pueden imponer su moral, que pueden decidir sobre el cuerpo de las mujeres y es reflejo de un clima que es un clima peligroso en términos democráticos. Tenemos la obligación de hacer frente desde las instituciones democráticas y que, desde luego, si son las propias instituciones las que alimentan ese tipo de discursos de odio y las que reflejan ese retroceso, pues en la calle solamente se puede alimentar ese caldo de cultivo que quiere retroceder en derechos.
¿Cree que está calando el mensaje de la ultraderecha en la sociedad? Esto es fruto de una elección democrática en la que Vox sale elegido con un número de escaños y la derecha y Vox suman. Entonces, ¿cree que está calando el mensaje de la ultraderecha?
Tenemos que pensar en que ha habido una ofensiva cultural muy fuerte en los últimos años, que de hecho llevan muchos años inoculando el veneno del odio desde muchos lugares, no solamente desde un partido que se llama Vox, sino desde determinados satélites mediáticos, en las redes sociales... Hay todo un caldo de cultivo que se corresponde con una ola reaccionaria que acompaña en toda España. Y, lo que es más grave, el propio PP está siendo copartícipe de esa ofensiva y a mí es lo que me parece más preocupante, porque a la presidenta de las Cortes de Aragón no la ha puesto Vox, la ha puesto el PP. El problema no es sólo Vox, el problema es el Partido Popular que ha comprado esa agenda cuando otras derechas en otros lugares del mundo le cierran la puerta a este tipo de mensajes que son un retroceso en términos democráticos. Nosotros tenemos que pensar en cómo se combate esa ofensiva cultural que pasa por decir, por ejemplo, que cuando aparece un personaje LGTBI en una película o en una serie, es que eso es inclusión forzosa, cuando simplemente es que por primera vez se reflejan realidades que no se habían reflejado hasta ahora. O cuando estamos viendo en países como Hungría o Polonia que se sacan leyes en las que se relaciona homosexualidad con pedofilia. A nadie se le escapa que hay una situación muy dura a nivel internacional, pero creo que tenemos que hacer una respuesta colectiva, una respuesta como movimiento LGTB y además una respuesta también en las urnas a nivel de ciudadanía para parar esto a nivel político.
¿Cree que hay gente que puede aplaudir mensajes como los que hemos visto en la lona de Vox, recientemente descolgada por orden de la Junta Electoral Central?
Pues seguramente hay un espectro del electorado que compra este discurso y que toma como chivo expiatorio a las personas LGTB. Creo que es muy triste y muy grave. Pero tenemos que pensar también en qué busca Vox con ese tipo de artificios. Es evidente que Vox está en una situación en la que necesita desesperadamente la atención mediática y es importantísimo que no nos distraigamos, que evidentemente denunciemos que eso es un acto que pone en la diana a las personas LGTBI y las ataca, pero que lo fundamental es que se les esté abriendo las puertas por parte de quienes tienen de verdad la responsabilidad. En este caso yo sigo insistiendo en que es el PP, que es a quien tiene de verdad la responsabilidad en ese retroceso.
En este sentido, ha sido muy crítico en las últimas horas con María Guardiola, la líder del PP de Extremadura, ¿se la llegó a creer?
Pues mira, la verdad es que el día que salió en rueda de prensa en la que adoptaba un discurso muy contundente contra esos ataques contra el colectivo LGTB, pues la verdad es que había que darle el beneficio de la duda. Porque ojalá fuera posible que la derecha representara una línea coherente con ciertos valores democráticos que le cierran el paso a este retroceso en derechos y libertades. Pero el problema es que ha durado menos de 72 horas. Y ha sido un reflejo, ha puesto contra el espejo a todo el PP y a toda la estrategia de Feijóo. Ha dicho que si vas por esa vía, lo que te espera es que automáticamente empiezan a pasar presiones de todo tipo y ataques de todo tipo. Un movimiento interno en el propio PP para abortar esa misión y para devolverla al redil, que no es otro que, no solamente pactar con la extrema derecha, sino adoptar esas políticas del retroceso.
Es usted ahora portavoz adjunto en el Ayuntamiento de Madrid, de Más Madrid. ¿Qué balance hacen de las elecciones? ¿Qué se hizo mal para que ahora el Partido Popular con la mayoría absoluta?
Bueno, está claro que hubo en las elecciones una una ola muy fuerte, que se vivió en toda España. Nosotros creemos que hay que hacer una autocrítica colectiva sobre qué ha pasado para que en estos años se haya gestado una ola fuerte que ha llegado a todas las comunidades autónomas y a muchos ayuntamientos. Creo que, dentro de todo, nosotros ponemos en valor que Más Madrid consiguió, con respecto a los resultados del 2021, mantener una plaza importante en cuanto al liderazgo de la oposición en Madrid y en la Comunidad. Somos una fuerza que está aportando a la posibilidad de parar esta ofensiva de la derecha y nos hemos puesto inmediatamente manos a la obra para hacer una cosa muy importante, que es llegar a un acuerdo lo más amplio posible para que en estas elecciones generales exista un proyecto como Sumar que sea precisamente lo que otorgue una esperanza muy cierta de que lo que ocurrió en las elecciones del 28 de mayo no ocurra porque muchísima gente se movilice y porque muchísima gente diga yo no quiero que mi país pase lo que estamos viendo estos días en las instituciones, tristemente, de muchas comunidades autónomas.
¿La mayoría absoluta del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid puede ser el mal menor para la izquierda al no haber entrado la ultraderecha en el Gobierno?
Claro, pero eso sería si supusiera variar las políticas que se están llevando a cabo. Pero lo cierto es que lo primero que ha ocurrido, por ejemplo, es que el alcalde Almeida, no necesitando ya Vox para absolutamente nada, sigue sin asistir a uno solo de los actos del Orgullo, sigue sin querer colgar la bandera LGTBI en el Ayuntamiento de Madrid, sigue con esas posturas totalmente sectarias hacia muchas personas que formamos parte de esta ciudad y que en estos días vamos a celebrar uno de los eventos más importantes que tiene una ciudad como Madrid y que cada año atrae a cientos de miles de personas a nuestras calles. Entonces yo me pregunto, ¿en qué se nota la diferencia, si es el propio PP el que ha adoptado la misma agenda sin necesidad de que le tiren de las orejas sus antiguos socios de Vox? Ojalá veamos que se traduzca en un cambio palpable en la actitud por parte del PP. Pero a día de hoy no estamos viendo eso, ni en lo referido al Orgullo LGTBI, ni en lo referido a ninguna de las otras cuestiones, al menos en las intenciones que ha manifestado.
¿Qué espera de estas elecciones generales?
Pues yo lo que espero es que haya una movilización muy fuerte de toda la gente progresista y, en general, de toda la gente que quiere que el país siga avanzando en muchos sentidos. En una situación terrible para cualquier gobierno, como es enfrentar una pandemia y una guerra en el corazón de Europa que ha afectado en términos económicos de una forma importantísima. Sin embargo, la salida que ha habido a esta crisis es radicalmente diferente a la que hubo con el PP, cuando en 2008 se aplicaron toda clase de recortes, se dejó a todo el mundo en la estacada, se desmanteló gran parte del Estado del bienestar y se recortaron los derechos de los trabajadores. En esta ocasión, evidentemente, ¿se ha llegado a cubrir a las necesidades sociales de una situación crítica? Pues probablemente no todo lo que se debería, pero desde luego la salida ha sido completamente diferente e incluso ha habido casos en los que hemos conseguido mejorar, por ejemplo, el SMI, los derechos de los trabajadores con la reforma laboral, se ha conseguido firmar el convenio de la OIT, la excepción ibérica. Se han conseguido un montón de políticas que no hubieran sido posibles con un gobierno del PP y que gracias a este gobierno de coalición progresista sí que ha salido adelante. Para mí es importantísimo que esas políticas progresistas continúen y también, por supuesto, que le cerremos el paso a la pérdida de derechos LGTB y a la pérdida de derechos de las mujeres y de las libertades en general de nuestro país.
Todo eso se ha conseguido. Pero, sin embargo, a tenor de las encuestas, la sensación es que no ha calado en el elector. ¿Por qué cree que ha pasado esto?
Bueno, desde luego que estamos viendo que en toda Europa está habiendo un movimiento reaccionario muy potente y tiene un ciclo que también se manifiesta en nuestro país. Yo no creo que que todo se haya hecho bien, pero lo que pasa es que tenemos enfrente un riesgo de abismo que creo que es a lo que tenemos que mirar. En lo fundamental, como digo, la salida que se ha dado a esta crisis es radicalmente diferente a la que se dio entonces. Eso tenemos que ser capaces de transmitirlo. Pero sobre todo también creo que hay que hacer un llamamiento a la ciudadanía a pensar en el rumbo que queremos para el país. Y yo creo que un país como España, por ejemplo, que en los últimos años ha conseguido ganar en derechos en un montón de aspectos, no puede permitirse tener un vicepresidente de la extrema derecha, pero tampoco puede permitirse que sea el propio PP el que el que anuncie que va a recortar derechos, como por ejemplo la ley LGTB que se ha sacado en esta legislatura.
¿Confía en que pueda haber una remontada a estas encuestas que son negativas para la izquierda?
Sí, sí, claramente, sí. Y de hecho ya lo estamos viendo en algunas encuestas, que está habiendo un un cambio de tendencia. Creo que precisamente ese cambio de tendencia se corresponde con la irrupción que está teniendo Sumar y creo que son señales positivas. Hay partido. Tenemos 30 días para pelear estas elecciones, tenemos que dar lo mejor que tengamos y hacer un llamamiento a muchísima gente que a lo mejor estaba desconectada de la política, pero a la que hay que lanzar un mensaje relacionado con las cosas del comer, con las cosas cotidianas, con esas cosas que muchas veces no ocupan minutos del telediario, pero que tienen que ver con la vida cotidiana. Tenemos que conseguir reconectar a esa gente con la política y, sobre todo, entender que estamos en un momento decisivo que va a marcar el rumbo político de nuestro país en los próximos años. Y creo que eso lo podemos conseguir y que ya se está notando en las encuestas. Sumar está en condiciones en este momento de disputar la tercera plaza con Vox. Si eso ocurre, se pueden arañar una serie de escaños que pueden ser clave y puede ser determinante para que haya un resultado favorable a la reedición del gobierno progresista.
¿Por qué el proceso de negociación de Sumar fue tan ruidoso? ¿Por qué la izquierda hace tanto ruido para ponerse de acuerdo?
A mí me hubiera gustado que que esa negociación fuera muchísimo más llevadera, muchísimo más discreta. No hay necesidad de radiarlo todo. Hay que celebrar un acuerdo importantísimo: se ha puesto de acuerdo a gente que ha conformado espacios muy diferentes a lo largo y ancho de toda España. Nosotros estamos muy orgullosos, como Más Madrid, de lo que aportamos en esa coalición que, en un lugar como Madrid, es un peso clave y determinante. Y nosotros, lo que podemos hablar por nuestra parte, hicimos lo posible porque fuera el proceso más discreto posible y el proceso más rápido posible. Dentro de todo, se consigue en diez días y ahora lo que toca es mirar hacia adelante, dejar de hablar inmediatamente de nosotros mismos y ponernos a lo que toca, que es aprovechar estos 30 días de campaña para revalidar el gobierno progresista.
¿Qué papel va a tener Sumar en estas elecciones?
Un papel absolutamente determinante. Sumar no solamente es un movimiento, sino que también es la conformación de un acuerdo progresista muy importante, es la novedad de estas elecciones y es además lo que puede empujar la mayoría progresista. Y por eso, además, no es casualidad que una persona como Yolanda Díaz, que se ha consagrado como la ministra mejor valorada del Gobierno y una de las políticas más reconocidas por todos los ciudadanos en su papel como vicepresidenta del Gobierno y con todos los avances que se han conseguido en esta legislatura; esté esté consiguiendo aunar tantas voluntades tan diferentes para aprovechar esta oportunidad y, sobre todo, para devolver las políticas de la esperanza que hacen tanta falta en este país.
Personalmente, si al final gobierna la derecha y la ultraderecha, usted tendría miedo.
Yo creo que lo que tenemos que tener primero es la convicción de que hay partido y de que se puede ganar. Y esto es lo principal. En cualquier caso, pase lo que pase, las personas LGTBI en este país hemos pasado por momentos muy fuertes y las mujeres también. En este país nadie ha regalado nada a los derechos y las libertades que se han ido conquistando día a día. Y eso va a permanecer ahí en cualquier circunstancia. Ahora mismo tenemos un montón de gobiernos de ultraderecha amenazando con cargarse las políticas de lucha contra la violencia machista, cargarse las leyes que permiten, por ejemplo, que una persona trans sea tratada con dignidad cuando hace uso de los servicios sanitarios. Están amenazando con todo eso, pero yo creo que creo que somos más fuertes que cualquier cosa de este tipo. Somos más fuertes porque ante este tipo de desafíos los hemos enfrentado siempre como comunidad y los hemos enfrentado siempre en común. Eso es una enseñanza histórica que tenemos que recordarnos permanentemente, que tenemos que ir pasando el testigo de generación en generación, de ir teniendo memoria de cómo fue posible que se lograran ciertas cosas, precisamente para que cuando vienen mal dadas tengamos la fuerza suficiente para para decir que nos protegemos y que nos cuidamos, y que vamos a mantener las banderas bien altas para para recuperar cualquier centímetro que nos intenten arrebatar.