¿Dónde está Felipe?
En los círculos progresistas se espera que el expresidente lance un mensaje de aviso sobre los pactos que la extrema derecha está firmando con el PP.
Esta es una pregunta que corre por círculos progresistas según se aproxima el 23-J. Se echa de menos a Felipe González en estos días en que la ultraderecha ha entrado a saco en 140 ayuntamientos y los acuerdos en las comunidades entre PP y Vox se negocian con la total indulgencia de los populares firmando sin complejos acuerdos programáticos contra la violencia de género, los derechos LGTB o el cambio climático. “Vox nos retrotrae a antes de la Constitución. Es un envite muy gordo para este país. No se entendería que Felipe no se pronuncie en algún momento de la campaña” dice una destacada ex ministra socialista que lleva décadas ejerciendo una notable influencia.
Tras la tourné de Zapatero defendiendo la labor del gobierno de Sánchez, surge la pregunta sobre si la equidistancia del mítico primer presidente socialista de la democracia tiene justificación. “Lo que estamos viendo con el marco ideológico que está imponiendo Vox y el PP está aceptando con soltura, es suficientemente peligroso como para que la generación socialista que luchó contra Franco alce su voz sobre lo que está pasando. Deberían recordar la memoria antifranquista. Porque estamos volviendo a los años 50. Esto ya no es una entelequia, son los 100 puntos que han pactado en Baleares por ejemplo. Solo un aperitivo de lo que está a punto de llegar” dice un ex ministro de Zapatero, que sigue siendo muy relevante tanto en los medios como en el partido.
“Felipe es una voz cualificada y autorizada que sufrió campañas brutales contra él, yo viví de cerca hasta que punto quisieron tumbarle. Y en ese sentido debería comprender lo que está sucediendo ahora mismo. La actual deriva internacional, que aquí estamos viviendo con preocupación, merece al menos una reflexión sobre las causas y cómo hacer frente. Igual está en pausa esperando una oportunidad para pronunciarse” explica una ex ministra de González. El ‘Váyase señor González’ en 1993 de Aznar o ‘usted ha traicionado a los muertos’ de Rajoy a Zapatero en 2005 o el ‘Sánchez o España’ actual, son consignas que el PP ha utilizado con todos los presidentes socialistas para invalidar sus mandatos, limpiamente avalados por las urnas.
El próximo lunes 3 de julio por la mañana, Felipe González intervendrá en la presentación del monográfico ‘Pactos' y hay quienes ven la oportunidad ideal para lanzar un mensaje sobre los pactos que la extrema derecha está firmando con el PP. “Sería extraño que no dijera nada en algún momento de la campaña. Todo suma, y aunque pueda haber discrepancias, ante un reto de la envergadura de lo que va a suponer para este país tener a la ultraderecha en el Gobierno sería oportuno y conveniente que Felipe hablara” dice una ministra socialista a la que le cuesta entender la actitud beligerante de una parte de la vieja guardia.
“Pedro Sánchez ha traicionado todo lo que hemos defendido en los últimos 80 años. Felipe y Zapatero nunca han tenido la misma actitud pública en estos años. Zapatero ha sido un forofo y Felipe se ha mantenido más distante y no va a decir maldades” afirma un socialista muy cercano a Felipe. Es la visión que comparte una parte importante de los veteranos.
Quienes navegan entre dos aguas interpretan que “las primarias han demostrado que otorgan un poder absoluto al elegido por las bases y la generación de Suresnes se ha sentido agraviada por un presidente que les miraba por encima del hombro y al que jamás apoyaron, consideran que el partido está desmantelado, han comprado el marco de la derecha y están negando su propia biografía”. La biografía a la que se refiere este ex ministro con Zapatero es el famoso congreso de Suresnes de octubre de 1974, en el que los jóvenes socialistas con Felipe González al frente iniciaron un nuevo capítulo. “No entiendo a los de Suresnes. Pasaron por la guillotina a todo el partido socialista histórico, fijate si rompieron con la vieja guardia que no tuvieron problema en darle una patada en el culo a Rodolfo Llopis a pesar de que había estado al frente del PSOE en el exilio durante toda la dictadura. Ellos tuvieron derecho a hacerlo pero a partir de entonces ya nadie puede repetirlo”.
La política que se ha llevado a cabo en Cataluña o el apoyo puntual de Bildu en determinadas leyes son dos anatemas para la generación que gobernó con Felipe. “No es Bildu quien va a gobernar España, solo se ha llegado a acuerdos puntuales, Con Vox, que está metiendo en las instituciones democráticas a defensores del franquismo, se está llegando a acuerdos de gobierno y de investidura”, dice un alto cargo de Ferraz. Hay que situarse en las actuales circunstancias para valorar qué habrían hecho ellos ahora, son otros tiempos y otros retos. “En el partido socialista de Europa no entienden, con los datos económicos de España, que haya tal rechazo a Sánchez, no solo social sino por parte de los históricos del partido” cuenta una ministra que trata a menudo con Bruselas.
Un progreso sustentado en leyes que el PP y Vox han anunciado que derogarán en cuanto lleguen a Moncloa. Pero igual tampoco merece una palabra.